“Promover desarrollo humano en el Perú de 2025 sigue siendo relevante, todavía no hemos culminado la tarea”

Entrevista con Jhonatan Clausen, Director del Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL – PUCP)

14 de Agosto de 2025
A man with a beard stands confidently in front of a colorful abstract background.
Foto: Nuria Angeles

 

Entrevista por Nuria Angeles

 

El desarrollo debe entenderse más allá de los números y los promedios, tiene que ver con el poder de agencia de las personas para poder vivir la vida que ellos deseen. Desde su primera publicación en 1990, el Índice de Desarrollo Humano (IDH), pone énfasis en cuestiones clave para la agenda del desarrollo de las personas. Por ello, en su octava publicación en el Perú, el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2025, “Actuar, confiar y conectar caminos”, explora la relación entre la gobernabilidad y el desarrollo humano. Además, como su propio nombre plantea, el documento fue construido a través de un proceso altamente participativo y descentralizado, que involucró y convocó a distintos sectores clave del país, entre ellos: la academia.  

Como un actor clave del desarrollo, la academia desempeña un rol crucial al proporcionar datos, investigación y análisis que pueden informar la toma de decisiones más efectivas. Además, al generar y difundir conocimiento, pueden contribuir a la formulación de políticas públicas basadas en evidencia. Por ello, y para conversar sobre su rol en este proceso y las oportunidades que se abren a partir de la presentación del informe, conversamos con Jhonatan Clausen, Director del Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL – PUCP) y profesor del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). 

¿Qué nos dice este nuevo informe sobre los desafíos que estamos enfrentando como país para acelerar el desarrollo humano?  

Lo que nos dice el Informe de Desarrollo Humano es que, si bien hay mejoras en términos de desarrollo humano e indicadores básicos, lo cierto es que persisten una serie de brechas y de desigualdades que podrían estar haciendo que las personas no estén satisfechas del todo con la democracia, las instituciones, etc. Eso es un problema en la medida que requerimos una sostenibilidad del sistema democrático para generar más desarrollo humano. Al mismo tiempo, la democracia en sí es desarrollo humano también. Las rutas que el Informe identifica parten por generar o reconstruir esta confianza entre las personas y también hacia las instituciones del Estado, como un mecanismo para poder construir una mayor gobernabilidad y una mejor convivencia. 

Desde su perspectiva, los cambios recientes en ingreso, en acceso a salud, en educación — que construyen el Índice de Desarrollo Humano — ¿Qué valores o puntos en común comparten cuando hablamos de la Agenda de Desarrollo del Perú? 

Los valores en común que comparte la agenda de desarrollo en el Perú con los componentes del Índice de Desarrollo Humano (IDH) son bastante claros y básicos. Por ejemplo, el componente de la promoción de una vida larga y saludable, que tiene que ver con el componente de esperanza de vida y; por otro lado, el componente de una educación básica que está asociado a las políticas educativas, no solo están vinculados a la agenda nacional, sino también a la agenda global en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Lo cierto, es que eso es muy importante, pero debemos recordar que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y la perspectiva de medir el desarrollo humano en el territorio tiene ventajas y también limitaciones. Limitaciones, en tanto hablemos de cuestiones absolutamente básicas que son muy importantes, pero que no cubren necesariamente todo lo que es importante. Y ahí el desafío es cómo hacer para poder visibilizar esos otros aspectos que, siendo importantes, a lo mejor no están siendo tan atendidos como debería.  

Entonces ¿Los promedios pueden esconder algunas brechas?  

Sí, los promedios en general en países como el Perú, en los cuales tenemos muchas desigualdades de diferentes tipos, desigualdades multidimensionales, tienen que ser tomados con cuidado. Por un lado, es importante verlos y ver su evolución, pero hay que hacer un doble click. Hay que desmembrarlos para ver cuáles son las brechas, esas desigualdades que pueden estar ocultando. Y lo cierto es que todavía hay territorios dentro del Perú que están particularmente en riesgo de quedarse atrás en el proceso de desarrollo. Y es ahí donde quizás es más importante o prioritario colocar los esfuerzos de política pública. En ese sentido, el Informe de Desarrollo Humano — al actualizar las cifras del IDH a nivel distrital — proporciona algunas pistas sobre dónde sería más importante enfocar esos esfuerzos en un contexto en el que los recursos públicos siempre son escasos. 

Como mencionó el tema de la multidimensionalidad de las desigualdades ¿Cree que puede existir una complementariedad entre la medida de pobreza multidimensional y el Índice de Desarrollo Humano? 

No miden lo mismo, pero tienen una perspectiva similar. Lo que comparten, es que lo que importa en términos de la vida de las personas no se circunscribe a un único aspecto. Por ejemplo, el dinero es importante, pero no es lo único importante. Ambos abrazan esa multidimensionalidad, sin embargo, son herramientas que ponen el foco en cosas diferentes. El IDH, pone énfasis en los niveles promedio y cómo le va en general a las personas, a las regiones y en particular a los territorios. Por su parte, los índices de pobreza multidimensional como, por ejemplo, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) Global, toma en cuenta a quienes están peor dentro de los que están mal y cuáles son esa combinación de privaciones o de carencias que los coloca en una situación en la que ni siquiera cumplen unos mínimos aceptables como sociedad. Se complementan, sin duda, porque uno esperaría que mientras menor pobreza multidimensional haya más desarrollo humano. Sin embargo, insisto, miran aspectos distintos. 

¿Y existiría alguna posibilidad de utilizarlas en conjunto? 

Creo que ambas herramientas, el IDH y en general indicadores multidimensionales de pobreza o de pobreza multidimensional se pueden utilizar en conjunto. Por ejemplo, uno podría utilizar los indicadores o la información que da el IDH a nivel distrital para identificar algunos distritos que están en una situación más desaventajada, pero a su vez uno podría colocar una segunda capa para identificar — si tuviésemos información sobre pobreza multidimensional a ese nivel — cuáles de esos territorios concentran una mayor incidencia de pobreza multidimensional. En ese sentido, los Censos Nacionales, que se llevarán a cabo prontamente en el Perú, van a poder proporcionar información valiosa para complementar lo que ya nos dice el Informe sobre Desarrollo Humano, pero con otros datos ya en la perspectiva de pobreza y que nos permiten poner el foco en lo micro y muy territorial, a nivel distrital inclusive. 

Como aliados del PNUD en la construcción del Informe y desde la perspectiva de IDHAL ¿Cuáles creer que son algunas de las oportunidades que se abren a partir de la presentación del Informe? 

En general, la PUCP tiene en su ADN un compromiso con el desarrollo humano integral. Entonces, las puertas que se abren son para empezar a explorar esos aspectos que están en el Informe, para generar una discusión. Existen ciertos puntos en particular, por ejemplo ¿Cuál es el rol de la gobernabilidad en el bienestar multidimensional? Por otro lado, hay información que como IDHAL proporcionamos para el Informe. Esta muestra que en general las personas tienden a generar una serie de estereotipos negativos contra o hacia las personas que están en situación de pobreza, algo que se conoce con el nombre de aporofobia o aversión a las personas en pobreza. Creo que esa es otra línea importante que se abre para seguir investigando y colaborando con el PNUD en esa ruta.  

Y hablando sobre la propuesta central del Informe de Desarrollo Humano ¿Cómo contribuye la acción conjunta —entre la Ciudadanía, el Estado, la academia, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado— a cerrar las brechas territoriales en el Perú?  

Para cerrar las brechas territoriales de desarrollo humano que existen en el Perú es importante la confluencia de varios actores. En un caso como el peruano no es suficiente la actuación del sector público o solamente la del sector privado o la academia o la sociedad civil, sino que se requiere la confluencia de todos estos actores. Eso es muy importante. Ahora, pasando a lo más específico, lo cierto es que cada uno de esos actores tiene mandatos distintos y allí surge la idea de sinergias y complementariedad. Los académicos hacemos investigación y podemos proporcionar evidencia. Los hacedores de política pueden tomar esa evidencia, esa investigación, para dar forma a las políticas. Los organismos multilaterales como el PNUD tienen además una larga tradición de articuladores, y en ese sentido cumplen un rol muy importante. También son quienes producen parte de estos insumos clave para la política pública y para la academia, como el IDH, el Índice de Densidad del Estado (IDE) y otros. Entonces, creo que en un contexto donde uno de los desafíos es esta falta de conexión, de colaboración, un ente articulador como el PNUD puede ayudar mucho para sostener esto en el tiempo. Ahora, se presenta el Informe y probablemente vamos a discutir sobre eso, pero la idea no es que se quede ahí, sino que eso nos permita continuar una línea bien clara de acción. Para eso creo que nuestro rol desde la academia consiste en sostener esa discusión entre nosotros, con nuestros estudiantes, con las y los jóvenes, y también, por supuesto, con otras áreas de la sociedad civil más allá de la universidad. 

La perspectiva de desarrollo humano en el Perú hoy, en 2025, sigue tan vigente como lo estaba en 1990, cuando se lanzó el primer Informe de Desarrollo Humano. Aún no hemos logrado una situación en la que podamos decir que estamos completamente satisfechos con la situación del país en términos de su desarrollo humano. Todavía hay mucho trabajo que hacer. Es verdad que hemos logrado ciertos avances, pero ese desarrollo humano básico que hemos logrado tiene dos características que es importante tomar en cuenta. La primera es que — y ya lo he mencionado — es muy básico todavía, y necesitamos ir más allá. Y la otra, que se reveló a partir de las consecuencias duras que tuvo la pandemia en el caso peruano, es que son logros frágiles. Por lo tanto, todavía es necesario generar políticas, apuestas que logren consolidar estos avances para evitar que ante shocks y otro tipo de crisis que pueden presentarse, como el cambio climático y otros desafíos que emergen, no nos lleven a retroceder. Y creo que ahí está el desafío de desarrollo humano: hablar de desarrollo humano, promover desarrollo humano en el Perú de 2025 sigue siendo relevante. Todavía no hemos culminado la tarea, estamos en eso y debemos seguir en eso.