Probemos hablando

Cooperación Sur-sur para avanzar en derechos humanos en cárceles

11 de Junio de 2022

Reunión interinstitucional para la protección y promoción de los derechos humanos en cárceles.

Fotos: PNUD Uruguay.

En el marco del proyecto “Tendiendo puentes”, Mariana y Alberto Volpi, de la Procuración Penitenciaria de la República Argentina, visitaron Uruguay para compartir la experiencia de “Probemos hablando”, un programa que promueve el uso del dialogo como forma de resolución de conflictos en cárceles.

Mariana y Alberto Volpi comparten apellido, pero no parentesco, están al frente de “Probemos hablando”. Ambos trabajan en la Procuración Penitenciaria de la República Argentina que tiene como cometido la protección y la promoción de los derechos humanos de las personas privadas de libertad. Mariana es la jefa de Diálogo; en tanto, Alberto es el director del área Prevención de la Tortura, Diálogo y Gestión Colaborativa.

Los Volpi visitaron Montevideo del 18 al 20 de mayo para dar a conocer su proyecto, en el marco de “Tendiendo puentes”, una iniciativa de cooperación Sur-Sur llevada adelante por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oficina Regional del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de ONU y que tiene como objetivo contribuir en la mejora de la gestión de las recomendaciones sobre derechos humanos en cárceles, y apoyar en fortalecer el trabajo de la Oficina del Comisionado Parlamentario Penitenciario.

Durante su visita, se reunieron con actores vinculados al sistema penitenciario y visitaron la cárcel de Canelones con el comisionado parlamentario penitenciario, Juan Miguel Petit. Mariana Volpi destacó el trabajo de diálogo de Petit "con los delegados detenidos de todos los pabellones de la cárcel".

“Probemos hablando” surgió en 2015 y en la actualidad se imparte en tres cárceles de Buenos Aires y próximamente funcionará en un centro penitenciario de Salta. El programa pretende prevenir la violencia a través del diálogo y la palabra, dos elementos que ambos especialistas consideran herramientas clave para el acceso a la justicia y al ejercicio de los derechos. Está dirigido a personas privadas de libertad en contextos complejos como lo son el encierro, la convivencia forzada, la falta de recursos y el hacinamiento.

El proyecto empezó en un establecimiento para hombres de 18 a 21 años, en un centro para mujeres dentro del mismo rango etario y en una cárcel de hombres adultos. Mariana Volpi señaló que en “Probemos hablando” confían “tanto en los presos, como en los agentes penitenciarios, como agentes de cambios”. Destaca que el proyecto "le da la palabra quienes no suelen tener voz para que sean actores transformadores, aunque sea, de su pequeña realidad".

Dinámica de trabajo

En "Probemos hablando" las reuniones son semanales y voluntarias. Cada equipo cuenta con dos o tres facilitadores de diálogo. Las reuniones se extienden por tres o cuatro meses y luego se realiza una evaluación. “A las dos, tres reuniones, cuando ya se construye un poco de confianza, se empiezan a ver cambios”, afirmó Alberto Volpi. “Se hace durante tres, cuatro meses —explicó— después se hace una evaluación”. Si bien cada equipo tiene "mucha autonomía para trabajar, decidir, acordar y construir colaborativamente", cada uno "integra un grupo más grande que lo contiene, lo apoya y lo sostiene”.

Mariana Volpi señaló que es importante que las personas privadas de libertad “vean alternativas que no ven en la vorágine y en la necesidad de interpretar este personaje de un preso violento que es el que todos están esperando que vos seas”.

“Nuestro trabajo con los adultos normalmente termina en algún proyecto que ellos quieren llevar adelante y el facilitador del diálogo lo que hace es fortalecerlos, generarles confianza para que ellos lo puedan desarrollar por sí mismos", señala Marian Volpi

Respecto a los jóvenes adultos (de 18 a 21 años) señala que son más receptivos: "con ellos trabajamos con teatro y otros tipos de herramientas y se super motivan”.

Figuras públicas que apoyan el programa

“Probemos hablando” cuenta con el padrinazgo del director de cine y realizador Juan José Campanella, quien realizó un corto que presenta la propuesta en una cárcel. Asimismo, la actriz uruguaya Natalia Oreiro ha apoyado el programa, presentando películas y brindando charlas en el centro penitenciario para mujeres.