Producción flexible: una apuesta para fortalecer a pequeños talleres de confeccionistas de Yaguarón

¿Cómo innovar en pequeñas industrias familiares? Presentamos aquí los resultados del experimento de campo realizado para mejorar la productividad de los talleres a través de servicios colectivos de supervisión y capacitación.

14 de Abril de 2023
Producción flexible. Hombre cortando la tela

Desde hace 30 años, don Julio se dedica a la confección de pantalones de vestir y camperas en el barrio San Roque de Yaguarón. Lo ayudan otros tres miembros de su familia. El pequeño taller ocupa un espacio de su casa. Su sala siempre está llena de telas y retazos amontonados en los rincones. En semanas de temporada alta los ingresos por trabajador llegan a alcanzar el equivalente a poco más de un salario mínimo. En temporada baja el ingreso se reduce a la mitad.  

La descripción de este pequeño taller familiar es muy similar a los otros 158 talleres que funcionan en Yaguarón, un municipio ubicado a 48 kilómetros de Asunción, que ha llegado a constituir un incipiente clúster industrial.  

¿Hay espacio aquí para la innovación? Hay pruebas de que sí. En pandemia, muchos de estos talleres dedicados históricamente a fabricar pantalones, asumieron el desafío de producir batas para hospitales. En poco tiempo, cambiaron sus técnicas y se adecuaron a la demanda. Yaguarón aportó el 9% de los 3 millones de productos que se entregaron en 4 meses en el marco del Acuerdo Nacional de Batas. Esta experiencia demostró la capacidad de respuesta y adaptación a nuevos parámetros de producción de los micro talleres y la industria manufacturera textil, con una base de gestión asociativa. Además, evidenció la existencia de condiciones para la producción flexible, un modelo que puede convertirse en una innovadora apuesta productiva local sostenible. Esta idea motivó un experimento realizado en 2021 con un grupo de talleres de confección que integran el clúster en Yaguarón, coordinado por el Laboratorio de Aceleración del PNUD,  la Estrategia Nacional de Innovación de la Unidad de Gestión de Presidencia de la República, con el apoyo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social a través del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), la Municipalidad de Yaguarón y el Ministerio de Educación y Ciencias. 

Para un pequeño taller de confección es difícil pagar capacitaciones, contar con un supervisor de producción o contratar a un agente que busque clientes. Pero cuando un grupo de talleres se asocian pueden compartir los costos de estos servicios en forma colectiva, y lo más importante, estar preparados para grandes pedidos.  

Lograr satisfacer estas necesidades requiere un tipo de inversión que no está al alcance individual de las PyMEs. Sin embargo, el experimento realizado demuestra que cuando una entidad externa a los talleres individuales provee un servicio colectivo, como el monitoreo de calidad continuo, tiene un impacto medible en la eficiencia de la producción. Esto significa que este tipo de inversiones son racionales y rentables, además de que generan un retorno económico y social.  

 
El experimento
Producción flexible. Encargados del taller con las batas en confección

Encargados del taller con los guardapolvos en confección

Nuestro experimento consistió en realizar un pedido de un total de 3000 guardapolvos escolares a 15 talleres que mostraron su interés en participar de la intervención, dividiéndolos en dos grupos: tratamiento y control. La principal diferencia entre ambos grupos es que los talleres del grupo de tratamiento, además del pedido de guardapolvos, también recibieron las siguientes intervenciones:  

  1. capacitaciones de media jornada a dueños de talleres sobre el control de tiempo industrial, secuencias operativas y costo de producción por minuto,  
  2. capacitaciones básicas de 20 minutos a costureros sobre técnicas de fabricación y control de calidad de guardapolvos escolares y,  
  3. control de tiempo y calidad continuo durante el proceso de confección de los guardapolvos por parte de monitores.  

Para evaluar si las capacitaciones brindadas tuvieron un efecto en la eficiencia productiva de los talleres, se compararon los tiempos de producción y porcentaje de rechazos posterior a la producción de ambos grupos. Las mediciones de tiempo, así como el control de calidad continuo recibido por el grupo de tratamiento, fueron realizadas por instructores del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP). 

 
Los resultados

Al comparar los resultados, obtuvimos algunos hallazgos interesantes. Los talleres del grupo de tratamiento emplearon una menor cantidad de minutos básicos para realizar cada guardapolvo, comparado con los talleres del grupo de control (promedio 16 minutos por guardapolvo, frente a 25 minutos por guardapolvo en el grupo control). La diferencia encontrada entre ambos grupos es estadísticamente significativa, lo que nos permite concluir que las capacitaciones recibidas y el monitoreo de calidad continuo incrementan la eficiencia productiva de los talleres de confección de Yaguarón.  

Además, encontramos que los talleres del grupo de tratamiento recibieron menos rechazos que el grupo de control (el promedio de rechazos fue de 11 guardapolvos por lote en el grupo de tratamiento, frente a 22 rechazos en el grupo de control).  Además, emplearon menos días para completar la producción (promedio de 2,8 días en comparación con 5,4), aunque estas últimas dos diferencias detectadas entre los grupos no son estadísticamente significativas. Para más detalles sobre la metodología y los resultados, consulta el informe completo de la evaluación de impacto.   

Como parte del proyecto, los 4.600 guardapolvos elaborados durante el estudio fueron donados al Ministerio de Educación y Ciencias, y distribuidos a estudiantes de 5 a 18 años de edad de instituciones educativas de comunidades indígenas a través de su Dirección General de Bienestar Estudiantil. 

 
Nuestros aprendizajes

El estudio dejó aprendizajes y líneas para futuras acciones. Por un lado, las redes interpersonales de parentesco vigentes ayudan a responder con agilidad y flexibilidad a los pedidos, y son importantes para la difusión de servicios de apoyo. Se debe estudiar con mayor detalle cómo funcionan, para identificar qué ventajas y desventajas tienen para la eficiencia productiva y colectiva.  

Otro punto de partida es la asociatividad. En esta experiencia, la Asociación de Confeccionistas de Yaguarón representó un actor importante para la provisión de servicios e inversión colectiva para mejorar la eficiencia del clúster, ya que cuenta con personería jurídica, y está integrado por talleres de mayor escala, mayor nivel de formalidad, y relacionamiento con instituciones públicas y privadas externas al clúster. Entender el alcance actual de las capacidades gerenciales y administrativas de la asociación, además de las fuentes de confianza y desconfianza hacia la misma, es clave para poder potenciar las capacidades productivas del clúster. 

 
Próximos pasos

Un nuevo ciclo de aprendizaje está en marcha este 2023, sumando ahora a otros clústers textiles. La iniciativa se denomina “Local”, un Programa de competencias territoriales para la industria, coordinado por el Laboratorio de Aceleración y la cartera de Desarrollo Inclusivo del PNUD, que busca recoger los aprendizajes de este experimento y expandir su alcance para mejorar las condiciones laborales y de productividad de micro, pequeñas y medianas industrias, a través de la promoción de cadenas de valor locales.  

Como avance, en marzo de este año se ha desarrollado un Censo de Confeccionistas y Artesanos Textiles en la ciudad de Pilar, y en los próximos meses se impulsarán algunas iniciativas pilotos para conocer cómo mejorar la productividad y condiciones de trabajo, promoviendo la asociatividad y las conexiones entre empresas locales.  

Local. ¿Cómo funciona?
 
En detalle, ¿qué es producción flexible?

La Producción Flexible es un sistema desarrollado a nivel global en distintas industrias para mejorar la productividad de las empresas, reducir costos y agilizar los procesos gracias a la aplicación de herramientas y procesos que permiten una rápida reacción a cambios de la demanda en el mercado. 

La posibilidad de desarrollar las bases para potenciar a la industria local es hoy objeto de estudio y experimentación. En Paraguay, el sector textil y confecciones emplea a alrededor de 62.000 personas, con una alta importancia en la generación de oportunidades para mujeres, ya que un 69% de las personas que trabajaban en el sector en el año 2016 en Paraguay, eran mujeres. 

Estos primeros ejercicios demuestran que hay oportunidad de aumentar la eficiencia productiva con mecanismos de control, capacitación, trabajo coordinador en el nivel local, y apuesta a la asociatividad.