La sociedad del cuidado: nuevo paradigma para un desarrollo resiliente en América Latina y el Caribe

29 de Octubre de 2025

PNUD apoya la integración del enfoque de cuidados en estrategias de adaptación climática y de recuperación temprana, asegurando que las voces y saberes de las mujeres sean parte central de las soluciones.

PNUD El Salvador

El Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo, que se celebra cada 29 de octubre y que fue establecido por Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2023, nos invita a enfatizar que el cuidado no es un asunto privado: es una infraestructura social crítica que sostiene la vida y la resiliencia de nuestras comunidades. En América Latina y el Caribe, esta fecha adquiere un significado especial en un contexto marcado por dos crisis entrelazadas: la crisis de cuidados y la crisis climática. 

El Compromiso de Tlatelolco (2025), adoptado por los países de nuestra región en la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, reconoce esta coyuntura y llama a avanzar hacia una sociedad del cuidado como un nuevo paradigma para el desarrollo sostenible, que ponga en el centro la sostenibilidad de la vida y del planeta. Haciendo eco de la Opinión Consultiva 31/25 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Compromiso se refiere, por primera vez, al cuidado como un derecho humano, lo que implica que los Estados tienen la obligación de garantizar sistemas de cuidado y apoyo accesibles, equitativos y sostenibles, especialmente para mujeres, personas con discapacidad, trabajadoras informales y migrantes. 

Esta hoja de ruta regional nos convoca a construir colectivamente un nuevo paradigma: una sociedad del cuidado que transforme profundamente nuestras estructuras políticas, económicas, sociales, culturales y ambientales. Con una visión de largo plazo, establece una década de acción (2025–2035) en América Latina y el Caribe para acelerar el logro de la igualdad sustantiva de género y la sociedad del cuidado. En este marco, lanza un llamado claro al Sistema de Naciones Unidas para que acompañe a los Estados en el diseño e implementación de políticas públicas de cuidado transformadoras y alude explícitamente al rol de PNUD en los párrafos 59, 61 y 64 del mismo.

Cuidado y crisis climática: una agenda conjunta para la resiliencia y la igualdad de género

En América Latina, la frecuencia de eventos meteorológicos extremos ha aumentado significativamente, pasando de un promedio anual de 14,5 entre 1963 y 1999 a 41,9 entre 2000 y 2023. Esta creciente exposición a desastres evidencia la urgencia de abordar su impacto en la población, especialmente en las mujeres y grupos en situación de mayor vulnerabilidad, y de fortalecer la resiliencia comunitaria. Los datos existentes, si bien aún escasos, dan cuenta de esta realidad: las mujeres tienen 14 veces más probabilidades de morir durante desastres climáticos en comparación con los hombres y representan el 80% de las personas desplazadas debido a desastres climáticos y conflictos

La degradación de la biodiversidad, así como cada huracán, sequía o incendio forestal, reorganizan la vida cotidiana y multiplican las tareas de cuidados invisibles que sostienen la supervivencia de las comunidades. Las mujeres, especialmente en zonas rurales, indígenas y costeras, asumen estas tareas de forma desproporcionada y, además, a menudo se encuentran en la primera línea frente a la crisis climática:

  • En Guerrero, México, tras el paso del huracán Otis, mujeres indígenas y afromexicanas activaron redes informales para garantizar agua, alimentos y salud comunitaria cuando los sistemas formales colapsaron. Estas mujeres convirtieron el cuidado en una estrategia de resiliencia.
  • En Uruguay, durante la sequía más prolongada de la última década, las mujeres rurales sostuvieron la agricultura familiar y el bienestar de sus comunidades, mientras impulsaban prácticas sostenibles como la rotación de cultivos y la conservación de semillas.
  • En la Península de Yucatán, México, las cheneras -mujeres apicultoras mayas- transformaron el cuidado de las abejas en una acción colectiva para defender la biodiversidad frente a la agroindustria y el cambio climático.

Estas historias exponen una realidad incómoda: en América Latina y el Caribe, gran parte de la adaptación climática recae sobre millones de mujeres, cuyo trabajo de cuidado no remunerado sostiene comunidades enteras frente a la crisis climática. Sin reconocimiento ni compensación, ellas absorben el costo humano de eventos climáticos extremos. A pesar de ser clave para la resiliencia, las mujeres aún poseen menos del 15% de la tierra a nivel mundial, lo que limita su capacidad de adaptación y las deja más expuestas a perder sus medios de vida

La COP30, que se celebrará en Brasil en noviembre, brinda una oportunidad histórica para reconocer el papel central de los cuidados en la acción climática. Durante la misma, los Estados discutirán la adopción de un nuevo Plan de Acción de Género en el marco del Programa de Trabajo Ampliado de Lima sobre Género, que tiene el potencial para transformar las condiciones en las que las mujeres cuidan y viven y que es central para garantizar una transición justa y verde que no deje a nadie atrás.

Los cuidados como infraestructura crítica para la resiliencia

La implementación de políticas integrales de cuidados —con enfoque de género, territorial e interseccional— permite reducir las brechas de género y, al mismo tiempo, mejorar la capacidad de las comunidades para prepararse, responder y recuperarse frente a desastres. Cuando los servicios y redes de cuidado no se interrumpen durante y después de los desastres, las personas con necesidades de cuidado —niños y niñas, personas con discapacidad y personas adultas mayores— están más protegidas y las mujeres liberan tiempo para participar y liderar procesos de recuperación en sus comunidades.

En este escenario, los sistemas de cuidados y apoyo emergen como una infraestructura crítica para la resiliencia climática. Reconociendo este potencial transformador, el Centro Regional del PNUD en Panamá ha desarrollado la iniciativa “Cuidados en contextos de gestión del riesgo de desastres: paquete de soluciones de cuidado”, que busca incorporar los cuidados en todas las etapas de la gestión del riesgo de desastres. 

Actualmente, como parte de esta iniciativa y con financiación del Mecanismo de Preparación ante Huracanes del PNUD, se está implementando un mapeo georreferenciado de la oferta y demanda de los servicios de cuidados, así como de su calidad, en Villanueva (Honduras), que estará vinculado con el mapa de riesgo de este territorio. En paralelo, esta semana se realizarán acciones de fortalecimiento de capacidades dirigidas a la institucionalidad pública, organizaciones de sociedad civil y sector privado para incorporar el enfoque de cuidados en la gestión del riesgo de desastres.

Desde el PNUD se acompaña iniciativas, como las mencionadas en estas líneas, brindando asistencia técnica, fortaleciendo capacidades locales y articulando redes comunitarias para que las respuestas no solo sean inmediatas, sino también sostenibles. A través de programas orientados a la construcción de resiliencia y la promoción de la igualdad de género, el PNUD apoya la integración del enfoque de cuidados en estrategias de adaptación climática y de recuperación temprana, asegurando que las voces y saberes de las mujeres sean parte central de las soluciones.