Protección de persona a persona: una poderosa herramienta para la crisis alimentaria

29 de Diciembre de 2022

 

Como resultado de la guerra en Europa 20 millones de personas están en riesgo de morir de hambre, es la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Esto se suma a una situación de crisis alimentaria preexistente a nivel global. Alrededor de 193 millones de personas en 53 países o territorios se encontraban en situación de inseguridad alimentaria aguda y ese número sigue aumentando de forma alarmante[1]. Esta es una demostración más de cómo, en este mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, un evento en un lugar del mundo tiene repercusiones en todo el sistema económico y político global. Ante esto, es necesario repensar los abordajes y plantear nuevas soluciones.

La ONU trabaja a nivel mundial, para proveer alimentos y apoyar a los países para garantizar la seguridad alimentaria de su población, brindando ayuda urgente y aumentando la resiliencia a largo plazo entre las personas en situación de vulnerabilidad.

En Argentina, la inseguridad alimentaria está directamente vinculada a la malnutrición. La segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2019)[2], manifiesta una clara epidemia de sobrepeso y obesidad que continúa aumentando sostenidamente en Argentina. En la población adulta, la prevalencia de exceso de peso fue de 67,9% y 41,1% de la población de 5 a 17 años. La baja talla y el bajo peso se mantienen en valores relativamente estables, pero se relacionaron de manera inversa al nivel socioeconómico.  Los condicionantes socio-ambientales, como la falta de agua potable y desagües cloacales, pueden agudizar esta problemática.

En referencia a la ascequibilidad de alimentos, entre el período 2014-2016 y el correspondiente a 2016-2018, el porcentaje de la población argentina que experimentó inseguridad alimentaria moderada o grave pasó del 19,1 % al 32,1%, incrementándose al 35,8% de la población en el período 2018-2020[3]. En consecuencia, existe en el país un amplio sector de la población que presenta barreras de acceso a una alimentación sostenible.

Para hacer frente a esta problemática, Argentina implementa desde 2003, el Programa Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNSA) que tiene como eje central la producción de alimentos y la mejora de la calidad nutricional y de la cobertura alimentaria. Este esfuerzo es de suma importancia en el contexto actual de alza de precios de los alimentos a nivel global y de crisis macroeconómica a nivel nacional.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Argentina coopera desde 2006 con el Ministerio de Desarrollo Social para implementar el   Programa “Abordaje Comunitario”, cuyo objetivo es apoyar una red de organizaciones comunitarias que brindan servicios alimentarios y otros servicios complementarios a población en situación de vulnerabilidad.

 

Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la participación de los actores locales de base es crucial para garantizar que las intervenciones sean efectivas y se orienten adecuadamente a las necesidades concretas territoriales. Los actores locales son los que conocen de forma directa las necesidades específicas de cada niño y niña, madre adolescente o joven en riesgo, en el momento concreto y pueden, por tanto, determinar qué ayuda esencial se necesita con asertividad. Estas redes locales en zonas vulnerables materializan un principio más amplio que resulta clave en contextos de crisis: la “protección social de persona a persona”, una lección que la pandemia de COVID-19 nos volvió a demostrar. “La protección social persona a persona toma aquello que es normal en la familia para extenderlo a la comunidad”, dice Nora Lustig[4]. A través de estas redes, en Argentina se pudieron implementar acciones clave para fortalecer la seguridad alimentaria en el marco de las medidas de aislamiento impuestas por la pandemia de COVID.[5] En 2020, se brindaron servicios alimentarios a más de 1.200.000 personas y en 2021 a más de 1.700.000.

Paralelamente, las redes de protección “persona a persona” abren una puerta para el trabajo conjunto con el Estado. El servicio alimentario se vuelve la puerta de para el trabajo territorial mano a mano con las organizaciones comunitarias, para su fortalecimiento y desarrollo de capacidades en múltiples ámbitos. De esta manera, se crea un nuevo vínculo entre Estado y sociedad civil, donde son las organizaciones sociales las que desarrollan servicios y actividades que resultan significativas en sus comunidades y el Estado acompaña y apoya este proceso.

En este marco, se destaca el compromiso y empoderamiento de las mujeres en la gestión de servicios alimentarios y de cuidado, muchas de ellas líderes que brindan generosamente su tiempo y esfuerzo a su comunidad. En los comedores comunitarios, son las mujeres del barrio las que preparan los menús diarios, con recetas que combinan todos los elementos necesarios para asegurar una alimentación suficiente y de calidad.

A través de esta relación con los actores locales, se construye una potente sinergia de abajo hacia arriba y viceversa que fortalece los entramados de protección de “persona a persona”. Así, se crean redes permanentes que potencian las soluciones comunitarias integrales y permiten abordar de una manera más efectiva y eficiente la lucha contra el hambre.

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[1]https://www.fao.org/newsroom/detail/global-report-on-food-crises-acute-food-insecurity-hits-new-highs/es

[2]https://bancos.salud.gob.ar/sites/default/files/2020-01/encuesta-nac-nutricion-salud_resumen-ejecutivo.pdf

[3] FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF. 2021. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021. Transformación de los sistemas alimentarios en aras de la seguridad alimentaria, una nutrición mejorada y dietas asequibles y saludables para todos. Roma, FAO. https://doi.org/10.4060/cb4474es

[4]https://www.undp.org/es/latin-america/blog/la-nueva-desigualdad-y-la-protecci%C3%B3n-social-entre-personas

[5]PNUD, Covid-19 and social protection of poor and vulnerable groups in Latin America: a conceptual framework, COVID 19 Policy Documents Series, Mayo 2020. (Traducción propia).