Las mujeres de la brigada: La participación equitativa para el desarrollo comunitario

3 de Noviembre de 2022
Mujeres que forman parte de la brigada de cuidado de la Reserva Ecológica Banco San Miguel.

Johana Alvarenga, Elva Cristaldo y Tomasa Benítez.

María José Centurión, PNUD Paraguay

Tomasa Benítez Figueredo, Johana Alvarenga y Elva Cristaldo viven y sirven a la comunidad de la Reserva Ecológica Banco San Miguel, sitio clave de la capital a nivel ambiental y social. Las tres trabajan como miembros de la brigada de limpieza, en el marco del proyecto Asunción Ciudad Verde de las Américas. Tomasa y Johana empezaron su labor con esta propuesta hace tres años, y Elva, desde hace dos. Ellas son tres de las cinco mujeres que conforman la brigada de limpieza de un total de 10 trabajadores del sector. 

Tomasa comparte que involucrarse en este proyecto forestal le aportó mucho porque siempre fue de la zona, pero no se daba cuenta del valor de ese ecosistema. Por su parte, Johana, coincide con Tomasa en la falta de valorización de su zona de residencia, que cuenta aproximadamente con una población de 1.000 personas, según el último censo.

Además del trabajo en el área de limpieza, estas mujeres hicieron posible la llegada de cursos de formación en educación ambiental para la comunidad de la Reserva. Específicamente, generaron el vínculo para la realización de los proyectos de ciencias en la escuela Caacupemí, a través del contacto con los niños y niñas de la institución.

Así mismo, fueron capacitadas en una primera etapa en el tema de manejo de residuos sólidos para el cuidado de la salud familiar y la conservación de la Reserva, y luego, ellas fueron las encargadas de dar las charlas sobre el tema aprendido.  

Durante este mes de noviembre, está prevista la realización de unos talleres para mejorar el uso de contenedores y se contará también con su participación.

Trabajo que dignifica

El trabajo que realizan Tomasa, Johana y Elva, les sirve como experiencia inicial y concreta para futuros trabajos.

“El trabajo salva, porque puedo pagar la educación de mis hijos”, dice Elva, quien también por la tarde realiza la labor como vendedora de helados desde su domicilio. “Tener trabajo me ayuda en la educación (de mis hijos), su alimentación y vestir. Porque siempre les voy a poner a mis hijos antes que a mí”.

Para Johana, esta es una gran oportunidad porque “somos de la zona, entonces no tenemos que pagar pasaje, almuerzo, ni niñera por mucho tiempo, ya que podemos cuidar de nuestros hijos y traerlos a la escuela”.

Según una publicación de ONU Mujeres, el acceso equitativo a oportunidades de trabajo entre hombres y mujeres, está directamente relacionado al crecimiento de la comunidad, contribuye a la erradicación de la pobreza y promueve el crecimiento económico inclusivo. Esta situación sucedió grabada con la pandemia por COVID-19 que dejó a 166.000 mujeres paraguayas (el 76,7% del total de personas que dejaron de formar parte de la fuerza de trabajo en ese periodo) fuera del mercado laboral durante el primer y segundo trimestre del 2020, según el documento La Pandemia de la Desigualdad, elaborado por PNUD Paraguay.

“Hoy en día si no tenés ingresos cuesta, y siendo mujeres cuesta más”, comenta Tomasa, y agrega: “Soy el sustento de mi mamá y tengo a mi sobrina a mi cargo. Esto me ayudó mucho como persona a salir adelante en varios ámbitos: en lo personal, en lo monetario, y también en la comunidad”. Aparte de su trabajo en la brigada, Tomasa también es recicladora e integrante de diversos proyectos sociales.

“Estoy formando parte de un proyecto”, cuenta Tomasa, “lidero esa organización y todos los días es una meta ir concienciando sobre el manejo de residuos y el reciclado. Tengo el apoyo de mi pareja, mi familia y mi mamá, que para mí es lo primordial. Yo no me quejo de lo económico porque soy muy activa, siempre fui así. La verdad que en todo mi recorrido, la mayor potencia sale de las mujeres”.

“Estoy viendo muchos proyectos que puedan ayudar a continuar esto de dar oportunidades a la comunidad. Esa es la meta, que todas estemos en un buen lugar, más que nada por sus familias. Ese es mi proyecto particular”, añade Tomasa con convicción.

Tomasa también reconoce la importancia del factor emocional como un punto clave para el desempeño. “Vos vas a salir adelante, pero siempre tenés algo que te insta a salir adelante”. En su caso, confiesa que es su familia.

Para Elva y Johana, su inspiración son sus hijos. “En primer, segundo y tercer lugar están los hijos. Y si ellos están bien, nosotras estamos bien”, dice Johana. Elva agrega que para ella es fundamental que sus hijos reciban una educación, ya que “el día de mañana ellos ya van a tener mejores oportunidades que nosotras”, afirma.

El proyecto

“Asunción Ciudad Verde de las Américas – Vías a la Sustentabilidad”, es un proyecto impulsado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en forma conjunta con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP), la Municipalidad de Asunción, la Red Paraguaya por Ciudades Sustentables y Guyra Paraguay, con financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y contrapartida nacional.

El mismo tiene como fin mejorar la calidad de vida de Asunción y generar beneficios múltiples a toda la población según sus necesidades a través de la integración del transporte, el manejo de residuos sólidos e infraestructura verde a la planificación urbana para lograr una ciudad sustentable y resiliente.