¿La gestión del riesgo en riesgo?

13 de Octubre de 2023

El crecimiento poblacional acelerado, los procesos de urbanización desordenados, la degradación de recursos naturales ocasionada por la presión económica de los sectores pobres sobre el territorio, altas tasas de deforestación, explotación de los recursos naturales (minería del oro en especial), han ocasionado el incremento de la cantidad de personas que viven en zonas de alto riesgo. 

Estos fenómenos se combinan con el nivel elevado de vulnerabilidad existente, que se manifiesta fundamentalmente en: i) ocupación de territorio propenso a riesgos; ii) incremento de la pobreza; iii) alta vulnerabilidad de la infraestructura física debido a que en el diseño no se consideró análisis de riesgos; iv) tratamiento del tema de riesgos y desastres completamente desvinculado de la problemática del desarrollo sostenible e históricamente enfocado, únicamente, a la etapa de atención a la emergencia; y, v) carencia de instrumentos técnico metodológicos que permitan la inclusión de la gestión del riesgo en los procesos de planificación del desarrollo y de la inversión pública.

Es así que Bolivia se está caracterizando por la recurrencia de desastres que inciden directamente en su desarrollo. Tienen un impacto sobre el desempeño económico y el bienestar social, además de pérdidas de capital e infraestructura de caminos, puentes, energía, etc. Estas pérdidas generan, a su vez, efectos en la economía tales como inflación, importación de alimentos, disminución de las exportaciones, shock fiscal, crecimiento negativo de la economía, lo que conducen a aumentar la pobreza sin atenuantes.

En la actualidad la construcción social del riesgo en Bolivia, es un tema aislado y sólo se aborda cuando sale en las noticias por que se ha producido un evento extremo (inundación, deslizamiento, desabastecimiento de agua, etc), pero no se trabaja como una política pública de Gestión de Riesgos.

La gestión del riesgo en Bolivia

Se entiende por Gestión del Riesgo a la “aplicación de políticas y estrategias de reducción del riesgo de desastres con el propósito de prevenir nuevos riesgos de desastres, reducir los riesgos de desastres existentes y gestionar el riesgo residual, contribuyendo con ello al fortalecimiento de la resiliencia y a la reducción de las pérdidas por desastres”. (NNUU, 2016).

La gestión del riesgo surge como una tendencia histórica que responde a los cambios de comportamiento que se demandan de las diferentes organizaciones en momentos de cambio o de variación de expectativas respecto a su desempeño. En el caso que el país tuviera una Política de Gestión de Riesgos ésta se debería vitalizar con la autonomía del país vía el Sistema de Planificación Integral del Estado, a través de la Planificación Territorial de Desarrollo Integral y el cumplimiento de la Ley Marco de Autonomías que establece la Gestión del Riesgo como una competencia exclusiva en cada ámbito territorial del Estado. Los conceptos y objetivos, los alcances y las diversas variables que tiene la Gestión de Riesgos que se encuentran en actual ejecución tienen peculiaridades muy específicas, ya que se han constituido en medidas de consecución de objetivos mayores, cuáles son las Reformas del Estado que se buscan a partir del marco autonómico vigente desde el 2009 (CPE) y no como iniciativas de asistencia humanitaria aisladas de apoyo a las municipalidades.

En este contexto es que la autonomía municipal/AIOC debería ser el centro del contenido de la Gestión del Riesgo. Por lo tanto, las posiciones aquí planteadas son producto de una primera aproximación a este complejo mundo del accionar institucional de los gobiernos locales en un Estado Plurinacional autonómico, cuyos retos han complejizado el panorama de funciones y competencias que tenían previamente a ellas.

El riesgo en Bolivia, expresado en la materialización de los desastres ocurridos en el país a lo largo de su historia, está correlacionado con las amenazas naturales y socio naturales en el siguiente orden:

  1. Hidrometeorológico o climáticos - granizadas, tormentas eléctricas, el fenómeno de El Niño, las sequías, los incendios forestales espontáneos, las inundaciones y los desbordamientos; y,
  2. Geológicos - terremotos, erupciones volcánicas, los deslizamientos y avalanchas, los hundimientos, la erosión terrestre.
  3. Incendios forestales.
  4. Explotación irracional de los recursos naturales.
 
Conclusiones

En resumen, los desastres en Bolivia, aunque asociados a fenómenos de origen natural y socio natural, no solamente son el resultado de éstos, sino también de una combinación de factores socioeconómicos, culturales, políticos, institucionales, medio ambientales, que determinan su generación y caracterización.

Hoy por hoy, los municipios no están logrando consolidar la política pública de gestión de riesgos, cuyas causas serían: i) poco interés por parte de sus Máximas Autoridades Ejecutivas en incorporar la GRD en su territorio (refieren que el Estado Central les ayude con la asistencia humanitaria), ii) recorte presupuestario, iii) alta rotación de personal, iv) poca asistencia técnica por parte del Estado Central. Todas estas causas no permiten tener personal especializado en la temática de gestión de riesgos, que contribuyan a implementar sus propias políticas a los gobiernos autónomos municipales y lograr la institucionalización de la Gestión del Riesgo de Desastres en la jurisdicción municipal.

Por parte del Estado Central se ve un retroceso en la implementación de la Gestión del Riesgo, ya que quieren volver a centralizar las acciones y actuar de manera reactiva, debido a que las ETAs no logran institucionalizar la GRD dentro de sus territorios.

El ente normativo de la planificación, no coadyuva para generar instrumentos que permitan a las ETAs trabajar en la planificación territorial que incorpore la GRD, y no como es hasta ahora solo enunciativa y de cumplimiento obligatorio, ya que deben incorporar el mapa de riesgos en los Planes Territoriales de Desarrollo Integral, pero que dichos riesgos no están en la programación quinquenal de dicha planificación.