Horizontes Compartidos: Integrando Sabidurías Indígenas en la Planificación Nacional

24 de Noviembre de 2023

En los últimos años, los incendios, sequías e inundaciones han afectado la vida en las comunidades indígenas de Bolivia. A pesar de ser las más afectadas, estas poblaciones rara vez participan en la toma de decisiones a nivel territorial y nacional para abordar el cambio climático. El Laboratorio de Aceleración del PNUD ha implementado la inteligencia colectiva para contribuir al cierre de esta brecha y promover una mayor integración.

Bolivia enfrenta una seria amenaza por el cambio climático. Según el Índice de Riesgo Climático Global de 2021, se ubica como el décimo país más vulnerable del mundo debido a eventos climáticos extremos como sequías continuas, incendios forestales e inundaciones. En los últimos cuatro años, más de 15 millones de hectáreas han sido afectadas por incendios forestales y quemas agrícolas, causando daños a la biodiversidad, ecosistemas y el desarrollo de comunidades rurales.

El desarrollo en Bolivia, desde la visión gubernamental, está vinculado al sistema de planificación. A través de planes nacionales, sectoriales y territoriales, se identifican problemas y se establecen estrategias y presupuestos para afrontarlos. A nivel local, el Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) y el Plan de Gestión Territorial Comunitaria (PGTC) desempeñan un papel fundamental en la respuesta a la crisis climática. El PGTC está orientado a las comunidades organizadas como Gobiernos Autónomos Originarios Campesinos (GAIOCs). Para aquellas que no tienen esta organización, el instrumento que recoge sus necesidades es el PTDI que considera las prioridades de la población urbana y rural de un municipio dado.

La conexión entre las necesidades y la planificación de las comunidades indígenas con el PTDI es vital, ya que permite asignar recursos para el desarrollo. Sin embargo, esta vinculación presenta desafíos, como:

  • La falta de datos sobre los desafíos que viven las comunidades debido el declive de sus medios de vida tradicionales y el daño a los ecosistemas;
  • La construcción de puentes entre las visiones de desarrollo indígena y gubernamental, y entre la tecnología moderna y los conocimientos indígenas para identificar soluciones efectivas de acuerdo al contexto, y entre otras,
  • La consolidación de mecanismos para la participación activa de las comunidades desde su cosmovisión, en la planificación y monitoreo de los compromisos nacionales (NDCs).

Desde el Laboratorio de Aceleración del PNUD en Bolivia, estamos contribuyendo al cierre de estas brechas participando en la iniciativa global “Inteligencia Colectiva para la Acción Climática” que reúne a 15 países del mundo para generar aprendizaje para la acción climática.

¿Cómo ayuda la inteligencia colectiva a acercar las visiones indígenas y gubernamental?

La inteligencia colectiva es la capacidad que se crea cuando las personas trabajan juntas para movilizar información e ideas, a menudo aprovechando la tecnología. Se trata de un proceso donde las contribuciones individuales se combinan y se integran para convertirse en algo más que la suma de sus partes.

En Bolivia, esta metodología se aplicó a la elaboración del Plan de Vida de la Capitanía de Kaami, para vincular sus necesidades con el PTDI del Gobierno Municipal de Camiri, en el marco de la estrategia nacional liderada por la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra. Para ello se realizaron talleres con autoridades indígenas, jóvenes y mujeres de la Capitanía, que incluyeron a técnicos de ONGs, municipio y gobierno central. El intercambio del conocimiento de las personas, con la tecnología y datos (elementos de la inteligencia colectiva), permitió potenciar el abordaje para la construcción del Plan de Vida.

En lo referido a las personas, la colaboración entre diversas instituciones, que incluyó comunidades, el gobierno central, municipios y ONGs, resultó esencial para unir esfuerzos y cerrar algunas brechas informativas. Por ejemplo, las comunidades desconocían los compromisos nacionales en cambio climático (NDCs), fuentes de financiamiento actuales y la relevancia de la coordinación entre la Capitanía y el municipio. La APMT desempeñó un papel crucial al compartir esta información con la Capitanía, abriendo espacios para la inclusión. Por otra parte, la articulación de los desafíos de las comunidades con las actividades de las ONGs se produjo de forma inmediata durante los talleres, dando paso a acciones conjuntas

En cuanto a la tecnología, en los talleres implementamos formularios digitales accesibles a través de los teléfonos móviles de los y las participantes de las comunidades. Estos formularios permitieron la evaluación y la priorización a través de votación anónima. La visualización inmediata de los resultados proporcionó una comprensión más profunda de las prioridades y abordó las preocupaciones de la mayoría, incluyendo a aquellos que a menudo no expresan sus opiniones en reuniones. Este proceso reveló, por ejemplo, que la juventud se sentía marginada en la toma de decisiones de la Capitanía; asimismo, destacó la seguridad alimentaria como una prioridad previamente subestimada. Además, adaptamos el uso de la tecnología de acuerdo con la disponibilidad tecnológica y las habilidades de los miembros de las comunidades. Realizamos pruebas para garantizar el acceso a través de teléfonos móviles e internet, y diseñamos preguntas y gráficos comprensibles para presentar los resultados de manera efectiva

Respecto a los datos, debido a su escasez, invitamos a ONGs a participar en los talleres. Sus expertos compartieron información y experiencia, enriqueciendo la planificación con perspectivas externas. Esta colaboración permitió propuestas más sólidas y estratégicas en el Plan, combinando el conocimiento de las comunidades con el científico.

Los aprendizajes y desafíos

Esta experiencia ha resultado en un Plan de Vida que se caracteriza por su inclusividad en la toma de decisiones, brindando voz a quienes generalmente no participan en este proceso. Además, su contenido se ha fortalecido al combinar la visión de la Capitanía con la de técnicos y expertos. Asimismo, su alcance en la articulación va más allá del documento y ya ha comenzado a dar sus primeros frutos, con el municipio mostrando disposición para incorporar algunas de las prioridades del Plan de Vida en el PTDI y la implementación de acciones conjuntas entre la Capitanía y la APMT para la gestión inmediata de iniciativas.

Entre los aprendizajes y desafíos más importantes, están:

  • La coordinación entre comunidades, la APMT y el municipio antes de los talleres permite la consideración de esta información y la integración de prioridades a la planificación nacional.
  • La tecnología es esencial para mostrar las perspectivas de todos y todas, pero debe adaptarse a diversos grupos. La tecnología digital es preferida por los jóvenes y adultos varones. Es importante ofrecer opciones sin conexión que permita resultados similares.
  • Las ONGs desempeñan un papel fundamental como proveedores de información, facilitando debates informados y combinando perspectivas científicas con las locales para soluciones estratégicas y colaboración. Sin embargo, persiste el desafío en las comunidades sin presencia de ONGs en su territorio

Conectar la visión indígena y gubernamental no solo facilitará la planificación conjunta de los desafíos territoriales, sino también la unión de esfuerzos y voluntades para afrontar los retos de la crisis climática en el país.