Para comprender mejor pobreza y desarrollo en Bolivia

Nuevos aportes bibliográficos en la FIL 2025

1 de Agosto de 2025
Two artisans seated on colorful textiles, knitting in a scenic outdoor setting.

 
NUEVAS PUBLICACIONES SOBRE DESARROLLO Y POBREZA EN LA FIL 2025

Para esta gestión, el PNUD en Bolivia impulsa la producción editorial con valioso material sobre la situación del desarrollo y los perfiles de vulnerabilidad y pobreza en el país desde una mirada multidimensional. Los estudios realizados identifican los principales retos que enfrenta el desarrollo en el país, las regiones y las ciudades.

En este marco, presentamos esta guía para invitarles a leer los documentos y que, desde el PNUD, nos comprometemos a continuar desarrollando más productos de gestión del conocimiento, como parte de nuestro aporte con el desarrollo humano sostenible.

Q & A para entender el libro “Miradas sobre desarrollo humano departamental”
Two stacked books with a white cover featuring an orange abstract design.

 

¿Cómo impactó la pandemia en el desarrollo regional?

Entre 2012 y 2019 Bolivia logró una mejora sostenida en su Índice de Desarrollo Humano (IDH), alcanzando niveles altos en varios departamentos. Sin embargo, la pandemia por COVID-19 provocó un retroceso significativo en las dimensiones de salud e ingresos, impactando especialmente la esperanza de vida. Para 2023, pese a una recuperación cercana a los niveles prepandemia, persisten diferencias: Santa Cruz, Tarija, Cochabamba, Pando, Oruro, La Paz y Beni enfrentan un desarrollo humano alto, en tanto Potosí y Chuquisaca permanecen con un nivel medio.

¿El desarrollo llegó a todos los departamentos por igual?

Aún hay brechas de desarrollo. La educación tuvo mejoras continuas en cobertura y logro, no obstante departamentos como Potosí y Chuquisaca continúan rezagados respecto al promedio nacional. En términos de salud, la pandemia afectó con mayor intensidad la esperanza de vida en Potosí, mientras que Tarija y Santa Cruz mantuvieron mejores indicadores. Los ingresos también presentan desigualdades importantes, reflejando necesidades estructurales y productivas.

En las diferentes regiones, ¿tenemos las mismas oportunidades mujeres y varones?

Bolivia alcanzó aparentemente paridad nacional en 2023 entre varones y mujeres en las dimensiones de salud, educación e ingresos. Esta paridad es relativa por que esconde desigualdades departamentales: en La Paz, Cochabamba, Oruro y Santa Cruz, regiones el desarrollo masculino sigue siendo superior al femenino. La pandemia agravó la brecha en esperanza de vida de los hombres debido a la mayor mortalidad.

Las cifras generales dicen que mejoramos, pero la realidad departamental muestra otra cosa ¿Por qué?

Hay una relación positiva entre un mayor IDH y la reducción de la pobreza y la pobreza extrema. Sin embargo, las brechas territoriales persisten: Potosí, Chuquisaca y Beni muestran altos niveles de pobreza y menor desarrollo humano, en tanto Santa Cruz y Tarija combinan altos IDH con bajas tasas de pobreza y desigualdad. La desigualdad de ingresos sigue siendo un desafío, limitando el avance del desarrollo humano.

Q & A para entender el libro “Desafíos del desarrollo: vulnerabilidad multidimensional para no dejar a nadie atrás”
Stack of two books with a colorful design and the number 26 on the cover.

 

¿Cómo entendemos la pobreza?

Los debates actuales trabajan con el concepto de “vulnerabilidad”, que va más allá de la visión tradicional de la pobreza entendida únicamente como falta de ingresos. Hace falta adoptar un enfoque integral que además de reducir la pobreza, fortalezca la resiliencia de las personas y comunidades para enfrentar desafíos presentes y futuros, ampliando sus oportunidades para alcanzar sus proyectos de vida y no retroceder frente shocks internos (e.g. pérdida de empleo) o externos (e.g. Pandemia).

¿Qué se debe analizar para comprender la vulnerabilidad social y proponer posibles soluciones?

Entender dimensiones como: empleo informal, acceso limitado a salud de calidad, inseguridad alimentaria, educación desigual y falta de protección social— interactúan para generar y perpetuar condiciones de vulnerabilidad. Reconocer esta complejidad, su interconexión y sus desafíos es el primer paso para diseñar políticas públicas focalizadas, efectivas y sostenibles que aborden las causas estructurales de la desigualdad y vulnerabilidad.

¿Cómo se pueden hacer mejores políticas públicas para luchar contra la pobreza y la vulnerabilidad social?

De inicio, fortalecer la planificación prospectiva y gestión local con una mirada multidimensional, promover la coordinación entre niveles de gobierno y garantizar la participación ciudadana y de actores privados. Así se pueden lograr intervenciones pertinentes, efectivas y sostenibles que impacten en el corto plazo en el bienestar de las personas.

 

Recomendaciones para la lectura

Para enfrentar futuras crisis, necesitamos sistemas de protección social sólidos, mejora en la calidad y cobertura de los servicios básicos, promoción de oportunidades de empleo estas son líneas de acción ineludibles. De la misma forma, se destaca la necesidad de adoptar enfoques interseccionales que consideren las múltiples formas de exclusión que enfrentan mujeres, jóvenes, comunidades indígenas y personas adultas mayores.

Proponemos un enfoque integral y preventivo, que reconozca las distintas formas de vulnerabilidad y articule políticas en salud, educación, empleo y seguridad social a lo largo de toda la vida.

Además, planteamos una nueva mirada al desarrollo: junto al Índice de Desarrollo Humano, debemos usar herramientas como el Índice de Vulnerabilidad Multidimensional (IVM), que ayudan a anticipar riesgos, focalizar mejor las políticas públicas y construir resiliencia y adaptación desde los territorios.

Si tienes interés en la temática de la pobreza y la vulnerabilidad desde una mirada multidimensional y sus diferentes perfiles en los procesos de desarrollo, te invitamos a revisar los documentos que ha producido el PNUD en Bolivia.