Por Andrés Espinoza Bueno, comunicador del proyecto Rimanakuy, PNUD Perú
Periodismo para la paz: promoviendo la paz y el diálogo durante la cobertura periodística de conflictos sociales en el Perú
15 de Enero de 2025

En un contexto global de creciente polarización, marcado por desconfianza y tensiones sociales, el periodismo desempeña un rol esencial en la construcción de sociedades más justas y pacíficas. En el Perú, se reportan mensualmente más de 200 conflictos sociales, y solo 4 de cada 10 peruanos confían en las noticias que consumen. Ante esta realidad, es crucial que los medios de comunicación adopten un enfoque responsable, orientado a fomentar la paz y el diálogo, en lugar de contribuir a la división y posibles escaladas de violencia.
En el Perú, los conflictos sociales tienen orígenes diversos. Según la Defensoría del Pueblo, los conflictos de asuntos de gobierno regional y local son los más frecuentes, seguidos por lo de tipo socioambientales y finalmente aquellos relacionados con demarcación territorial. Desde las protestas por impactos potenciales de la actividad minera y petrolera, hasta las disputas por demarcaciones territoriales en las comunidades, las tensiones sociales han sido una constante en el país. En muchos casos, el desbordamiento de la violencia, la represión y la ausencia de soluciones sostenibles intensifican la confrontación.
En este escenario, el papel de los medios de comunicación es clave. Los y las periodistas no solo informan sobre los hechos, sino que también influyen en cómo la sociedad percibe y reacciona ante los conflictos, moldeando emociones y respuestas colectivas. La forma en que se cubren estos eventos puede alimentar la polarización o, por el contrario, fomentar el entendimiento mutuo y promover la resolución pacífica de los mismos.
Una práctica recurrente en el periodismo que cubre conflictos es el uso del sensacionalismo, que prioriza el impacto visual y la dramatización de los hechos sobre un análisis profundo de los factores sociales y las necesidades insatisfechas que originan la crisis. Imágenes de enfrentamientos violentos, titulares que estigmatizan a ciertos grupos o individuos, y narrativas unilaterales pueden tener un efecto profundamente negativo en la percepción pública de un conflicto. En lugar de promover el entendimiento, este tipo de cobertura tiende a exacerbar la confrontación.
Por ejemplo, cuando los medios se centran en criminalizar a los manifestantes sin explorar las causas estructurales de sus demandas, o amplifican discursos extremistas sin ofrecer un espacio para el diálogo y la búsqueda de puntos en común, se fomenta un clima de “nosotros contra ellos” que solo perpetuará el ciclo de violencia y polarización que nos aleja de ser sociedades justas y con un desarrollo sostenible.
En contraste, un enfoque periodístico que promueva la paz y el diálogo busca entender y explicar las complejidades de los conflictos sociales, brindando voz a todas las partes involucradas, principalmente a aquellas poblaciones que no están siendo escuchadas en la discusión y que son impactadas por el conflicto. No se trata de minimizar las tensiones ni de ocultar los hechos, sino de abordarlos con responsabilidad, amplificar los testimonios y facilitar el logro consensos entre las partes involucradas.
Con el objetivo de abordar esta problemática, desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo implementamos el programa formativo “Periodismo para la Paz”. A través de esta iniciativa más de 100 periodistas de Apurímac, Ayacucho, Loreto y Puno fortalecieron sus capacidades para cubrir conflictos sociales desde un enfoque basado en el diálogo y la promoción de la paz4. El programa formativo fue desarrollado con el apoyo de las filiales de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) y de las Oficinas Defensoriales de Apurímac, Ayacucho, Loreto y Puno, regiones que registran un mayor índice de conflictividad social en el Perú. Durante la realización, se compartieron aspectos claves para la comprensión del marco institucional y legal de los conflictos sociales en el país, así como herramientas innovadoras para narrar noticias desde el enfoque de promoción de la paz en cada etapa de los conflictos sociales.
Las y los participantes destacaron la importancia de compartir estos conocimientos con otros colegas a nivel nacional. Por ello propusieron la creación de un Decálogo y un Diccionario con pautas claras para enfocar las noticias sobre conflictos desde una perspectiva que promueva el diálogo y la paz. Estas herramientas incluirán, además, definiciones de conceptos clave relacionadas con la conflictividad social, permitiendo narrar los hechos y perfilar a los actores involucrados con mayor precisión. Estas herramientas serán elaboradas participativamente con las cuatro regiones involucradas y se prevé su presentación pública en 2025, consolidando un esfuerzo conjunto por transformar la cobertura de los conflictos sociales en una herramienta para la construcción de paz.
El periodismo tiene el poder de ser una herramienta para la paz en tiempos de conflicto. En un Perú donde la polarización crece día con día, es esencial que los medios asuman un enfoque constructivo en la cobertura de los conflictos. Promover el diálogo, comprender las causas profundas para encontrar puntos en común son pasos fundamentales hacia el desarrollo sostenible y la paz.
4 Esta actividad se realizó en el marco de Rimanakuy, un proyecto desarrollado en conjunto con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), la Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas y el Gobierno del Perú, que busca fortalecer el sistema de prevención y gestión de conflictos a nivel nacional y realizar aportes claves a la protección de los derechos humanos. La iniciativa cuenta con el apoyo del Fondo para la Consolidación de la Paz (PBF, por sus siglas en inglés) del secretario general de las Naciones Unidas.
Así mismo, “Periodismo para la paz” fue posible con el apoyo de la Asociación Tripartita para el Apoyo de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (TPP por sus siglas en inglés), el cual fue creado por el PNUD, OACNUDH y la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (GANHRI). Esta iniciativa tiene como objetivo proporcionar apoyo a instituciones nacionales de derechos humanos de todo el mundo. Para el caso de Perú, este esfuerzo está enfocado en la asistencia técnica a la Defensoría del Pueblo y sus filiales en el fortalecimiento de acciones de comunicación para el fomento de la paz y el diálogo.