ONU lanza proyecto para asegurar financiamiento de la Agenda 2030 y poner fin a desnutrición crónica infantil en Ecuador

21 de Enero de 2021

Con estos grandes objetivos, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y, presentaron hoy el proyecto ‘Financiando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y atacando la desnutrición crónica infantil’.

Esta iniciativa, que se ejecutará en 2 años y con un presupuesto de alrededor de 1.4 millones de dólares, cuenta con apoyo y financiamiento del Fondo Conjunto de las Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG Fund), plantea mejorar la gestión de la financiación del desarrollo sostenible en Ecuador y apalancar recursos tanto públicos como privados para los ODS. En lo específico, la estructura financiera fortalecida responderá a uno de los principales problemas de salud del país, la desnutrición crónica infantil, que afecta a 1 de cada 4 niños y niñas del Ecuador.

Representantes de agencias, fondos y programas ONU, autoridades nacionales y aliados y participantes en el evento.

Lena Savelli, coordinadora residente de la ONU en Ecuador destacó que la pandemia por COVID-19 ha revelado la interconectividad de los problemas que afronta la sociedad, entre los que citó la desigualdad de género, el cambio climático y la desnutrición crónica infantil. En este sentido, afirmó que del mismo modo, pueden articularse las soluciones y actores para enfrentar estos retos, dentro de un marco estratégico

Matilde Mordt, representante del PNUD en Ecuador explicó los componentes del proyecto, indicando que responderán en particular a dos grandes resultados.

En primer lugar, el diseño de un Marco Nacional de Financiamiento Integrado (MNFI) para  analizar los flujos financieros para financiar el desarrollo sostenible, alinear el presupuesto del nacional a la planificación nacional y a los ODS, priorizar a los grupos en condiciones de vulnerabilidad en el diseño de políticas, seleccionar políticas con mayor efecto multiplicador en la consecución de los ODS, estimar la brecha de financiación de las mismas, establecer instrumentos innovadores de financiación, implementar un mecanismo multisectorial y multiactor de coordinación, y monitorear los flujos financieros y generar rendición de cuentas sobre el financiamiento.

Y en segundo término, ensayar la aplicación del MNFI en la aguda problemática de la desnutrición crónica infantil. Para ello, se diseñarán instrumentos innovadores de movilización o alineación de recursos públicos y de otras fuentes.

Ambos resultados fomentarán la inclusión y la participación, especialmente de mujeres en la discusión y en la toma de decisiones, para formular una propuesta de escalamiento hacia otras políticas relacionadas con la igualdad, particularmente la de género.

El representante de Unicef, Joaquín González-Alemán, recordó que “la desnutrición crónica infantil constituye uno de los mayores problemas de salud pública en el Ecuador, tanto por su dimensión como de sus potenciales repercusiones futuras tanto a nivel individual, como familiar, y en la sociedad en general. Esta incrementa el riesgo de infecciones, muertes evitables, enfermedades no transmisibles y el retardo en el crecimiento intrauterino. Asimismo, se relaciona con el menor desarrollo cognitivo, capacidad funcional, y productividad individual y social. De esta forma compromete, ciertamente, el desarrollo nacional, pues incide en la transmisión intergeneracional de la pobreza y la perpetuación de la inequidad”.

En relación con los beneficios humanos, sociales y económicos de combatir esta problemática, González-Alemán facilitó cifras sobre el retorno de inversión en políticas y acciones focalizadas en este tema: “cada dólar adicional invertido en programas de desarrollo de la primera infancia de calidad produce un retorno de entre 6 y 17 dólares. Los niños y niñas que escapan del retraso del crecimiento generan ingresos entre un 5 y 50 % cuando son adultos, y tienen un 33 % más de posibilidades de salir de la pobreza cuando son adultos”.

Mario Touchette, representante del PMA en Ecuador añadió que “invertir en mejorar la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables es una de las prioridades del Gobierno y de sus socios, pero para lograr un progreso significativo se debe considerar entre otros aspectos las barreras que dificultan el acceso a una dieta nutritiva. Entre ellas, el limitado acceso económico, o la baja diversidad de la dieta, motivada por el alto consumo de productos procesados, así como de prácticas inadecuadas de alimentación. Para hacer frente a esta situación, la unión y articulación de esfuerzos de diversos actores son la prioridad y una oportunidad para orientar el financiamiento para lograr importantes progresos y la mejora no solo de los indicadores de nutrición, sino también de la vida y mejor futuro para las personas con quienes trabajamos.”

Por su parte, Isabel Maldonado, Secretaria Técnica de la Secretaría Técnica de ‘Plan Toda Una Vida’ aseveró que el Ecuador “asumió el reto” de enfrentar la mencionada problemática, por medio de la Misión Ternura con una intervención intersectorial, pero también desde el Decreto Ejecutivo 1211 (emitido en diciembre de 2020) y que tiene por objeto incidir de forma estructural la prevención y erradicación de la desnutrición crónica infantil.

Para concluir, Rodrigo López, Subsecretario de Presupuesto del Ministerio de Finanzas, señaló que el Gobierno Nacional del Ecuador construyó el Plan Nacional de Desarrollo ‘Toda una Vida’, concibiendo al ser humano como un eje principal de la política pública, incorporando la visión de la Agenda 2030 y los ODS, de manera específica en su seguimiento y cumplimiento; y bajo el principio de “no dejar a nadie atrás”, por medio de tres ejes: derecho durante toda una vida, economía al servicio de la sociedad y más sociedad para un mejor Estado. Asimismo, reiteró que en relación con el presupuesto general del Estado, desde el Ministerio de Finanzas hay un enfoque de priorización y reorientación hacia el gasto social y al desarrollo sostenible.

En el año 2020, tras realizar ajustes en el presupuesto general por el contexto de pandemia por COVID-19 , el gasto social ascendió a 12,072 millones de dólares.

Fondo Conjunto para los ODS

El Fondo Conjunto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un instrumento innovador para incentivar cambios de política transformadores y estimular las inversiones estratégicas necesarias para que el mundo vuelva a encaminarse hacia el cumplimiento de los ODS.

Hasta la fecha, el Fondo ha financiado 97 programas conjuntos centrados en la protección social integrada o la financiación de los ODS, ha impulsado a más de 600 alianzas que trabajan en conjunto con la ONU para apoyar los ODS, y ha probado más de 100 soluciones innovadoras para acelerar la Agenda 2030.