Proyectos de conservación de anfibios e investigación científica en Ecuador culminan su ejecución con relevantes aportes para el país

29 de Diciembre de 2020

Tras cinco años de desarrollo, los proyectos de Anfibios del Ecuador y Uso Sostenible de sus Recursos Genéticos – PARG y Global ABS (Implementación efectiva del Protocolo de Nagoya) terminaron su implementación con un importante aporte a la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos de la biodiversidad.

El proyecto PARG logró varias metas entre las que se destaca la crianza en laboratorio de anfibios (en peligro de extinción y redescubiertas), con técnicas innovadoras, con el propósito de su reintroducción a su hábitat natural; y la investigación de las secreciones de las pieles de anfibios, en las que se analizaron 100 moléculas, encontrando al menos dos, con alto potencial biomédico por su contenido antifúngico y antimicrobiano.

Asimismo, el Proyecto Global ABS aportó al país en la construcción de la normativa ABS para el Acceso y la Distribución Justa y Equitativa de los recursos genéticos, y vinculó a la comunidad a través del desarrollo de cinco Protocolos Comunitarios Bioculturales y 22 talleres en mecanismos de protección de conocimientos tradicionales, llegando a sensibilizar a más de 1.800 representantes de pueblos ancestrales.

Paulo Proaño, ministro del Ambiente y Agua, señaló que este proyecto es un ejemplo clave de la efectividad de las alianzas público privado y nacional e internacional, “Los anfibios son parte fundamental de nuestra biodiversidad y su cuidado garantiza el desarrollo investigativo en el área de la biomedicina”.

Matilde Mordt, representante de PNUD, destacó: “las investigaciones realizadas por la universidad Ikiam y los recursos genéticos de los anfibios son una pieza fundamental en el desarrollo sostenible, y representan una gran inversión para las empresas privadas”.

Los dos proyectos fueron iniciativas del Ministerio del Ambiente y Agua, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y contaron con el apoyo del Centro Jambatu para la Conservación e Investigación de Anfibios, Centro Amaru de Conservación de Anfibios, Universidad Regional Amazónica Ikiam, entre otras instituciones.