Bajo presión

Recalibrando el futuro del desarrollo en América Latina y el Caribe

 

América Latina y el Caribe está bajo presión


Los patrones que ha seguido el desarrollo en ALC durante las últimas décadas pueden resumirse en cuatro premisas simples: se han logrado avances significativos; ese progreso ha sido desigual; se ha desacelerado en los últimos años; y es vulnerable a retrocesos.

Tras décadas de avances sostenidos, los progresos en desarrollo humano en ALC comenzaron a desacelerarse, particularmente a partir de mediados de la década de 2010. La tasa de crecimiento del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en ALC disminuyó de un 0,7% constante entre 1990 y 2015, a un 0,3% en el quinquenio anterior a la pandemia, y a un 0,2% desde entonces, dando cuenta de un estancamiento en los avances.

La pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión crítico provocando el primer retroceso en el IDH desde su creación en 1990. Aunque la región se ha recuperado desde entonces, el ritmo de avance sigue siendo lento, y muestra pocas señales de volver a la trayectoria previa a la pandemia.

El progreso del IDH se ha desacelerado desde mediados de la década de 2010 y aún no ha recuperado su trayectoria prepandemia.

 

La incertidumbre, antes considerada una excepción, se ha convertido en la norma


Aunque la incertidumbre ha ido en aumento a nivel mundial, ésta llegó a niveles especialmente elevados en ALC a inicios de 2025—situándose casi un 50% por encima del promedio global y alcanzando más del doble del nivel de 1990 [1].

Esta tendencia se acentuó aún más durante el pick que experimentó a comienzos de 2025. En ese momento, la incertidumbre aumentó un 77% a nivel global respecto del año anterior, mientras que en ALC se disparó un 101% en el mismo período. Estos niveles tan elevados de incertidumbre ponen de manifiesto la mayor sensibilidad de la región frente a las amenazas globales.

La incertidumbre en ALC se ha más que duplicado desde 1990, superando los promedios mundiales.

 

La incertidumbre no es nueva, pero los tipos de eventos adversos que enfrenta actualmente la región no se parecen a los del pasado.

 

Los riesgos tradicionales son ahora más frecuentes y más intensos, y están surgiendo amenazas nuevas debido a la rápida evolución tecnológica, la creciente fragmentación social y un clima cada vez más cambiante. Además, múltiples eventos adversos y amenazas están interactuando entre sí de formas complejas y, a menudo, imprevistas, lo que se suma a vulnerabilidades estructurales subyacentes, como el bajo crecimiento y la desigualdad.

 

Circular diagram with interconnected teal and orange elements, depicting a central concept with related ideas.

Estos factores han expuesto las profundas vulnerabilidades que caracterizan la trayectoria del desarrollo de la región, poniendo en duda su capacidad para sostener y avanzar en el desarrollo humano. Reconocer esta complejidad marca un cambio de paradigma en el pensamiento sobre el desarrollo —uno que exige una transformación en los enfoques de política para abordar amenazas superpuestas e interconectadas.

 

 

[1] El Índice de Incertidumbre Mundial mide la incertidumbre global capturando la frecuencia en el uso de términos relacionados con la incertidumbre en artículos y reportes de noticias económicas. El índice refleja fluctuaciones en el sentimiento económico global, dando cuenta de períodos de mayor incertidumbre que pueden afectar la inversión, el consumo y la actividad económica en general.

 

Agradecemos el apoyo de la Cooperación Española.

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