Juventudes de los partidos políticos de Uruguay se unen para promover el diálogo interpartidario e intergeneracional y desalentar la polarización

18 de Diciembre de 2023
Representantes de las generaciones 80 y 83 junto a integrantes de las Juventudes Interpartidarias y del equipo del pNUD

Integrantes de las Generaciones 80 y 83, la Interpartidadria de Juventudes y parte del equipo del PNUD.

PNUD Uruguay

La democracia se enfrenta a importantes desafíos a nivel mundial: la puntuación media del índice se estancó en 2022 y América Latina y el Caribe sufren la mayor recesión democrática de las últimas dos décadas (EIU, 2022). Uruguay, conocido como uno de los países más estables y democráticos de la región, y una de las 24 "democracias plenas" del mundo, es parte de la creciente polarización política global.
 
Por otra parte, se constata en el país una creciente desmovilización juvenil en los mecanismos tradicionales (Mieres y Zuasnabar, 2012), y en el marco de una sociedad envejecida, los espacios de participación aparecen como limitados. 

La última Encuesta Nacional sobre Adolescencia y Juventud (2018), arrojó que las actividades vinculadas a la toma de decisiones son las que presentaron menor participación (16%) y en particular, sólo el 5% de la población de 14 a 29 años afirmó haber participado en organizaciones políticas o cooperativas. 

En este contexto, el proyecto impulsado por PNUD Uruguay para la construcción y fortalecimiento de una esfera pública inclusiva tiene como uno de sus objetivos promover en las juventudes políticas la oportunidad de liderar y participar en espacios de diálogo que aborden los complejos desafíos actuales de la democracia.  

Tras la senda de la Juventud Interpartidaria 
Como primer resultado del proyecto, las juventudes políticas se reunieron bajo el nombre de “Juventud Interpartidaria”, retomando experiencias anteriores de asociación y trabajo conjunto.  
Impulsado por los principios de la democracia deliberativa, el proceso iniciado en 2023, sumó el diálogo intergeneracional como insumo clave y convocó a las generaciones 80 y 83, protagonistas de la resistencia durante la dictadura cívico-militar (1973-1985), a ser parte de la deliberación.  

El primer encuentro sucedió en las oficinas de PNUD y contó con la exposición de la politóloga Daniela Vairo y el historiador Gabriel Quírici, junto a 20 jóvenes de los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto y Frente Amplio, y 20 representantes de las generaciones 80 y 83.  

La segunda instancia amplió el círculo y contó con la participación de 40 jóvenes militantes y 40 integrantes de las generaciones 80 y 83, entre los que se encontraban integrantes y dirigentes políticos y sociales, de ambas épocas.

Adversarios, no enemigos 
Respecto a la militancia en clave personal, las generaciones 80 y 83 indicaron que en su juventud la regla era participar activamente y quienes no lo hacían era vistos como escasamente comprometidos por sus pares; por el contrario, las juventudes actuales, acordaron que ser miembro de un partido hoy es una práctica vista muchas veces con incomodidad por sus pares, que además los priva o distancia de las actividades habituales de su edad: “Antes, los que militaban eran los vivos; ahora somos los bobos”.

En la elaboración de estrategias y aprendizajes comunes que fortalecieran la democracia y el desarrollo, se mencionó el conocimiento de los sucesos históricos y la ética política como herramientas claves para hackear la polarización; y se apeló a revisar la narrativa y valorar a quienes adhieren a otras tiendas políticas como adversarios, limitando el uso de la expresión “enemigo político” a escenarios anti-democráticos. 

Entre premios y penalizaciones 
En el mismo sentido, se puso sobre la mesa a las lógicas algorítmicas como uno de los mayores desafíos a sortear, y a redes y medios como responsables de “premiar” la polarización y “penalizar” el intercambio de ideas. En cambio, se destacó que la vida cotidiana del Parlamento encuentra a los representantes y dirigentes con otra disposición, más cercana y fraterna que la imagen que transmiten los medios.

Finalmente, se habló de la carga que implica el accionar de las generaciones pasadas sobre las presentes, y se disputó la noción de desinterés político-partidario de los jóvenes. La juventud concordó en su autopercepción como movilizada, y a modo de ejemplo, se adjudicó la responsabilidad de las marchas por los derechos más multitudinarias del país. En la misma línea, específicamente las juventudes de los partidos más longevos, manifestaron sentirse incluso “marcándoles la cancha” a las cúpulas actuales.  

Desafíos 2024 
Además del diálogo intergeneracional, a instancias de las juventudes, el Proyecto ha incluido visitas a las sedes partidarias, intercambios con la sociedad civil, e instancias de formación y diálogo con periodistas y académicos expertos en democracia y nuevas tecnologías.
 

Durante el 2024, el proceso sumará actores y se centrará en la generación de acuerdos interpartidarios que ofrezcan nuevas respuestas a los desafíos detectados por esta nueva generación política.