Jonathan y la batucada: resistencia, juventud y paz en los barrios de Guayaquil
23 de Julio de 2025
Jonathan junto a sus compañeros de la Batucada en un ensayo.
Jonathan es un joven de 25 años con un firme compromiso social, transmite su convicción por la defensa de los derechos humanos a través del activismo y la percusión. Sus ideas reflejan una apuesta colectiva por la transformación de las desigualdades estructurales que afectan al país.
Él es parte de la Batucada Popular, una iniciativa que ha reunido a más de 150 adolescentes y jóvenes de distintos sectores del Guayas, como Socio Vivienda e Isla Trinitaria, con el objetivo de generar espacios comunitarios seguros y libres de violencia. A través del arte, al ritmo de los tambores y consignas, ellos buscan promover la participación juvenil, la conciencia social y la convivencia pacífica como herramientas para enfrentar contextos de exclusión, violencia y precarización.
Arte y comunidad, espacios de transformación
La Batucada Popular es impulsada por la Fundación Minkayni y tuvo sus inicios durante la pandemia mundial del Covid 19. Un día hace 5 años, al suroriente de Guayaquil, Xavier Moreira y Johanna Chéves, activistas sociales, rescataron la capacidad del arte para provocar transformaciones sociales, políticas y culturales en la sociedad… así que decidieron organizarse. Con palos y baldes, tocaban las puertas de cada casa del barrio para invitar a jóvenes y adolescentes a unirse a este proyecto que va más allá de la música. La Batucada Popular lucha contra el bullying, el racismo, la discriminación, las injusticias y las violencias. Más que un grupo musical, es una escuela de conciencia política y una herramienta de lucha social que empodera a una nueva generación dispuesta a reclamar su lugar y dignidad en la sociedad.
Uno de los jóvenes que se sumó a este llamado fue Jonathan, él creció en la cooperativa Sergio Toral, donde la inseguridad y la violencia son una realidad del día a día. La pobreza, la falta de oportunidades y la ausencia del Estado han marcado su entorno; en ese contexto muchos jóvenes han sido reclutados por el crimen organizado para cometer actividades ilícitas. También en el año 2023 en el país se registraron 770 homicidios de niños, niñas y adolescentes en el país, evidenciando un aumento del 640% de casos en comparación al 2019 de acuerdo a estimaciones de UNICEF emitidas en el 2024.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), comprendemos que la violencia no debe abordarse únicamente como un problema de seguridad, sino como una manifestación de desigualdades estructurales profundas que generan exclusión social. Estas desigualdades restringen el acceso a derechos fundamentales como la educación, el empleo digno y los espacios para el desarrollo personal y comunitario, lo que perpetúa ciclos de vulnerabilidad y afecta el bienestar de las personas y comunidades.
Juventudes, actores estratégicos del desarrollo y la paz
La población del Ecuador es de 16,938.986 millones de personas, de este universo el 29% comprende a la población juvenil de entre 15 a 29 años, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Ecuador, INEC. Este grupo etario, representa una parte significativa de la estructura demográfica, por esto, las juventudes resultan ser actores estratégicos para el desarrollo económico, social y político del país.
En 2023, Jonathan y la Batucada Popular se convirtieron en aliados estratégicos del PNUD en Guayaquil a través del Proyecto interagencial de Naciones Unidas, “Capacidades para la paz, la seguridad y la reducción de las violencias en Ecuador – Construimos Paz”. Gracias a esta articulación, desde la implementación del proyecto se lograron organizar talleres, actividades, eventos y procesos sostenibles que promueven la resiliencia comunitaria y fomentan una cultura de paz.
¿Acaso es justo vivir violentados y con miedo?
Jonathan es uno de los jóvenes líderes parte de la estrategia “Un Chance Para la Paz” que constó con la realización de mesas consultivas, un seminario de juventudes, la construcción de un insumo metodológico (agenda de juventudes) y el posicionamiento de esta iniciativa con diversos tomadores de decisión a nivel local e internacional. Este proceso contó con la participación de más de 250 jóvenes y adolescentes.
“Para mí estos procesos crean comunidad y esperanza, desde las propias prácticas de los adolescentes y jóvenes. Cuando nos juntamos en iniciativas como éstas, estamos en confianza, transmitimos nuestros miedos, experiencias y anhelos para motivar a crear un país distinto. No es justo vivir con una alta precarización y a veces no tener oportunidad para salir de allí. Ver que los chiques lloran al exponer su verdad y sus miedos es una realidad dolorosa , injusta y violenta” Jonathan Mena, líder juvenil.
Las juventudes no sólo necesitan ser escuchadas, sino también empoderadas y ésta plataforma le permitió a Jonathan promover los derechos humanos, la paz y la lucha contra la violencia en diversos espacios.
Hacia una paz sostenible ¿qué falta por hacer?
En varias ocasiones, Jonathan y la Batucada han sido víctimas de estigmatización y de discursos de odio provenientes de medios de comunicación, de instituciones públicas o de la misma sociedad, ya sea por su condición social, por su origen o por denunciar las problemáticas sociales a las que se enfrentan. En este sentido un Estado de Derecho tiene la responsabilidad de proteger a las víctimas y garantizar que no sean revictimizadas; es fundamental avanzar en la construcción de políticas públicas con enfoques preventivos y de sensibilización, que además tengan como objetivo erradicar los discursos de odio y discriminación que naturalizan y perpetúan la violencia.
En el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD se analiza el progreso de los países más allá de su crecimiento económico, centrándose en ampliar las oportunidades y libertades de las personas. Uno de sus pilares es la necesidad de construir sociedades más justas, pacíficas e inclusivas, en línea con el ODS 16 de la Agenda 2030. El informe destaca que no puede haber desarrollo humano sin paz; los conflictos armados, la violencia estructural, la inseguridad ciudadana y la impunidad deterioran no solo las instituciones, sino también el bienestar individual y colectivo.
La historia de Jonathan demuestra que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino la construcción de condiciones que permitan una vida digna. Si bien iniciativas como la Batucada Popular han logrado generar cambios significativos, su sostenibilidad depende de un mayor apoyo institucional. Las políticas públicas no solo deben responder a necesidades inmediatas sino a transformar las estructuras sociales que generan desigualdad sobre todo en sectores sociales vulnerados históricamente. El arte, la cultura y la educación son potentes catalizadores del desarrollo hacia una sociedad más justa, humana e inclusiva, sin dejar a nadie atrás.
Conoce más sobre el proyecto:
“Construimos Paz” tiene por objetivo fortalecer las capacidades de diversos actores nacionales y locales involucrados en la prevención y gestión de los conflictos sociales, así como en la garantía dela seguridad integral, tanto a nivel nacional como en territorios priorizados. Esta iniciativa financiada por el Fondo para la Consolidación de la paz es implementada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la entidad de las Naciones Unidas, para la Igualdad de género y el Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres y tiene como finalidad abordar de forma preventiva y transformadora dos fenómenos que afectan al Ecuador: la conflictividad social y las violencias.