¿Cuáles son los desafíos?

En el 2015, los líderes mundiales definieron una agenda global para la transformación de nuestra sociedad, estableciendo las prioridades para los próximos años en la Agenda 2030, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS. Los ODS, constituyen un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de igualdad de oportunidades, de paz y prosperidad. Estos Objetivos, 17 en total, se desprenden de los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, incluyendo nuevas dimensiones como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible, la gobernabilidad democrática, la paz y la justicia, la participación e inclusión ciudadana, la capacidad institucional, la equidad de género entre otras prioridades.

ISA es un grupo empresarial multilatino reconocido por la excelencia de sus operaciones en los negocios de Energía, Vías y Telecomunicaciones; los cuales se desarrollan orientados por la ética y bajo prácticas de gobierno corporativo que son ejemplo en la región. ISA y sus empresas, contribuyen a mejorar la calidad de vida de más de 170 millones de personas en Colombia, Brasil, Chile, Perú, Bolivia, Argentina y Centro América, a través de la operación de sus filiales y subsidiarias. Las empresas de ISA enfrentan el futuro apalancadas en la innovación, la transformación digital y su capacidad para trabajar con otros; están comprometidas con la protección del planeta, la mitigación y adaptación al cambio climático, el uso racional de los recursos, el desarrollo de programas que generen impacto positivo al medio ambiente; y la calidad, confiabilidad y disponibilidad de los servicios prestados.

En Colombia, ISA – a través de su filial ISA Intercolombia – tiene presencia en 356 municipios, con una red de transmisión eléctrica de más de 10.000 kilómetros y 94 subestaciones. Gran parte de la zona de influencia son zonas rurales. En muchos de estos territorios se presenta una alta carencia en la prestación de bienes públicos básicos (vías, escuelas centros de salud, etc.), la producción agropecuaria presenta niveles preocupantes de insostenibilidad por la utilización de prácticas productivas inapropiadas, la ganadería extensiva, desarrollo de cultivos en paramos, zonas de ladera o extendiendo la frontera agrícola, promoviendo la deforestación y el aprovechamiento ilícito del bosque primario. Afectando dramáticamente la disponibilidad del recurso hídrico, la flora y la fauna y en general afectando la sostenibilidad económica y ambiental de los municipios.

Esta problemática se agrava en municipios de categoría 6, con una población máxima de 40 mil habitantes, predominantemente rurales, con altos niveles de pobreza medidos por sus Necesidades Básicas Insatisfecha (NBI) o por el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Igualmente, el acceso a la tierra es limitado para los campesinos y quienes la tienen, presentan limitaciones a la legalidad de su propiedad porque en un alto porcentaje son poseedores sin títulos y no pueden acceder a crédito y otras condiciones básicas para el desarrollo.

Este panorama empeora con las bajas competencias técnicas, organizativas y de concertación existente en los municipios, de estos con las autoridades ambientales y entre organismos estatales y organizaciones sociales, que determinan en general una débil capacidad para implementar medidas relacionadas con el manejo sostenible de sus recursos naturales y de iniciar medidas de adaptación a los efectos del cambio climático que empiezan afectarlos especialmente en la provisión de agua.