Superar la pobreza requiere entenderla como un problema multifacético y con un abordaje integral y descentralizado
Participación ciudadana para erradicar la pobreza
16 de Octubre de 2025
Por Sebastián Sevilla Ferrari y Paula Rivera
La pobreza no puede entenderse únicamente como la ausencia de recursos económicos, pues cada familia en situación de pobreza sufre también de falta de recursos básicos, redes de apoyo y de acceso a instituciones que puedan garantizar sus derechos. No solo reciben menos ingresos, sino que trabajan en condiciones más peligrosas, pagan más por el agua que consumen, enfrentan más obstáculos para acceder a la justicia, la salud y la educación. Es decir, ven vulnerados sus derechos civiles, políticos, económicos y sociales.
Según el INEI (2024) más de nueve millones de personas en el Perú viven en situación de pobreza. Construir un futuro más justo para ellas es algo que compromete a todos los sectores de la sociedad.
Siguiendo ese ideal, desde 2023, la iniciativa Tejiendo Ciudadanía: Encuentros por el Perú, impulsada por el PNUD, el Grupo La República, el Instituto de Estudios Peruanos, la Red Científica Peruana, en alianza con universidades de diferentes regiones, y con el financiamiento de la Unión Europea, buscó recoger las voces locales, de más de 700 personas representantes de 310 organizaciones del Estado, empresa, academia, periodistas, y organizaciones civiles para proponer soluciones a los principales problemas que les aquejan en sus territorios y a nivel nacional.
Salud: cerrar brechas para garantizar derechos
La salud y la pobreza están estrechamente vinculadas: sin atención de calidad ni servicios básicos, la capacidad de las personas para desarrollarse y salir adelante se ve gravemente limitada.
En las regiones del sur del Perú, más del 40% de niñas y niños de 6 a 35 meses padecen anemia mientras que, en la Amazonía, el 60% de los menores de tres años presenta esta condición, una situación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica como un problema de salud pública de grado severo. Mientras que en la macrorregión centro, más del 90% de los establecimientos de salud del primer nivel de atención funciona en condiciones inadecuadas, de acuerdo con un estudio del Minsa del 2022.
A ello se suman factores estructurales y climáticos que ponen en una situación mas vulnerable la salud de la ciudadanía. Según reveló una población del Banco Mundial, el 50% de peruanos no tiene acceso a agua potable. Además, en el norte, el Niño Costero de 2017 y el ciclón Yaku en 2023, dejaron hospitales inundados y centros de salud colapsados, afectando la atención de comunidades enteras.
“Es clave prevenir la anemia para garantizar el desarrollo infantil temprano y mantener y aumentar las capacidades de nuestros niños y jóvenes. Para ello, debemos asegurar que haya disponibilidad de agua potable pues, de lo contrario, nuestros niños están expuestos a agua contaminada, lo que les genera diarreas y pérdida de hierro, lo que incrementa el riesgo de anemia”, aseveró Ariela Luna, exministra de Desarrollo e Inclusión Social en el encuentro macrorregional Oriente.
Durante los encuentros de Tejiendo Ciudadanía, uno de los consensos más importantes fue la necesidad de cerrar las brechas de infraestructura y equipamiento en salud, desde licitar paquetes de obras a nivel provincial hasta asegurar el mantenimiento de los establecimientos existentes.
Para lograrlo, se propuso redistribuir las responsabilidades y presupuestos entre niveles de gobierno, permitiendo así respuestas más descentralizadas, rápidas y coordinadas. Otra propuesta fue la necesidad de fortalecer la articulación entre sectores, pues experiencias como las campañas de vacunación escolares demuestran que las alianzas interinstitucionales, por ejemplo, entre salud y educación producen mejores resultados.
Productividad, diversificación económica y formalización del empleo
Uno de los caminos más eficaces para mejorar las condiciones de vida es elevar la productividad de la economía, asegurando que el crecimiento se traduzca en más y mejores oportunidades de empleo. Sin embargo, la economía peruana sigue marcada por fuertes concentraciones sectoriales y altos niveles de informalidad.
En la macrorregión sur, por ejemplo, se concentra el 41% de la empleabilidad de la minería formal a nivel nacional, según el Ministerio de Energía y Minas. Este peso, aunque importante, también revela la dependencia de un solo sector. Mientras tanto, en el Perú, más del 71% de la población económicamente activa ocupada trabaja en el sector informal (EPEN 2025), lo que significa que no tiene acceso a derechos laborales ni protección social. En la región sureña de Huancavelica, esta cifra se eleva al 89.3%.
“Pensar en empleos autónomos, en donde cada uno busca su trabajo, eso es condenar al país, no solamente a una baja productividad, si no a una economía de trabajadores sin derechos, de empleos precarios”, comenta Antonio Castillo, Gerente General de la Sociedad Nacional de Industrias.
Es por ello que una de las soluciones que resultaron del encuentro en el sur fue la diversificación de la economía a través de la innovación. Para ello, se recomendó destinar más recursos del canon minero al fortalecimiento de universidades y centros tecnológicos, articulándolos con cadenas productivas como la agroexportación, que por su alta demanda de mano de obra puede convertirse en motor de desarrollo regional.
En el centro del país, la prioridad fue cómo elevar la productividad para reducir la informalidad. Entre las propuestas más concretas estuvo la de reducir los costos de la formalización mediante esquemas progresivos, y promover que el Estado revise regulaciones que generan sobrecostos o espacios para la corrupción.
“Mayores derechos laborales, que son beneficios de la formalidad laboral, solo pueden cubrirse con mayor productividad de las empresas. Por ello, no debemos pensar en la informalidad y la formalidad como blanco o negro, sino como un proceso que tiene una serie de grises, de pasos intermedios por los que se puede pasar de uno a otro. En ese sentido, un camino puede pasar por aplicar escalas progresivas y sencillas que permitan a más trabajadores acceder a la formalidad sin que suponga restar productividad a las empresas”, afirmó Diego Macera, director del Instituto Peruano de Economía (IPE), durante el encuentro de la Macrorregión centro de Tejiendo Ciudadanía.
Erradicar la pobreza requiere atender las múltiples caras que toma en cada macrorregión del país. De cara al proceso electoral del 2026, los diagnósticos y propuestas que se plantearon desde Tejiendo Ciudadanía son insumos clave para que los nuevos liderazgos impulsen una agenda participativa que se traduzca en políticas en favor de la población más vulnerable.