No dejarse quebrantar

20 de Octubre de 2025
Un grupo de estudiantes mujeres se encuentran reunidas en una mesa escribiendo en cuadernos.

Lesia Holoiad, una joven líder ucraniana, comparte su experiencia fomentando la participación de la juventud en medio de la guerra.

Foto: PNUD Ucrania

Para Lesia Holoiad, una líder juvenil ucraniana de 28 años, la definición de paz es sencilla y absoluta: "[...] paz quiere decir justicia, y si la justicia exige lucha, entonces vale la pena”. 

La invasión a gran escala de Rusia a Ucrania comenzó a principios de 2022. A pesar de que la guerra y la destrucción continúan afectando sin descanso comunidades en toda Ucrania, Lesia trabaja diariamente con miras a construir su propia visión: “Mi paz tendrá lugar cuando todas las personas en Ucrania puedan estudiar y trabajar sin miedo, soñar sin límites y planificar su futuro con libertad”. 

Lee su poderosa historia de esperanza y coraje. En sus propias palabras, la paz comienza con la persona que, a pesar de todo, "no se deja quebrantar". 

"La muerte siempre anda cerca"

Vivo en la pequeña ciudad de Zboriv, en el óblast de Ternopil, al oeste de Ucrania. Sin embargo, mi vida se ha extendido mucho más allá de los límites de este lugar. Trabajo como directora de programas, además de como asesora, formadora y facilitadora de políticas para la juventud en una organización no gubernamental llamada "Youth Platform" (disponible en inglés). 

Me centro en los consejos de jóvenes y la participación de estos en sus comunidades y en el país. Soy una mujer joven con discapacidad, pero esto nunca me ha impedido trabajar con las comunidades y otras personas jóvenes, ni hablar sobre el futuro. Quiero permanecer en Ucrania, esta es mi elección y allí está mi fuerza. 

Sin embargo, siento que toda mi juventud ha tenido lugar en estado de guerra. La guerra comenzó cuando estaba terminando la escuela. Obtuve mi maestría, di mis primeros pasos profesionales, me enamoré y descubrí el mundo; pero todo en el contexto de la guerra. Apenas puedo recordar la vida sin guerra. 

La muerte siempre está presente. He perdido a muchos amigos y colegas por la guerra, y muchos otros están ahora en el frente. Mis amigos y yo trabajamos como voluntarios porque no podemos quedarnos de brazos cruzados, viendo cómo pasa todo.

La paz se ha convertido en un sueño que llevamos en nuestros corazones. Los funerales de los jóvenes se han convertido en lugares de reunión. Hoy en día todos tenemos personas en nuestros canales de redes sociales y libros telefónicos que nunca volverán a llamar o a enviar mensajes. 

Los momentos más difíciles para mí son cuando tengo que trabajar después de ataques a gran escala, o incluso mientras están ocurriendo. Cuando escuchas explosiones y hueles el humo, aún tienes que ponerte de pie frente a los jóvenes para darles fe, energía y esperanza. Por dentro, una se siente exhausta y temerosa, pero no podemos mostrar nuestra debilidad porque las figuras públicas y los activistas son a quienes las demás personas miran en busca de fuerza para seguir adelante. 

Una joven ucraniana con falda azul y blusa blanca habla frente a una audiencia de jóvenes en una sala de conferencias.

A Lesia le apasiona crear espacios que impulsen la participación activa de los jóvenes en sus comunidades y en la vida del país.

Foto: ONG "Youth Platform"
"Mi paz tendrá lugar cuando todas las personas en Ucrania puedan estudiar y trabajar sin miedo, soñar sin límites y planificar su futuro con libertad"

"No estamos posponiendo la vida"

Recuerdo claramente una sesión de formación para consejos juveniles. En la noche comenzó un ataque aéreo masivo con misiles y drones. Pasamos casi toda la noche en un refugio con adolescentes y estudiantes. Había pánico y confusión; la gente temblaba, algunas personas lloraban y las explosiones podían escucharse incluso bajo tierra. Luego, por la mañana, salimos del refugio y continuamos el entrenamiento. Todavía recuerdo la escena: los jóvenes estaban listos para aprender, debatir y crear algo nuevo, incluso en momentos en que la guerra hacía arder todo a su alrededor. 

Como parte de la iniciativa "Dialogues of Victory" (disponible en inglés), que se implementó en toda Ucrania con el apoyo del PNUD y con financiación del Gobierno de Dinamarca, a menudo organizamos reuniones con jóvenes en refugios. En lugares en los que todo debería estar tranquilo y apacible –si bien no suele ser el caso–, hablamos sobre el futuro, sobre la reconstrucción y sobre el cambio. 

Este es un símbolo de la juventud ucraniana: no estamos posponiendo la vida, estamos viviendo y realizando actividades ahora mismo, incluso a la sombra de la guerra. 

Trabajar en tiempos de guerra es un constante equilibrio entre el agotamiento y la responsabilidad. Por un lado, vives en un país en que cada día trae noticias de muertes, ataques y destrucción. Por otro lado, hay que ponerse de pie frente a la juventud y hablar sobre el futuro, la esperanza y el desarrollo. Lo más difícil, tal vez, sea sobreponerte al sentimiento de desolación que te embarga internamente. 

Un grupo de jóvenes escuchan en una sala de reuniones a una joven ucraniana que está parada.

La iniciativa "Dialogues of Victory", que cuenta con el apoyo del PNUD, busca asegurar que la juventud participe de manera significativa en los procesos de recuperación y en la promoción de la democracia en Ucrania.

Foto: PNUD Ucrania

Durante la guerra, el trabajo juvenil adquiere un nuevo significado. Los jóvenes de hoy viven con incertidumbre, miedo y aquejados por la pérdida de seres queridos. Cuando vienen a una sesión de entrenamiento o a una reunión, traen consigo esta experiencia. No obstante, en sus ojos puedo identificar tanto el agotamiento como la determinación. Mi tarea es ayudarles a encontrar dentro de sí mismos la fuerza para seguir activos. 

Trabajar durante la guerra significa vivir con una constante sensación de fragilidad. Significa planificar un programa sabiendo que podría ser interrumpido por ataques aéreos y bombardeos. Significa organizar un evento y comprender que algunos de los participantes podrían no llegar porque su comunidad ha sido atacada, pero a pesar de todo todavía realizas la labor, porque el trabajo en sí mismo mantiene la sensación de que la vida continúa. 

Para mí, paz quiere decir justicia, y si la justicia exige lucha, entonces vale la pena. Mi paz tendrá lugar cuando todas las personas en Ucrania puedan estudiar y trabajar sin miedo, soñar sin límites y planificar su futuro con libertad; ese es el propósito por el cual trabajamos día a día. 

Tres mujeres ucranianas posan frente a un mural colorido con patrones geométricos.

Lesia se reúne con otros jóvenes ucranianos involucrados en la iniciativa "Dialogues of Victory".

Foto: PNUD Ucrania

"La paz no siempre llega en silencio" 

Una foto antigua de un hombre y una niña parados en la playa, arena y mar de fondo.

Lesia Holoiad y su padre en la playa de Skadovsk.

Foto: Lesia Holoiad

A menudo pienso acerca de los símbolos de la paz en mi vida. Para mí, es el mar, la costa ucraniana, Skadovsk. Recuerdo mi infancia allí. Las agradables mañanas en que mis padres y yo íbamos al mar antes de que nos asaltara el calor; el sol apenas iba saliendo y sus rayos dibujaban hilos dorados en el agua. Corría descalza por la arena cálida que parecía interminable y recogía pequeñas conchas como si fueran tesoros. 

Mamá reía y papá señalaba las gaviotas que circulaban sobre las olas. En esos momentos, el mundo se sentía seguro e infinitamente amable. Ahora, Skadovsk ha sido ocupada por las fuerzas rusas desde la mañana del 24 de febrero de 2022, el primer día de la invasión de Ucrania a gran escala. Esta ciudad, que una vez olía a sandías y a viento salobre, ha sido ahora copada por el miedo.

Sin embargo, no me he quebrado. Mis amigos y seres queridos me ayudan a mantener la vista adelante. Los jóvenes con quienes trabajo me sirven de apoyo. Los miro y me doy cuenta de que si perdemos la fe y la bondad, todo el país perderá la fe. No podemos permitir que eso ocurra.

El mundo se pregunta a menudo: ¿Qué hacer por Ucrania? Para mí, la respuesta es simple: ser justos. Conviene que entiendan nuestra realidad, no esquivar la mirada, apoyar el desarrollo de la juventud y darles espacio para crecer. Igualmente, hay que recordar que a veces hay que luchar para obtener justicia. 

Si tuviera que enviar un mensaje a otros jóvenes de todo el mundo que están viviendo en situaciones de conflicto o de crisis, sería muy simple: sean amables y no dejen de amar, porque el amor es también un arma, solo que de un tipo diferente. No destruye, sino que nos permite crear. 

La paz no siempre llega en silencio. A veces nace del dolor, de la pérdida y de la lucha, pero siempre comienza con la persona que, a pesar de todo, elige no dejarse quebrantar. 


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Este artículo fue publicado originalmente en inglés por la sección de Paz y Seguridad del Departamento de Comunicación Global de las Naciones Unidas.