Cristina Ayala Blanco es licenciada en enfermería y obstetricia, oriunda del octavo departamento, Misiones. Durante 28 años se dedicó a su profesión y a la docencia universitaria. Y desde noviembre del 2021 es intendenta del municipio de San Ignacio, Misiones.

Cuenta que su decisión de meterse a la política tuvo que ver con su paso por la Escuela de Formación Política para Mujeres Líderes, impulsada por la Justicia Electoral en colaboración con el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ONU Mujeres, la Unión Europea y la Red de Mujeres Munícipes del Paraguay.

Ella fue parte de la primera promoción (2018) de esta propuesta formativa que busca generar un impacto positivo en el aumento de los porcentajes actuales de representación de mujeres en los espacios políticos, específicamente en cargos electivos de Paraguay, y que actualmente se encuentra desarrollando su décima edición.

“La Escuela de Formación Política para Mujeres fue una experiencia única, a mí en particular me sirvió para adquirir herramientas necesarias para poder llegar a ganar las elecciones. Porque para las mujeres no es fácil, pero gracias a esta escuela, nosotras podemos enfrentar también, pelear de igual a igual con los varones”, comparte Cristina. 

Recuerda cómo nació esta posibilidad de su candidatura, en vista que, para aprobar el curso, Cristina y sus compañeras debían presentar un proyecto político. Ella, como profesional de la salud, entregó un trabajo comunitario, con enfoque social, de salud. “Y allí se me ocurrió la posibilidad de mi candidatura como intendenta, porque políticamente siempre he participado. Ahora sigo trabajando, y en la escuela me dieron muchas facilidades para hacer el trabajo en sí, para proyectar, allí obtuve muchas herramientas que hasta hoy me sirven”, señala.

Agrega que nunca antes se había planteado esta realidad que vive hoy como autoridad máxima de la comuna de San Ignacio. “En verdad no había pensado ni me había imaginado antes la idea de ser alguna vez intendenta. Porque me enfocaba en escalar hacia el ministerio de Salud, ir hacia la parte Obstetricia, porque soy docente”.

El haberse animado retribuye también a personas que dejaron una enseñanza en ella durante sus clases. Una de ellas, la ex ministra del TSJE, María Elena Wapenka, quien les decía: “Nunca digan no puedo”, frase que se le grabó. “Eso se me quedó. Yo puedo igual que muchos. Nunca digan no puedo. También, recuerdo siempre un mensaje que nos había dado el magistrado Godofredo Fleitas, quién nos había dicho: “no todos servimos para todo, pero todos servimos para algo”; y esas palabras se me grabaron y me animaron mucho”.  

La actual intendenta de San Ignacio Misiones, destaca que esta propuesta formativa también ayuda a que las mujeres se puedan valorar más. “Muchas veces decimos no puedo, no voy a poder. La escuela y también otros seminarios que fui haciendo, y otras oportunidades de formación, me ayudaron y también a mis compañeras a que nos valoremos, a poder decir sí puedo, a preguntarnos por qué los varones pueden y yo no. Si ellos pueden ser administradores, y tenemos el mismo conocimiento, además de ser mamás, hijas, esposas, funcionarias, trabajadoras… ¿por qué no vamos a poder? Eso lo que me llevó a que yo pueda llegar, y la ayuda de mis familiares”, destaca.

Elección

Cristina trabajó siempre en la política de la salud pública, con la gente, y considera que este es un momento más en su trayectoria.

Recuerda que su elección fue histórica en su distrito, donde obtuvo una victoria por 7.000 votos de diferencia. “Logré la unidad de todos los movimientos, de los líderes de mi comunidad. Siempre enfoqué mi campaña en mi proyecto político, sin agravios”.

Según la publicación Democracia y Género: Democracia, participación política e igualdad de género (PNUD 2016), para lograr una democracia plena, es necesario el reconocimiento íntegro de la ciudadanía de las mujeres, que además de participar como electoras, deben tener mecanismos que garanticen su plena realización como ciudadanas, por ejemplo, al acceso al poder.

En relación al aporte de las mujeres a la democracia, Cristina reconoce, que, por el trabajo con empeño, honestidad, empoderamiento, transparencia y responsabilidad, sobre todo, es lo que hace la diferencia. “Ojalá que muchísimas mujeres más puedan ocupar municipios, ministerios. Me doy cuenta la diferencia de trabajar, por ejemplo, con la ministra de Turismo, Sofía Montiel, como te da ese espacio, como te ayuda, con tu par, es tan fácil. En cambio, con los varones, tenés que luchar un poco más”.  

Añade que las mujeres también demuestran algo diferente, mayor interés. “Desde mi experiencia yo cambié desde lo que es el ambiente. El ambiente físico, el relacionamiento, todo cambió. Se siente ese ambiente diferente en la municipalidad, a casi un año de mi gobierno, desde el momento en el que ingresé. Se siente ese ambiente de compañerismo, de empoderarse los funcionarios y funcionarias, de sentirse ellos parte de ese trabajo, no fue fácil, pero logramos”. 

Política

Para Cristina, hacer política es trabajar con la gente, compartir, “la política es un servicio a la gente”, define.

Y aprovecha para invitar y animar a otras mujeres para que demuestren su liderazgo en la política. “Para que de esa manera puedan cambiar la realidad, con sus conocimientos, que se empoderen, y demuestren que realmente servimos a la gente. No porque uno llegue al poder ya tiene que empezar aislarse. Eso debemos de tener en cuenta para que vuelva otra vez esa credibilidad hacia la clase política, que los jóvenes miren de nuevo a la política como algo lindo, porque día a día se va desgastando, y lo ven como algo malo, no lo ven con buenos ojos. Eso tenemos que cambiar”, remarca.