Transformar el Perú comiendo

Por: Gabriel Lama Oliart, Jefe de Mapeo de Soluciones - Laboratorio de Aceleración PNUD Perú

3 de Enero de 2023
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Si algo nos ha dejado la pandemia, y sus consecuentes cuarentenas, es la posibilidad de detenernos para repensar la manera en cómo nos organizamos y respondemos a las crisis globales. Ha llegado el momento de demostrar que somos capaces de llegar a decisiones colectivas por el bien común y de lograr consensos y acciones de forma acelerada. 

Hoy más que antes nuestra atención está puesta sobre la salud, e indudablemente esta tiene un vínculo estrecho e indivisible con la alimentación. Los alimentos no son solo fuente de bienestar para quienes los consumimos, sino también para quienes están detrás de cada plato de comida y la tierra de donde proviene.

Del campo a la mesa y de la mesa al campo, la alimentación comprende una compleja red de actividades y actores vinculados a la producción, acopio, transformación, procesamiento, distribución, comercio, consumo y gestión de desechos. A este conjunto de actividades y actores técnicamente se le denomina Sistemas Alimentarios. Sin embargo, se estima que en Perú se pierden cerca de 12 millones de toneladas de alimentos, equivalente al 47,6% del suministro nacional, entre la producción y consumo por diversas causas, según cálculos de Sustainability. Este desperdicio se da mientras que al mismo tiempo unos 4.5 millones de personas en el país se encuentran en situación de inseguridad alimentaria severa, según el Programa Mundial de Alimentos. Por eso, realizar cambios en la forma en que nos alimentamos es tan vital como urgente.

Diseño: Lucía Muñoz / PNUD Perú

 

Esta semana se llevó a cabo la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios. Este encuentro sin precedentes llamó la atención del mundo entero a una nueva manera de concebir nuestra alimentación, reconociendo el rol fundamental de esta evolución para el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con ello, lograr mejores condiciones para la vida en nuestro planeta. Se destacaron las soluciones existentes, reconociendo el valor de quienes ya están liderando la transformación de los Sistemas Alimentarios para adoptar nuevas medidas a escala mundial.

Desde Perú nos sumamos a ese diálogo. A lo largo del primer semestre de este año, actores del sector público y privado, la academia y la sociedad civil, con el acompañamiento del Sistema de Naciones Unidas en Perú y las metodologías de los Laboratorios de Aceleración de PNUD, sembraron una primera semilla de cambio: la Hoja de ruta para los sistemas alimentarios peruanos sostenibles. Aún es necesario activar mayores discusiones y acciones concretas por parte de todos los actores, pero el camino es claro y se traduce en 5 vías de acción propuestas para la Cumbre: asegurar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos; fomentar la demanda de alimentos producidos de forma sostenible; impulsar la producción favorable a la naturaleza; promover medios de vida equitativos; y crear resiliencia proporcionando seguridad alimentaria pese a conmociones, desastres y pandemias.

La ciudadanía cumple un rol a través del consumo. Necesitamos despertar hábitos que nos conduzcan a una alimentación consciente que fortalezca las cadenas de valor locales y no generen despilfarro. Nos toca volver a aprender a comer: apostar por dietas con alimentos más nutritivos y sostenibles.

Considerando que la gastronomía peruana es sinónimo de orgullo e identidad, continúa siendo una paradoja que, por citar un ejemplo, los índices de desnutrición crónica en menores de cinco años no presentan mejoras en los últimos tres años, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Tomemos la oportunidad de unirnos para expandir nuestro concepto de “gastronomía” y conectarlo con el de “alimentación peruana”. Tenemos más que deliciosos sabores: ingredientes únicos y biodiversos, superalimentos, conocimiento, cultura y tradición. Pero también desafíos impostergables, como las condiciones de vida de agricultores familiares soportando en sus hombros casi el 80% de los alimentos que consumimos; así como la protección de los frágiles ecosistemas de los que provienen los ingredientes motivos de nuestro orgullo.  

Los desafíos que enfrentamos, y enfrentaremos en el futuro cercano, como la crisis de agua, no serán abordados por héroes individuales, sino por esfuerzos colectivos. La transición hacia sistemas alimentarios sostenibles ha comenzado, todas y todos somos parte, y tiene como ingredientes la empatía, la solidaridad y el diálogo. Vamos a transformar el Perú comiendo, reactivando la reciprocidad especialmente con quienes nos proveen alimento, y con el planeta.

Diseño: Lucía Muñoz / PNUD Perú