Muy buenos días a todas y todos.

Quisiera comenzar saludando al Rector de la Universidad de La Frontera, Dr. Juan Manuel Fierro Bustos; al Vicerrector de Investigación y Postgrado, Dr. León Bravo Ramírez; a la Vicerrectora de Pregrado, Mg. Emma Bensch Tapia; al Vicerrector de Administración y Finanzas, Dr. Sergio Salgado Salgado; a la Dirección de Equidad de Género, al equipo técnico del Sello, y a todas las personas que han hecho posible este proceso desde los distintos espacios de la comunidad universitaria.

Hoy, desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, nos complace acompañar a la Universidad de La Frontera en este hito significativo: la obtención del nivel Plata del Sello de Igualdad de Género del PNUD.  

Esta certificación no solo reconoce el cumplimiento de estándares internacionales en materia de igualdad. También refleja un compromiso institucional profundo y sostenido con las transformaciones culturales e institucionales requeridas para avanzar hacia una universidad más justa, inclusiva y respetuosa de los derechos humanos.

El camino recorrido por la UFRO ha sido complejo y valiente. En un contexto de alta exigencia institucional, con procesos simultáneos como la acreditación y la validación del Plan Estratégico de Desarrollo Institucional 2030, la Universidad logró mantener el rumbo y avanzar con decisión. Incorporó la igualdad de género como parte de su identidad institucional y la integró activamente a su gestión estratégica, sosteniendo equipos, reorganizando prioridades y enfrentando resistencias con argumentos, convicción y políticas concretas. Esta decisión habla de una institución que comprende que avanzar en igualdad es también avanzar en calidad, pertinencia y futuro.

A lo largo del proceso, fuimos testigos del rol clave que ha desempeñado la Dirección de Equidad de Género, liderando técnicamente la transversalización del enfoque de género, articulando con otras unidades, y generando condiciones institucionales para mejorar, incluso en contextos de incertidumbre. Destacamos el compromiso del equipo técnico, su capacidad de convocatoria y de diálogo triestamental, así como la voluntad de alinear los requerimientos del Sello con la cultura organizacional de la UFRO.

La elaboración del Plan de Acción, el desarrollo de herramientas como la Guía de Reclutamiento y Selección o la Guía de Comunicaciones inclusivas, los procesos formativos en planificación y presupuestos con enfoque de género, y la producción de diagnósticos actualizados sobre violencia y conciliación, son avances concretos que dan cuenta de un trabajo serio, sistemático y contextualizado.

Nos parece especialmente relevante la apuesta por fortalecer la docencia, la investigación y la vinculación con el medio desde una perspectiva de género. Que la igualdad esté presente en la sala de clases, en la generación de conocimiento y en las alianzas con el entorno es fundamental para transformar no solo la universidad, sino también su relación con la sociedad.

Asimismo, valoramos profundamente la conexión de este proceso con los territorios y con los grupos históricamente excluidos. Las acciones orientadas al empoderamiento de mujeres rurales, niñas, mujeres indígenas y diversidades sexo-genéricas hablan de una universidad comprometida con la equidad tanto al interior de la institución, pero también fuera de ella, y con una visión interseccional que reconoce las múltiples dimensiones de la desigualdad. Las alianzas con organizaciones regionales, pueblos originarios, mujeres rurales, niñas y mujeres indígenas, y mujeres en áreas STEM, son prueba del compromiso por construir una universidad más inclusiva, pertinente y conectada con los desafíos de su territorio.

La experiencia de la UFRO nos deja lecciones valiosas. Nos recuerda que la igualdad de género no se impone: se construye colectivamente. Que no es una tarea exclusiva de las unidades de género, sino un desafío institucional que involucra a autoridades, funcionariado, docentes, estudiantes y también al entorno.

Hoy, la Universidad de La Frontera cuenta con una base sólida para avanzar hacia una cultura organizacional más justa, inclusiva y con enfoque de derechos. El Sello no es un punto final. Es una etapa más en un proceso que seguirá madurando con cada decisión, con cada política que sitúe la igualdad como un eje estratégico del desarrollo universitario.

Desde el PNUD, queremos agradecer la confianza depositada en nuestro equipo. Ha sido un honor acompañarles en este proceso. Hoy, reafirmamos nuestro compromiso de seguir colaborando con la Universidad de La Frontera, y con todas las instituciones que apuestan por construir un futuro más igualitario, desde la educación pública, la ciencia y el desarrollo regional. Muchas gracias por demostrar que la igualdad de género no es una exigencia externa, sino una convicción que se construye colectivamente, con participación, con evidencia y con mirada de futuro.

Felicitaciones, una vez más, por este logro institucional y por la convicción de avanzar, incluso cuando el camino se vuelve cuesta arriba.

Muchas gracias.