Juventudes y educación en tiempos de cambio: transformar para incluir

8 de Agosto de 2025
PNUD Honduras | Gerardo Moya

En Honduras, el sistema educativo avanza con una estructura definida que abarca desde la educación prebásica hasta el nivel superior. Sin embargo, los vertiginosos cambios tecnológicos y sociales nos invitan a preguntarnos si este modelo está evolucionando al ritmo que necesitan nuestras juventudes para enfrentar un presente que ya se parece demasiado al futuro: uno marcado por la inteligencia artificial, la automatización y desafíos globales que exigen nuevas habilidades y enfoques.

Como plantea el Informe Global sobre Desarrollo Humano 2025 [disponible en inglés] del Programa de las Naciones Unidas (PNUD) plantea que la tecnología no es neutral ya que puede ser una palanca de inclusión o un amplificador de desigualdades. Todo depende de si decidimos que los avances tecnológicos funcionen para las personas, no solo para automatizar procesos. Para que la tecnología contribuya verdaderamente a la inclusión en Honduras, es fundamental integrarla con intención tanto en el sistema educativo como en las políticas públicas que orientan el desarrollo del país.
 

Ilustración del Informe sobre Desarrollo Humano 2025 del PNUD
PNUD

Actualmente, la escolaridad esperada en el país es de 10.2 años¹, lo que en teoría cubriría los 9 años de educación básica obligatoria y al menos uno de educación media. Pero la realidad es más compleja: solo el 29.4% de adolescentes entre 15 y 17 años asisten a un centro educativo². La transición entre básica y media sigue siendo un cuello de botella. En 2023, el tercer ciclo de básica registró la mayor tasa de deserción (4.7%) y repitencia (6.6%) del sistema³.
 

Una brecha que no solo es digital


Las causas del retiro de las aulas son múltiples: pobreza, embarazo adolescente, migración, trabajo infantil, violencia. Y si sumamos la brecha digital, el panorama se vuelve aún más desafiante. Mientras el mundo avanza hacia empleos que exigen pensamiento crítico y habilidades tecnológicas, muchas juventudes hondureñas no tienen acceso estable a internet en sus centros escolares, mucho menos a formación en competencias digitales.

Según la Memoria de labores consolidada de las 18 Direcciones Departamentales de Educación 2023, elaborado por la Secretaría de Educación de Honduras, el país contaba con más de 24 mil centros educativos, de los cuales el 92.1% son públicos. La matrícula total rondó los 1.8 millones de estudiantes, pero sigue sin recuperar los niveles previos a la pandemia. Aunque el país invierte el 4.4% de su Producto Interno Bruto (PIB) en educación, dentro del rango recomendado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), los resultados en calidad siguen siendo preocupantes; en la evaluación PISA-D 2017 para países de ingreso bajo⁴, Honduras obtuvo resultados por debajo del promedio regional en matemáticas, lectura y ciencias, con profundas brechas según nivel socioeconómico.
 

Niña estudiante hondureña con uniforme
PNUD Honduras

En este contexto, en Honduras, miles de niños, niñas y adolescentes siguen quedando fuera del sistema educativo, lo que limita sus oportunidades y frena el desarrollo del país. 

Para cambiar esta realidad, el proyecto "Acelerando la transformación del sistema educativo en Honduras" impulsa acciones concretas orientadas a acelerar el cumplimiento del ODS 4: Educación de calidad. “Municipios Campeones por la Educación” es un mecanimos a través del cual la Secretaría de Educación y la Asociación de Municipios de Honduras (AMHON), con el apoyo del PNUD en conjunto con UNICEF, promueven una estrategia que incentiva a 146 municipalidades a mejorar sus indicadores educativos, especialmente la matrícula. Desde el PNUD, aportamos al fortalecimiento de capacidades locales a través del desarrollo de un dashboard interactivo con datos clave sobre matrícula, deserción y rendimiento escolar, que permitirá a los gobiernos locales planificar y tomar decisiones informadas. 

También se han impulsado acciones estratégicas para fortalecer las capacidades de los gobiernos locales en temas clave como igualdad de género, rendición de cuentas y lineamientos de inversión municipal; estas acciones han sido complementadas con espacios de intercambio entre municipalidades, que han permitido compartir experiencias y buenas prácticas en el ámbito educativo. Este proceso ha contribuido a ampliar el aprendizaje colectivo y a enriquecer la implementación de soluciones locales orientadas a garantizar la permanencia escolar, especialmente de niños, niñas y adolescentes.
 

Niño y niña durante jornada escolar usando una tablet
UNICEF Honduras

Juventudes que empujan el cambio


A pesar de los desafíos, las juventudes hondureñas no se detienen, participan activamente en procesos y desarrollan propuestas puntuales y desde su mirada.

Desde el PNUD, reconocemos que las juventudes no son solo beneficiarias de políticas, sino aliadas estratégicas del desarrollo. Su participación directa en la construcción de soluciones locales, el uso de datos y la innovación social es clave para avanzar hacia un modelo más inclusivo y resiliente.

Un ejemplo claro es la participación de juventudes en el proceso de elaboración de el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) del 2022 de Honduras y en el proceso que se está llevando para la elaboración del IDH 2026. También en la construcción del primer plan local de Juventud, Paz y Seguridad de la ciudad de San Pedro Sula; este plan va alineado con la Resolución 2250 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Juventud, Paz y Seguridad que reconoce el rol fundamental de las personas jóvenes en la prevención de la violencia y la construcción de paz. Además, responde a la estrategia global del PNUD en juventud 2022–2025 y contribuye al cumplimiento del ODS 16 sobre Paz, Justicia e Instituciones sólidas.
 

Cerrar la brecha: una prioridad inaplazable


Transformar el sistema educativo hondureño ya no es una opción, es una necesidad urgente. Desde el PNUD, acompañamos este proceso con evidencia, innovación y alianzas, apostando por un desarrollo humano que amplíe las capacidades de las personas y reduzca desigualdades estructurales.

Para cerrar la brecha entre el sistema educativo actual y el que nuestras juventudes necesitan, es clave hacer cambios concretos. Primero, hay que ofrecer opciones educativas más flexibles, que incluyan formación técnica y digital, y que se adapten a las condiciones de cada comunidad. También es urgente asegurar que todas las escuelas públicas tengan internet y el equipo necesario para que niñas, niños y jóvenes puedan acceder al mundo digital. Otro paso fundamental es fortalecer a las y los docentes con herramientas y métodos de enseñanza que respondan a los retos de hoy. Y, sobre todo, es necesario conectar la escuela con el mundo laboral: abrir caminos hacia empleos dignos, con enfoque en la inclusión digital y en que nadie quede atrás, sin importar dónde viva.

El futuro de la educación y el empleo en Honduras se construye a partir de decisiones informadas, sostenidas y centradas en las personas. Este es un momento clave para avanzar con determinación. Porque el futuro avanza a paso acelerado y nuestras juventudes merecen avanzar con él.
 

Niños estudiantes hondureños
PNUD Honduras

¹ Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre Desarrollo Humano 2025 – Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de la Inteligencia Artificial (2025).
² Encuesta de Hogares 2024 (INE).
³ Secretaría de Educación de Honduras. Plan Estratégico Institucional (PEI) 2023-2026.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Honduras ¿Es posible mejorar el sistema educativo del país? (2018)