Sí existen y debemos protegerlos

Por: Bettina Woll, representante residente del PNUD Perú

9 de Agosto de 2023

 

Los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial sí existen. 

Son más de siete mil personas agrupadas en 25 pueblos indígenas, según el Ministerio de Cultura, que de manera voluntaria decidieron no tener contacto con el resto del país para salvaguardar su forma de vida en estrecha relación con los bosques. Estos pueblos, llamados PIACI, existen en Perú y también en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Venezuela. 

Si los pueblos indígenas en general son unas de las poblaciones más vulnerables, los PIACI lo son aún más. En aislamiento atraviesan una extrema vulnerabilidad a todo nivel, desde lo sanitario, lo territorial, lo sociocultural y lo demográfico. Y cada vez más las economías ilegales como el narcotráfico, la tala y la minería ilegal, por citar los delitos de mayor impacto, suponen un peligro para su supervivencia. 

Desde hace 17 años, los PIACI están protegidos bajo la Ley 28736, un hito histórico que fue posible gracias al incansable trabajo de los pueblos y las organizaciones indígenas junto al Estado peruano, el cual ha permitido garantizar sus vidas, su integridad y, a la par, conservar sus territorios que deben ser intangibles.  

Esta ley es un logro importante que puso al país a la vanguardia en este aspecto en todo el mundo, y desde luego responde al Convenio 169 de la OIT —como instrumento vinculante— y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que garantizan la protección de los territorios indígenas y los derechos de autodeterminación, así como el derecho a no sufrir asimilación forzada o la destrucción de su cultura. 

En la actualidad, se han logrado crear siete reservas indígenas, que son territorios intangibles delimitados por el Estado peruano para proteger la vida de los PIACI y la biodiversidad que albergan y de la cual depende su subsistencia. Frente a la pérdida de bosques —137 976 hectáreas en 2021, de acuerdo con las últimas cifras oficiales disponibles—, la creación de reservas indígenas salvaguarda los derechos de los PIACI a la par que es una estrategia efectiva para la conservación.  

Esto trae, además, grandes beneficios para el resto del país: la Amazonía y sus bosques regulan el ciclo del agua y proveen alrededor del 50% de humedad de la región andina. En la actualidad, cuando vemos la amenaza de la crisis climática tomando formas cada vez más concretas como sequías, inundaciones, aumento de temperaturas, y el inminente fenómeno El Niño global, se vuelve aún más importante conservar la naturaleza que combate y mitiga estos cambios, así como proteger a quienes se encuentran en la primera línea de conservación.  

Es sabido que existen intereses económicos relacionados con la posibilidad de actividad de hidrocarburos y forestal en estos territorios, que han motivado a que se niegue la existencia de los PIACI, esto a pesar de que existe rigurosa evidencia que contradice las constantes campañas de desinformación. 

Pero, más allá de que estamos hablando de derechos humanos o conservación ambiental, poner en riesgo la subsistencia, desconocer o amenazar los territorios de los PIACI, traería limitaciones para que el país acceda a mercados internacionales cada vez más exigentes. Por ejemplo, es el caso de la Unión Europea que prohíbe las importaciones que proceden de tierras deforestadas y degradadas, lo cual incluye que se hayan respetado los derechos de los pueblos indígenas. Otros mercados internacionales y estratégicos para los productores peruanos —como es el caso de los Estados Unidos— tienen propuestas normativas similares en desarrollo. 

Ahora que el Perú busca ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es preciso recordar que esta ha manifestado su preocupación por la creciente presión de grupos económicos sobre la Amazonía peruana, principalmente de la industria extractiva, la urbanización no planificada y la deforestación, reconociendo que amenazan tanto este ecosistema como el bienestar de su población. Poner en riesgo la protección de los PIACI y sus territorios representaría un riesgo inminente para su existencia, así como una importante barrera para la incorporación del Perú en espacios internacionales como la OCDE.  

Tenemos la obligación de salvaguardar todo lo avanzado durante estos 17 años de la Ley PIACI y sumar esfuerzos para fortalecer la estrategia de protección y reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en aislamiento en el país.  

Es por esto que espacios como la Cumbre Amazónica de Belém do Pará, que se celebra esta semana en Brasil, resultan tan importantes. El encuentro reunirá a los países de América Latina que comparten la Amazonía, para discutir sobre los temas más urgentes para la protección de este ecosistema; así como articular esfuerzos y desarrollar una visión conjunta que considere a los pueblos indígenas en las estrategias y planes de desarrollo territorial, la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Los pueblos indígenas, y los PIACI, están en la primera línea de conservación, así como serán los primeros y principales afectados por la degradación del medio ambiente. Es fundamental que como región articulemos acciones que fortalezcan su protección y gobernanza, para asegurar un futuro más sostenible.