"Los organismos electorales deben construir la confianza de la sociedad a la que sirven"

Entrevista con Lorenzo Córdova, expresidente del Instituto Nacional Electoral de México

27 de Junio de 2023

 

En los últimos años, los organismos electorales de varios países de Latinoamérica vienen compartiendo un denominador en común: se han convertido en blanco de cuestionamientos a los resultados electorales y a la integridad de sus procesos tanto por parte de grupos políticos como de la ciudadanía.  

Esta realidad es bien conocida por Lorenzo Córdova, expresidente del Instituto Nacional Electoral (INE) de México, quien estuvo en el cargo durante ocho años, y que participó del seminario “La independencia de los organismos electorales: estándares internacionales para elecciones democráticas”, organizado por la Mesa de Gobernanza Electoral, con el apoyo del PNUD, IDEA Internacional y la Unión Europea.

Conversamos con el abogado y docente para que explique el panorama que atraviesa la región y cuáles pueden ser algunas acciones que contribuyan con el fortalecimiento del rol de los organismos electorales en el Perú.

 

¿Por qué es importante para la democracia mantener la independencia de los organismos electorales?

Las elecciones requieren un arbitraje imparcial y autónomo respecto de los intereses que se disputan el poder político, y ese es, justamente, el rol que juegan los órganos electorales. No solamente son los responsables de dar garantías de un voto libre y equitativo en las competencias, sino también de llevar a buen puerto el juego democrático con un actuar imparcial y autónomo, sobre todo de los poderes públicos, pero también de intereses privados.

¿Qué desafíos encuentra un organismo electoral antes, durante y después de los procesos electorales?  

Los principales desafíos se centran en tener que lidiar con un encanto y/o desencanto cada vez más generalizado con la democracia y con los resultados que los gobiernos, democráticamente,  están arrojando. Tenemos franjas de la ciudadanía que cada vez ven con mayor aceptación participar del juego democrático, pero hay quienes no están dispuestos a hacerlo; no solamente con los órganos electorales, sino, incluso, en la recreación de la democracia misma.

En segundo lugar, existe una crisis de credibilidad de las instituciones públicas que afecta a todos los órganos del Estado y también, en mayor o menor medida, a los órganos electorales.

En tercer lugar, está la polarización aderezada con un germen muy preocupante de intolerancia, que es el valor antidemocrático por excelencia, y que está permeando nuestras sociedades. Todo esto provoca que la pluralidad política y la convivencia pacífica eventualmente se pongan en riesgo.

En cuarto lugar, el hostigamiento y persecución personal, de los cuales son objetos los órganos electorales y sus funcionarios, forman parte del ecosistema adverso bajo el cual la democracia tiene que recrearse.

Finalmente, tenemos la desinformación que hoy en día adquiere tonos peligrosos para la recreación de la democracia, y que ocurre como parte de la irrupción del internet y las redes sociales.

Sobre este último punto, ¿qué papel tienen las noticias falsas en el debilitamiento de las democracias?

El ecosistema informativo y las noticias falsas, indudablemente, alientan los discursos de odio(1) y fomentan la polarización, pero también sirven para incrementar esas dosis de descontento con el funcionamiento de la democracia. Asimismo, sirven como mecanismos mediante los cuales se impulsa el hostigamiento a los órganos electorales y se produce un incremento de falta de credibilidad respecto a las instituciones democráticas.  

En suma, todos esos fenómenos que mencioné anteriormente, que no son fenómenos aislados o independientes, están interactuando entre sí de manera peligrosa para la recreación de la democracia.

Entonces, ¿qué se puede hacer para contrarrestar esas tendencias que buscan socavar la independencia de los organismos electorales?

Creo que existen cuatro grandes mecanismos que nos pueden permitir hacerles frente:

Primero, la confianza pública en toda institución se construye. Creo que una forma de blindarla, además de contar con un diseño constitucional y de un aparato a los cuales los órganos electorales puedan recurrir y defenderse, es contar con un blindaje social.

¿Cómo se construye? Para esto, es necesario generar nexos de confianza, de colaboración y de respaldo. Respaldo no quiere decir acompañamiento acrítico; todo lo contrario, tiene que ser tan crítico como sea necesario y le toca a las autoridades responder y asimilar esas críticas. (En cuanto a colaboración), me refiero a organizaciones de la sociedad civil, universidades, organizaciones empresariales, medios de comunicación independientes y opinión pública en general.

Segundo, dado que estamos enfrentándonos a un contexto totalmente adverso, los órganos electorales deben lograr hacer pedagogía pública. Esto va, sobre todo, para los tribunales que (tienen un rol clave) al hablar a través de sus  sentencias, las cuales deben estar acompañadas de un aparato de explicación con una narrativa simplificada. Por ejemplo, a través de una cuenta de Tik Tok, que fue lo que tuvimos (que incorporar) en el INE en México.

Tercero, el uso de los mecanismos constitucionales, nacionales e internacionales (tratados de la Convención Interamericana de Derechos Humanos). Los órganismos internacionales tienen que defenderse de los ataques, y cuando hay algo inconstitucional, pues deben apelar a los órganos jurisdiccionales.

Cuarto, hay que construir confianza ciudadana. No es casual que el INE tenga un 76% de aprobación; es decir, muchos de los militantes y simpatizantes del gobierno de México confían en el trabajo del INE. La confianza cuesta construirla porque es un proceso lento, gradual y paulatino, donde los avances se miden micra a micra; sin embargo, los retrocesos, las pérdidas de confianza, se miden en kilómetros.  

Como ha mencionado, existen diversos fenómenos que promueven el debilitamiento de la democracia. ¿Esta situación se da solo en Latinoamérica?

En América Latina es particularmente preocupante, porque hemos tenido un muy breve periodo, de apenas 20-30 años, con cierta estabilidad democrática que se consiguió a partir de una gran apuesta por construir instituciones autónomas e independientes, encargadas de las elecciones.

Sin embargo, hemos visto cómo estos fenómenos están presentándose no solo en nuestra región, sino también con mucha intensidad en democracias consolidadas, como Estados Unidos y países de Europa como Hungría, Polonia o Turquía, donde pensábamos que estaban gozando de buena salud, pero que están enfrentando hoy desafíos globales, de los que, claramente, América Latina no está exenta.

En el caso de Perú, los problemas que hoy estamos viviendo son los mismos que estamos viendo en otros países. Tal vez, con acentos particulares, pero lo que está ocurriendo aquí - digámoslo - es un juego muy poco leal con las reglas y las lógicas de la democracia, en el que están involucrados muchos actores políticos.

 


Sobre la Mesa de Gobernanza Electoral:  

La Mesa de Gobernanza Electoral está integrada por el PNUD (secretaría técnica de la Mesa), IDEA Internacional, USAID, Unión Europea, AECID, Asociación Civil Transparencia, Defensoría del Pueblo y los tres organismos electorales. Las 10 instituciones articulan y coordinan asistencia técnica al sistema electoral con el fin de fortalecer la institucionalidad democrática en el Perú. 
 

DATOS

(1) Solo entre el 1 de diciembre de 2022 y el 31 de marzo de 2023, la herramienta eMonitor+, desarrollada por el PNUD, identificó 105 discursos de odio dirigidos a los organismos electorales o sus representantes, en el que, incluso, incitaban a la violencia contra ellos.