Renacer de las cenizas en Kivu del Norte

27 de Mayo de 2025
A smiling woman in a pink headwrap stands outdoors near a makeshift tent.

Francine, frente a la tienda de campaña que instaló sobre las cenizas de su casa, tras regresar a Kivu del Norte. Como líder y superviviente, se ha comprometido a apoyar a su comunidad en la reconstrucción tras la devastación.

Foto: PNUD / Eve Sabbagh

El camino de regreso a Kimoka, en Kivu del Norte (República Democráctica del Congo o RDC), no solo fue largo, sino también cargado de incertidumbre y pérdidas. Francine lo recorrió junto a sus vecinos, volviendo a un lugar que ya no se sentía como hogar. Al llegar, solo encontraron los restos de vidas devastadas: casas reducidas a cenizas, campos saqueados u ocupados, y negocios —antes construidos con esmero— convertidos en ruinas.

Antes de que estallara la violencia, Francine era un pilar fundamental de su comunidad. Como presidenta del comité RAVEC Faida Yetu (“Nuestro interés”), lideraba una iniciativa local de microcréditos que brindaba apoyo a casi 400 personas, de las cuales más de 300 eran mujeres. Gracias a pequeños préstamos, muchas de ellas compraron tierras, iniciaron negocios, pusieron en marcha molinos de grano o confeccionaron, y vendieron ropa. “Muchos de nuestros esposos estaban desempleados”, cuenta Francine. “Fuimos nosotras, las mujeres, quienes sacamos adelante a nuestras familias”. 

Luego llegó el 11 de febrero de 2024. Una ola de violencia azotó su pueblo, Sake, obligando a Francine y a sus vecinos a huir no una, sino cinco veces. Se fueron poco a poco hacia Goma, en la frontera con Rwanda. Cada vez que escapaban, tenían que empezar de nuevo, dejando atrás lo poco que habían logrado salvar: mantas, ollas, mercancía y sus ahorros más preciados.

Una mujer desplazada se sienta con su hijo en el patio de una escuela donde se han refugiado más de 1.000 personas. Por la noche, duermen en las aulas. Durante el día, esperan en el patio bajo el sol, mientras los niños de la comunidad de acogida usan la escuela.

Foto: PNUD / Eve Sabbagh

La vida en los campamentos era muy dura: escaseaban la comida, el agua y la seguridad. Algunas mujeres fueron víctimas de violaciones mientras buscaban leña, y otras perdieron a sus hijos por hambre y enfermedades. Sin embargo, aun en medio de tanta desesperación, Francine organizó pequeños grupos de ahorro para que pudieran apoyarse mutuamente. “No teníamos nada”, recuerda, “pero nos ayudábamos mutuamente para sobrevivir”. 

Hace unas semanas, el rápido avance del grupo armado M23 hacia la ciudad de Goma llevó al desmantelamiento del campamento, y todas las personas desplazadas tuvieron que regresar a sus lugares de origen.

Pero ella no piensa rendirse.

“No nos queda ningún punto de apoyo", enfatiza Francine. "Nuestra tierra, nuestras herramientas, nuestros negocios… todo se ha perdido. Pero no vamos a rendirnos. Vamos a reconstruir, juntos”. 

En un pueblo destruido, donde solo quedan tierra quemada y una voluntad compartida, Francine sigue adelante, reconstruyendo junto a otras mujeres que han decidido no rendirse.

"Nuestra tierra, nuestras herramientas, nuestros negocios… todo se ha perdido. Pero no vamos a rendirnos. Vamos a reconstruir, juntos”
– Francine

En medio de la crisis que sigue afectando al este de la RDC, el regreso de familias desplazadas como la de Francine es muy frágil. Sin un apoyo urgente y constante, su recuperación podría no llegar a empezar nunca. 

Ahí es donde desde el PNUD podemos marcar la diferencia, apoyando a mujeres como Francine para que tengan acceso a las herramientas que necesitan para reconstruir sus vidas. Desde vivienda, semillas y herramientas para la agricultura, o el respaldo para pequeños negocios, no se trata solo de brindar ayuda de emergencia, sino de soluciones duraderas basadas en la dignidad, la resiliencia y el liderazgo local. 

La fortaleza de Francine no radica en lo que tiene, sino en lo que cree que aún es posible. Lo que su comunidad necesita ahora es un aliado que también crea en ese futuro.

A man in a blue jacket gestures while speaking to a group of seated women in a community setting.

Patrick d'Oliveira, jefe de la oficina del PNUD en Goma, habla con integrantes del comité de mujeres que han regresado recientemente a su pueblo, ahora reducido a cenizas. Juntos, discuten lo que se necesita para reconstruir vidas, medios de subsistencia y esperanza.

Foto: PNUD / Eve Sabbagh