La recuperación comienza con la salud mental
Esperar, confiar y sanar
9 de Octubre de 2025
Maryna Marks ofrece apoyo psicológico gratuito a los ucranianos, tanto en su país como en el extranjero. La salud mental es un pilar fundamental de los programas del PNUD para reconstruir vidas y comunidades en regiones afectadas por conflictos en todo el mundo.
Cuando golpea un terremoto u otro desastre, o cuando un conflicto o una guerra se prolonga por años, a menudo el mundo se centra en lo que se ve: las viviendas, los mercados y la infraestructura. Pero, ¿qué hay de las personas? Las heridas más profundas, como los traumas, el estrés y el quebrantamiento de la confianza social a menudo son invisibles. Y si no se sanan, la verdadera recuperación no es más que una ilusión.
Las estrategias de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (MHPSS por sus siglas en inglés) son un pilar fundamental para la reconstrucción de vidas y comunidades. Con todo, siguen siendo uno de los aspectos más desatendidos y con menor financiación de la respuesta a las crisis. Para que las comunidades puedan sanar, las personas también deben sanar, mirar al futuro con optimismo y recuperar la confianza en las instituciones. Las comunidades más felices pueden construir los cimientos de la paz y la estabilidad económica.
En el PNUD integramos estrategias MHPSS en todos los programas de respuesta y recuperación ante crisis, y buscamos asegurarnos de que las personas y las comunidades reciban el apoyo psicológico y social que necesitan para recuperarse. Para la edición de este año del Día Mundial de la Salud Mental, repasamos cómo algunas de estas iniciativas ayudan a reconstruir la confianza, restaurar la esperanza y sanar a las comunidades.
Reconstruir la confianza
En los Estados frágiles y en situación de posconflicto, a menudo la confianza es lo primero que se pierde. Sin ella, se debilita la gobernanza, la reconciliación se paraliza y a las comunidades les resulta difícil reconstruirse. Las estrategias MHPSS son fundamentales para reparar estas fracturas y revitalizar la sensación de seguridad y cohesión social.
Tras décadas de conflicto en Sudán del Sur, personas y comunidades han quedado con profundas cicatrices emocionales. En el PNUD hemos diseñado un enfoque MHPSS liderado por la comunidad (enlace disponible en inglés) y hemos organizado una serie de cursos de sensibilización sobre el trauma y apoyo psicosocial dirigidos a los voluntarios comunitarios locales (enlace disponible en inglés). En el marco de estas iniciativas, mujeres líderes y participantes visitan los hogares para ayudar a resolver los conflictos relacionados con los traumas y compartir lecciones con sus comunidades. Esto también ha creado conciencia entre los líderes locales sobre su papel en la promoción de la armonía y la reconstrucción de la confianza. El objetivo fue lograr que en las iniciativas de consolidación de la paz se tuvieran en cuenta las heridas tanto visibles como invisibles.
Encontrar la fuerza para seguir adelante
A menudo las mujeres y las niñas son quienes más sufren durante los conflictos.
En Gaza, nuestro Programa de Asistencia al Pueblo Palestino (enlace disponible en inglés) ha estado cooperando con organizaciones encabezadas por mujeres para prestar apoyo a las mujeres y las niñas de la región. Su labor incluye el suministro de apoyo psicosocial a las personas desplazadas y afectadas, quienes reciben ayuda para atender sus necesidades emocionales y psicológicas inmediatas.
“Esto me ha ayudado a darme cuenta de que no estoy sola y de que existen maneras de enfrentar todo lo que me ha pasado”, dice Nisrin, de 31 años. Desafortunadamente, la situación sobre el terreno sigue deteriorándose y la ruptura del alto el fuego ha perjudicado el desarrollo de este programa. Con todo, el equipo sigue apoyando a las mujeres, en particular mediante sesiones de primeros auxilios psicosociales. “He aprendido muchísimo gracias al programa, que incluyó actividades que mejoraron mi estado de ánimo y me ayudaron a olvidar las difíciles experiencias que mis hijos y yo tuvimos que atravesar”, señala Kafa, otra participante. Esta iniciativa es apenas una gota en el océano cuando se piensa en la ayuda que necesitan las mujeres palestinas para tener la fuerza de seguir adelante y no perder la esperanza de un mañana mejor.
En Gaza, la oficina del PNUD brinda apoyo psicosocial a las personas desplazadas, respondiendo a sus necesidades emocionales y psicológicas más urgentes.
Devolver la esperanza
El aumento de las hostilidades registrado en el Líbano en septiembre de 2024 causó una destrucción generalizada y desplazamientos masivos, lo que deterioró aún más la ya desesperada situación socioeconómica de la región.
Muchas familias desplazadas buscaron cobijo en refugios colectivos, donde la vida cotidiana se caracteriza por el hacinamiento, el estrés y la incertidumbre sobre el futuro. Para apoyarlas, desde el PNUD establecimos espacios seguros e inclusivos en los que familias e hijos pudieron procesar sus traumas juntos. En el sur del país, 80 niños y sus familias participaron en actividades lúdicas centradas en el ritmo, la música y los cuentos, así como en talleres creativos. Gracias a estas actividades, los niños pudieron expresar sus sentimientos, reflexionar en lo que significa la noción de hogar y encontrar consuelo a través del juego, mientras sus padres aprendían maneras de fortalecer los vínculos familiares y estrategias para afrontar las crisis.
Además de los refugios, en el PNUD también brindamos asistencia al personal de primera línea en las agrupaciones palestinas, que se cuentan entre las comunidades de acogida más vulnerables y marginadas del Líbano, mediante su kit de primeros auxilios psicosociales en árabe (enlace disponible en inglés). Durante el conflicto, más de 60 trabajadores sociales, animadores y paramédicos utilizaron el kit para suministrar asistencia a más de 1.300 adultos y niños desplazados a los que ofrecieron primeros auxilios psicológicos, herramientas para el manejo del estrés y servicios de remisión a cuidados especializados. Además, un manual de autocuidado dirigido a los trabajadores del sector de la salud permitió abordar aspectos relacionados con los traumas, el duelo y el bienestar de los cuidadores.
Lidiar con la ansiedad y el trauma
Las guerras traen consigo ansiedad y traumas. En Ucrania, a través de nuestras iniciativas de MHPSS buscamos ayudar a las personas a enfrentarse a la situación actual: desde la sensación de ansiedad e incertidumbre hasta la pérdida de seres queridos.
Se ha establecido una línea de ayuda gratuita para la salud mental (enlace disponible en ucraniano) que atiende a ucranianos dentro del país y en otros 21 países, incluidos Polonia, Alemania, Francia y el Reino Unido. Para muchos, este servicio, que ofrece acceso inmediato a terapeutas profesionales que escuchan, suministran orientación y remiten a las personas a recursos de ayuda especializada si lo necesitan, se ha transformado en un apoyo vital.
Asimismo, en el PNUD prestamos apoyo al personal de respuesta inicial suministrando asistencia especializada al Servicio de Estado de Emergencia de Ucrania y a los efectivos de la policía. Estos equipos cuentan con vehículos y recursos que les permiten llegar directamente a las comunidades afectadas para suministrarles ayuda psicológica de emergencia sobre el terreno. De esta manera, personas que de otra manera quedarían aisladas siguen teniendo acceso al apoyo que necesitan para cuidar su salud mental.
Después de graduarse en psicología en Kirkuk, Hanin Ibrahim Hussein regresó a Mosul en 2018 para atender a víctimas de trauma en un centro de salud que cuenta con el apoyo del PNUD.
Ayudar a las comunidades a sanar
La recuperación temprana tras una crisis va más allá de la mera reconstrucción de carreteras, la creación de empleo y la mejora de los medios de vida; se trata de sanar los traumas, de fomentar la inclusión y de recomponer los vínculos entre las comunidades.
Para Hanin Ibrahim Hussein, una psicóloga de Mosul (Iraq), regresar para ayudar a otros fue una cuestión profundamente personal. Cuando era niña, fue evacuada clandestinamente de la ciudad junto a su padre. Cuando él regresó a Mosul para rescatar a su madre y sus hermanos, Hanin temió que no lo volvería a ver.
Tras obtener su licenciatura en psicología en Kirkuk, Hanin regresó a Mosul en 2018 para ayudar a personas afectadas por traumas en un centro de salud que apoyamos desde el PNUD. Muchos de quienes reciben su ayuda pasaron años sometidos al régimen del Estado Islámico o en campos para personas desplazadas, donde luchaban para reconstruir sus vidas.
Su historia es apenas una de entre miles que demuestran que la recuperación depende del liderazgo local y de la resiliencia emocional.
Invertir en la recuperación de la salud mental
Estas historias revelan una verdad más profunda: las iniciativas MHPSS van más allá de los cuidados. Son una inversión en el capital cerebral, es decir, los activos cognitivos, emocionales y sociales individuales y colectivos que sustentan la resiliencia, la productividad y la innovación.
Pero pese a su vital importancia, estas iniciativas se encuentran gravemente infrafinanciadas. Tan solo la depresión y la ansiedad representan un costo anual de 1 billón de dólares de los Estados Unidos (USD) para la economía mundial, en tanto que a nivel global menos de un 2 % de los fondos asignados a la salud se destinan a iniciativas de cuidado de la salud mental.
Aunque existen indicios claros de que el apoyo comunitario y en materia de salud mental contribuye a que las personas se recuperen de las crisis, sigue recibiendo mucho menos financiación que otros tipos de ayuda humanitaria. Las investigaciones demuestran que por cada USD que se invierte (enlace disponible en inglés) en iniciativas MHPSS, las comunidades pueden ahorrar hasta USD 6 en costos de recuperación de largo plazo. Los países que superan los conflictos a menudo asignan (enlace disponible en inglés) menos de un 1 % de sus presupuestos en salud a la salud mental, pese a la elevada incidencia de los trastornos motivados por traumas.
Si descuidamos el bienestar mental, corremos el riesgo de socavar el progreso en todas las demás dimensiones, desde la estabilidad económica hasta la gobernanza eficaz y la solidez de la resiliencia social.
En el PNUD estamos determinados a llevar la delantera en esta transformación. Sin embargo, no podemos hacerlo solos. Es momento de aumentar las inversiones en las estrategias MHPSS y velar por que el bienestar mental sea un aspecto central de todas las iniciativas de recuperación y resiliencia ante las crisis. Solo si nos abocamos al espectro completo de la recuperación física, económica y psicológica seremos capaces de establecer comunidades más sólidas, más saludables y más resilientes.