Financiación de la biodiversidad con enfoque de género y multicultural

14 de Diciembre de 2022

 

La diversidad biológica son todas las variedades de organismos vivos que habitan e interactúan en el planeta tierra como las plantas, los animales, los microorganismos, así mismo es considerada fundamental para el desarrollo socioeconómico derivado de los servicios y bienestar que proveen. En Guatemala la diversidad biológica tiene un alto valor cultural y económico. En el período comprendido entre 2001 y 2010, el país generó 220,000 miles de toneladas en productos, como semillas, frutos oleaginosos, madera, leña, gomas y resinas, entre otros, valorados aproximadamente en millones Q131,219.

El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) indica que la biodiversidad o diversidad biológica y sus componentes poseen un valor intrínseco, así como valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos. Y reconoce la importancia de la biodiversidad para la evolución y para el mantenimiento de los sistemas necesarios para la vida en la biósfera (UN, 1992)[1].

La gestión financiera[2] aplicada a la biodiversidad en Guatemala continúa siendo un desafío en el contexto económico nacional e internacional frente a la necesidad e importancia de administrar de manera eficiente la diversidad biológica. Esto se puede reflejar en el presupuesto que el país le dedica al tema; que para el período 2010-2014 fue de USD53.65 millones, en tanto que el gasto privado para este fin fue de USD110 millones. Con base en el gasto que se hace en biodiversidad y los costos de conservación se estimó que para el período 2016 – 2022 la brecha financiera[3] es de USD52.6 millones. Pese a que la financiación relacionada con el clima permite alcanzar tanto los objetivos climáticos como los de igualdad de género, solo una pequeña parte (3%) se destina a apoyar las acciones de las mujeres y las niñas relacionadas a acciones climáticas[4].

Además de la brecha financiera en biodiversidad, otro desafío que enfrenta el país es el poco reconocimiento del aporte de la mujer en la gestión de la biodiversidad, sumada a la carga de cuidados y las normas sociales de género que las excluye de su participación, más allá de los roles tradicionales de género.

La incorporación de los principios de igualdad de género tanto en los mecanismos de financiamiento, que tienen como finalidad la construcción de políticas o planes de acción, deben enfatizar recursos inclusivos y equitativos, contar con la participación de las mujeres e incrementar su accesos a los recursos, ya que se involucra en actividades agrícolas como la selección de semilla criollas y nativas, el cuidado de bosques, así como el mejoramiento de razas y variedades de animales para la subsistencia y calidad de vida de las familias.

Los conocimientos especializados de las mujeres, principalmente las mujeres indígenas y campesinas del área rural, son de importancia y generan un mayor valor a la biodiversidad ya que son ellas las que la utilizan como alimento, medicina tradicional o ancestral, incluyendo la generación de ingresos a partir de los bienes de los ecosistemas y de sus huertas familiares.

Debido a la importancia de las mujeres en general, pero particularmente las indígenas y campesinas en la gestión de la biodiversidad es fundamental asegurar el cumplimiento y llevar a la práctica las políticas de género de los instrumentos financieros internacionales a nivel nacional y local. Por otro lado, es importante que la arquitectura del financiamiento climático pueda ser diseñado para que participen pequeñas organizaciones de base lideradas por mujeres, pues por lo general, estas quedan excluidas al momento de distribuir el financiamiento para las acciones y pueda participar de los beneficios económicos y no económicos de dichas iniciativas. Otras acciones que pueden incrementar la participación de las mujeres en toda su diversidad, es acompañar estos procesos con mecanismos de divulgación con el fin de dar a conocer los mecanismos de acceso a los fondos nacionales e internacionales como espacios de intercambio, ferias financieras donde las mujeres puedan adquirir conocimientos acerca de las diversas fuentes de financiamiento para la biodiversidad y sus requisitos.

Bajo este contexto, desde PNUD Guatemala, se busca diseñar estrategias de financiación de la biodiversidad con enfoque de género y multicultural para la gestión de la biodiversidad que permitan la participación de las mujeres en todo el proceso y en la toma de decisiones relacionados con biodiversidad, así como para asegurar que puedan acceder a los beneficios de los ecosistemas. 


[2] La gestión financiera, implica el uso eficiente y sostenible de los recursos naturales que un ecosistema provee.

[3] La brecha financiera, indica la diferencia que existe entre el presupuesto público destinado a la biodiversidad y la demanda de inversión necesaria para la conservación y sostenibilidad de la biodiversidad.

[4] [en línea], https://www.greengrants.org/wp-content/uploads/2018/03/GGF_ Gender-Mapping-Report_HighRes-Singles.pdf


 Referencias bibliográficas

Garcia, O. E. (2016). Descripción del Proceso y Costeo de la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica y Estimación de la Brecha Financiera. Guatemala: BIOFIN/PNUD.

PNUD. (Abril de 2020). Plan de Acción de Género CDB y Revisión de Plan de Acción de Género CDB. Obtenido de https://www.cbd.int/

Sasvari, A. A. (2010). Guía para la transversalización de género. Suiza: UICN. Obtenido de https://www.cbd.int/doc/publications/cbd-ts-49-es.pdf

UN. (1992). Convenio de la Diversidad Biológica. Obtenido de https://www.cbd.int/