Durante el tercer trimestre de 2025, la economía de la República Bolivariana de Venezuela registró una expansión del producto interno bruto (PIB), aunque en un contexto de desafíos macroeconómicos persistentes, entre ellos inflación elevada, presiones cambiarias y restricciones fiscales. El crecimiento del PIB estuvo impulsado principalmente, por un incremento significativo del sector petrolero y, en menor medida, por el dinamismo observado en ciertas actividades no petroleras. No obstante, este repunte económico se produjo en un contexto de inflación elevada, depreciación sostenida de la moneda y crecientes presiones fiscales. En el plano externo, el entorno internacional mostró una moderación en las tasas de crecimiento, mientras persistieron focos de incertidumbre derivados de tensiones geopolíticas, tanto globales como regionales, y de la volatilidad de los precios internacionales del crudo, factores que inciden de manera directa sobre las perspectivas de la economía venezolana.