Rimanakuy, nos estamos escuchando

El proyecto, impulsado por tres agencias de Naciones Unidas en Perú, contribuirá en la prevención de conflictos sociales en el país y el fomento de una cultura de paz.

16 de Noviembre de 2023

 

El Perú atraviesa un desafiante periodo de conflictividad. Abordar este problema es urgente pues la estabilidad y la paz social son la base para el logro del desarrollo sostenible. Por eso, ahora más que nunca, el diálogo y la escucha entre las instituciones y la sociedad civil juegan un papel fundamental para la prevención y resolución de conflictos, y la protección de derechos humanos. 

Para responder a esta problemática surge Rimanakuy, un proyecto impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACNUDH) y la Oficina del Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Perú, en alianza con el Ministerio de Relaciones Exteriores, que busca invitar a todos y todas a dialogar, escucharnos y contribuir, conjuntamente, con una cultura de paz. La iniciativa busca fortalecer el sistema de prevención y gestión de conflictos a nivel nacional y realizar aportes claves a la protección de los derechos humanos. 

Descentralizando la prevención de conflictos

Rimanakuy, que en quechua significa “diálogo”, es el mecanismo a través del cual ha sido posible, a lo largo de la historia, que los pueblos y sus demandas sean escuchadas para aspirar a una sociedad democrática, pacífica e inclusiva.

 

En nuestro país los conflictos sociales se han manifestado en regiones que aún presentan desafíos para el cierre de brechas. Poner especial atención a estos territorios es crucial para reconocer los factores que detonan el descontento de la población y actuar frente a ellos. Según el último reporte de la Defensoría del Pueblo en el Perú, Ayacucho, Apurímac, Loreto y Puno encabezan la lista de regiones con un alto número de conflictos, por ello han sido elegidas para focalizar esta estrategia que fortalecerá un modelo de gestión de conflictos. 

Asimismo, frente al difícil clima de desconfianza, la iniciativa promoverá la institucionalización de espacios de escucha y diálogo descentralizados a nivel nacional, fomentando el trabajo articulado entre actores del gobierno regional y local, sociedad civil, comunidades locales, entre otros. Para ello, centrará esfuerzos en fortalecer la confianza entre todas las partes y fomentar la escucha activa de las demandas a través de discusiones de alto nivel.  

Prevenir conflictos exige también contar con equipos de especialistas preparados en las regiones que actúen con las capacidades requeridas. Por ello Rimanakuy plantea un trabajo articulado en los cuatro gobiernos regionales donde se implementa para impulsar el fortalecimiento técnico de funcionarios y autoridades locales y la creación de oficinas de prevención y gestión de conflictos sociales en Apurímac y Puno. 

Un diálogo productivo implica el logro de acuerdos y el seguimiento al cumplimiento de estos. A través de una plataforma virtual de monitoreo a los acuerdos asumidos en espacios de diálogo, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y el PNUD centrarán esfuerzos en sistematizar esta data clave para la toma de decisiones y el entendimiento entre las organizaciones de sociedad civil y las autoridades. Esta plataforma de acceso público será un aporte crucial en la confianza entre la población y las instituciones del Estado. 

 

Finalmente, hablar de conflictos sociales implica reconocer la importancia de promover el respeto por los derechos humanos. Por ello, la iniciativa brindará asistencia técnica a instituciones públicas, organizaciones de la sociedad civil y personas defensoras con el fin de garantizar la defensa de los derechos humanos, mejorar el diálogo y el acceso a la justicia y reparación de las víctimas en el actual contexto de conflictividad social.

Rimanakuy es una invitación a escucharnos abiertamente para construir una cultura de paz. Un país más justo, equitativo y próspero sólo será posible a través del diálogo, la empatía y el respeto a los derechos humanos de todos y todas. Este es el momento para escuchar las preocupaciones y aspiraciones del país, forjar una relación de confianza entre ciudadanía e instituciones y marcar un precedente en la en la paz de nuestro país.