Gestión de riesgos de desastres: Asegurando un desarrollo humano resiliente
17 de Junio de 2025
Detalles del evento
26 de Junio de 2025
11:00 AM (Nueva York)
Online
El informe Panorama de los Desastres en América Latina y el Caribe (UNDRR y OCHA, 2023) muestra que la región es la segunda más propensa a desastres en el mundo. Entre los años 2000 y 2022, aproximadamente 190 millones de personas se vieron afectadas por 1,534 desastres. El informe estima que este número ha aumentado entre 2019 y 2022, destacando un aumento del 38 % en el número de personas afectadas por tormentas y del 19,5 % en el de las afectadas por inundaciones. Los eventos climáticos extremos están aumentando en frecuencia y los impactos asociados a ellos están en aumento. Estos desastres afectan desproporcionadamente a las mujeres y a las poblaciones vulnerables.
El Informe de Desarrollo Humano Regional, que en su última versión del 2025 se ha focalizado en el tema de resiliencia, analiza las presiones dinámicas sobre las condiciones sociales, económicas y ambientales que conducen a situaciones de crisis. El impacto diferenciado de estas presiones dinámicas está condicionado por factores estructurales de pobreza e inequidad en el acceso a oportunidades de desarrollo, y se han agrupado en tres: la fragmentación de la cohesión social, el rápido crecimiento tecnológico, y el comportamiento del clima y de los desastres.
Si bien estas presiones dinámicas interactúan estrechamente, en este conversatorio nos concentraremos principalmente en identificar puntos de entrada para asegurar la resiliencia ante desastres y el cambio climático. Algunos elementos importantes son:
- Incremento de la exposición y de las condiciones de vulnerabilidad. Más de la mitad de la población de América Latina y el Caribe carece de mecanismos para gestionar incluso eventos adversos de nivel moderado. Aproximadamente 1 de cada 4 personas aún vive en la pobreza. Además, un 31 % adicional de la población, categorizada como vulnerable dentro de la clase media (justo por encima de la línea de pobreza), corre el riesgo de volver a caer en la pobreza ante un evento adverso.
- Agudización de los eventos climáticos. Se estima que el 31 % de la población de América Latina y el Caribe está expuesta a riesgos a fenómenos meteorológicos extremos agravados por el cambio climático, en particular sequías, olas de calor e inundaciones. En el Caribe, el promedio anual de eventos climáticos extremos aumentó de 5,2 en el período 1963-1999 a 10,7 en el período 2000-2023. En América Latina, este fenómeno es aún más pronunciado; el número de eventos meteorológicos casi se triplicó, pasando de un promedio anual de 14,5 en el período 1963-1999 a 41,9 en el período 2000-2023.
- Impacto sobre el desarrollo. Con tan solo el 9% de la población mundial, uno de cada cuatro desastres a nivel mundial afectó a la región de América Latina y el Caribe entre 1997 y 2017 (UNDRR, 2021). Los efectos de los desastres tienen un impacto significativo en los avances del desarrollo. Entre 1998 y 2017, el 53% de las pérdidas económicas mundiales causadas por desastres relacionados con el clima se produjeron en la región de ALC. En 20 ocasiones desde 1995, los ciclones tropicales han causado efectos estimados en más del 10% del PIB en el Caribe, lo que representa un impacto extremo de las tormentas, en particular para los pequeños Estados insulares en desarrollo.
En la primera semana de este mes de junio se realizó en la ciudad de Ginebra la Plataforma Global para la Reducción de Riesgos de Desastres, la cual puso énfasis en tres aspectos prioritarios: (1) la necesidad de incrementar el financiamiento en reducción de riesgos y su uso más adecuado, (2) asegurar la inversión en infraestructura más resiliente, y (3) promover una gobernanza del riesgo que integre a los actores gubernamentales, del sector privado, y de la sociedad civil, en todos los niveles territoriales.
En las últimas tres décadas se han alcanzado logros importantes en la conceptualización e institucionalización de un enfoque centrado en la reducción de riesgos, en contraposición del enfoque tradicional centrado en la respuesta ante emergencias. Nuestra región de América Latina y el Caribe ha contribuido considerablemente en este desarrollo conceptual, metodológico, y de instrumentos de gestión. Sin embargo, debemos reconocer que todavía queda mucho por hacer para revertir los procesos de incremento de las condiciones de riesgo. Para ello debemos promover enfoques de carácter prospectivo que intervenga sobre las causas de fondo y presiones dinámicas que están conduciendo a un incremento cada vez mayor de las condiciones de riesgo.
En este contexto, este conversatorio se orientará a analizar los principales retos y oportunidades para desencadenar procesos de gestión de riesgo que estén íntimamente ligados a las dinámicas de desarrollo en la región.