¿Quiénes cuidan en medio del desastre?

7 de Agosto de 2025

Lo que nadie ve durante una tormenta

En cada historia de crisis, hay mujeres sosteniendo su familia y comunidades

El Huracán Mitch cambió la vida de muchas personas. Aunque era una niña de 4 años, el recuerdo que tengo más presente fue el antes y después que significó para la vida de mi comunidad y mi familia.

El Huracán Mitch nos alcanzó el 29 de octubre de 1998; Yo vivía en Morolica, Choluteca -un pequeño pueblo ubicado al sur de Honduras-. Recuerdo que mi hermana tenía solo 6 meses y mi familia recién era propietaria de un negocio. Esa fecha quedó grabada en la memoria de muchas personas hondureñas, especialmente para quienes vivimos de forma directa el impacto del Huracán Mitch.
 

El devastador huracán Mitch arrasó por completo con el municipio de Morolica en octubre de 1998

El 30 de octubre de 1998 Morolica se perdió del mapa luego de que los ríos Texíguat y Choluteca se desbordaran producto del paso del huracán Mitch

xplorhonduras.com

Recuerdo a mi papá atendiendo el negocio familiar y vigilando el crecimiento del río, mientras mi mamá se encargaba de alimentarnos, recoger nuestros juguetes, mantener la ropa limpia y cuidar de la casa. Ella, como tantas mujeres, sostenía silenciosamente la vida cotidiana en medio de la incertidumbre de un desastre.

Para el 30 de octubre, el río Choluteca se había desbordado, llevándose todo a su paso. Lo que vino después permanece nublado en mi memoria, pero una imagen permanece intacta: los helicópteros que llegaban con juguetes acompañados de ropa y comida. En esos momentos de caos, mi mamá me estaba cuidando junto con mi hermana. Pero casi nunca se habla de ellas, ni de esas tareas que parecen pequeñas y no son reconocidas.
 

Fotos de archivo: EL HERALDO/EFE/AP.

Este escenario de crisis por desastres como inundaciones, lo han enfrentado muchas personas en Honduras. Pero, casi nunca se habla de cómo lo enfrentan las mujeres desde el espacio privado que involucra cuidar a las personas en esos momentos de crisis. Por esto, es urgente mirar a los cuidados con otros ojos y acciones que permita reconocer, redistribuirse a nivel familiar, así como el recibir un valor económico por esa labor.
 

¿Quién cuida durante un contexto de emergencia?


Durante un desastre, estas tareas aumentan muchísimo. No es lo mismo cuidar de una familia en casa que hacerlo en un albergue, sin agua potable, sin electricidad y con miedo constante. Mientras los hombres suelen encargarse de proteger lo físico o buscar apoyo logístico, son muchas veces las mujeres quienes cuidan la vida en lo cotidiano, a pesar del cansancio, la incertidumbre y la falta de recursos. Esta carga emocional y física rara vez se toma en cuenta cuando se habla de gestión de desastres, pero sin ese esfuerzo silencioso, muchas más personas sufrirían o incluso no sobrevivirían.
 

Mujer afectada por tormena Eta e Iota

En noviembre de 2020, Honduras fue severamente afectado por los huracanes Eta e Iota. Según un informe de la CEPAL, a nivel humanitario hubo más de 4 milliones de personas afectadas; con 2,5 millones de personas en necesidad, hubo 92,000 personas en albergues y 62,000 casas afectadas

UNFPA Honduras

Los cuidados son tareas que sostienen a la sociedad en los momentos más duros. Pero también es un trabajo invisible, que no se paga y que muchas veces se da por sentado. Cuando planificamos cómo actuar frente a un desastre natural, como una inundación, no podemos olvidar quién cuida, cómo cuida y en qué condiciones. Por ello, es clave que los albergues sean seguros para la niñez, personas adultas mayores y personas con discapacidad, en espacios para lactar, en apoyo emocional para quienes están cargando con todo esto sin descanso. Así como la recuperación temprana de la infraestructura destinada a cuidar a la niñez, personas con discapacidad y personas adultas mayores; esto es clave para acelerar la incorporación de las mujeres en el mercado económico y avanzar hacia una recuperación más inclusiva.

Además, si queremos comunidades más fuertes y listas para cualquier emergencia, hay que compartir las tareas de cuidado. El Estado, las comunidades, las empresas y las familias deben ser parte de esta responsabilidad. No se trata de que las mujeres sigan haciéndose cargo de todo, sino de construir redes que las apoyen: vecinos y vecinas que se organicen, y políticas que escuchen lo que ellas necesitan y sienten.
 

Mujeres hondureñas transitando en vía pública
PNUD Honduras

Por esto, es tan importante que la preparación y respuesta ante desastres se atiendan también desde este enfoque. No solo se trata de repartir comida o construir bordos, sino de cuidar a quienes cuidan. Planificar con este enfoque es tener una mirada más justa, más sensible y completa. Porque si cuidamos mejor en tiempos difíciles, también sanamos más rápido y vivimos con más dignidad.

Atender los desastres pensando en los cuidados es actuar por una respuesta más humana y resiliente. No es solo una tarea de mujeres, es la base para que todo lo demás funcione. Y si lo hacemos bien, no solo estaremos respondiendo mejor a las inundaciones, sino construyendo un país más justo, solidario y fuerte.
 

A group of smiling people, including a woman with long hair and a boy, standing in line indoors.
PNUD Honduras

Fortalecimiento y ampliación


Por lo cual, a través del Mecanismo de Preparación ante Huracanes del PNUD, se está implementando un mapeo georreferenciado de la oferta y demanda de los servicios de cuidados, así como la calidad de estos servicios (centros de cuidado infantil, personas con discapacidad y personas adultas mayores) en Villanueva, Cortés; sumado con la vinculación del mapa de riesgo de este territorio. Esto, con el objetivo de mejorar la preparación y respuesta ante huracanes, que permita priorizar los servicios de cuidados ante situaciones de desastres. Además, se realizarán acciones de fortalecimiento de capacidades que vinculan los cuidados con perspectiva de género y la gestión de riesgos dirigido al sector privado, OSC, Organizaciones de mujeres y la institucionalidad pública junto con la municipalidad.
 

Desde el PNUD, seguimos trabajando con actores estratégicos para implementar enfoques innovadores e inclusivos que centren todas las respuestas en las personas, especialmente de las mujeres y niñas. Esto como un eje central para el desarrollo sostenible.