Cuando el agua no llega a la tierra: Cuatro experiencias de la lucha de Cuba ante la sequía

22 de Marzo de 2023

Embalse "Jaibo", en Guantánamo, afectado por las recientes sequías.

Instituto de Recursos Hidráulicos de Cuba, Guantánamo.

"Fíjate si este año la sequía ha sido grande, que las cañas, que nunca se secan, se están secando; las palmas se están muriendo y el río, se quedó sin agua. Las biajacas y camarones que vivían allí ya se extinguieron", cuenta Alberto, agricultor holguinero por más de veinte años.  

Según recuerda, ese problema empezó hace más de una década; pero, para él, los últimos dos años han sido los peores.  

Cuando el agua escasea en la tierra, la vida y las posibilidades de desarrollo de las personas, las economías y los ecosistemas, se ven afectados. Entre 2000 y 2019, cerca de 17 millones de personas se vieron afectadas por la sequía en América Latina, según el informe Sequía en números 2022, restauración para la preparación y la resiliencia, publicado por Naciones Unidas.

En Cuba, las sequías son cada vez más recurrentes y extendidas en los territorios y el tiempo. Estas se han hecho especialmente notables desde 2014 debido en lo fundamental a una disminución de las precipitaciones, fuente principal de llenado de los embalses en el país.  

Al cierre de febrero del 2023, el 94 % del territorio nacional estaba afectado por un déficit en los acumulados de lluvias, con mayor impacto en la región occidental y el extremo más oriental del país, según datos publicados por el Instituto de Meteorología de la República de Cuba (INSMET).

Casi la mitad del país está sufriendo afectaciones de severas a extremas en el servicio de agua, dada la disminución de la disponibilidad en las fuentes de abasto, por la escasez de lluvias. Como consecuencia, más de 400 000 personas se encuentran afectadas por este fenómeno, de acuerdo con autoridades del Instituto Nacional de Recursos Hídricos (INRH).

 

En el análisis espacial de los acumulados durante el trimestre diciembre 2022 - febrero 2023, el 95 % del territorio nacional presentó afectación por sequía meteorológica. Con relación al trimestre octubre - diciembre 2022, se produjo un incremento de un 12 % de áreas afectadas con sequía. Instituto de Meteorología de Cuba.

Codo a codo para aprovechar cada gota de agua

En alianza con instituciones nacionales y socios de la cooperación como la Unión Europea, por más de 25 años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba ha trabajado en la conservación, disponibilidad y uso eficiente de los recursos hídricos. Ha impulsado, además, la gestión de riesgos e impactos del cambio climático asociados a la gestión del agua: inundaciones, sequías, agotamiento de acuíferos e intrusión salina. Dicha labor parte del reconocimiento del agua como un recurso vital para asegurar el desarrollo económico, social y ambiental de la nación.

De cara al agravamiento de las sequías en Cuba, ha impulsado el desarrollo de iniciativas para mejorar la gestión integral del agua e incrementar la resiliencia de personas e instituciones ante este fenómeno, desde un enfoque que integra la reducción de riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático. 

La región oriental es una de las más golpeadas por sequías recurrentes. Durante seis años (2016-2022), allí se implementó el proyecto ¡Pon tu ficha!, ejecutado de manera conjunta por el PNUD y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con apoyo financiero del Programa de Preparación ante Desastres de la Unión Europea (DIPECHO, por sus siglas en inglés). En su segunda etapa se extendió a la provincia central de Camagüey.  

Su desarrollo implicó el fortalecimiento de la gestión integral del agua para enfrentar los impactos de las sequías extremas, acoplada con las estrategias de gobierno. En esa línea, se promovieron acciones asociadas a la respuesta inmediata, preparación y adaptación a este fenómeno en el mediano y largo plazo.  

Más de 100 mil personas de áreas vulnerables y más de 60 instituciones a cargo de la gestión del agua y la producción de alimentos fueron beneficiadas con el trabajo desarrollado por ¡Pon tu ficha!

La articulación alcanzada entre actores institucionales de los territorios vinculados a la gestión de riesgos ha sido visible. Sobre la experiencia en Guantánamo, Yinet Marzo, directora técnica de la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico de esa provincia, señala como un logro, la cohesión y sinergia consolidada entre instituciones guantanameras, para elaborar información de mayor calidad sobre la sequía.  

Destaca que ha aumentado la sistematicidad y disponibilidad de datos por medio de los sistemas de vigilancia, fundamentales para el análisis de información y la toma de decisiones.     

Especialista observa sistema de automatización de una estación hidrometeorológica.

Camagüey, Las Tunas, Santiago de Cuba y Guantánamo cuentan hoy con una mayor cobertura del sistema de vigilancia y monitoreo hidrológico para medir las principales variables climáticas: precipitaciones, niveles de evaporación y calidad del agua. En esto fueron clave la automatización de la red del servicio hidrológico a cargo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y la capacitación de más de 100 especialistas, personal técnico y decisores para su instalación, uso y monitoreo, impulsadas desde i Pon tu ficha!  

La red nacional de recursos hidráulicos tiene acceso a información sobre precipitaciones, emitida a diario por veinticuatro observadores voluntarios de la lluvia en las tres provincias, cuyas capacidades mejoraron por medio de soluciones digitales para el uso de una aplicación en teléfonos celulares que facilita su labor. La información recopilada respalda el pronóstico y toma de decisiones oportuna para una mejor gestión del agua.  

Se consolidaron así los sistemas de vigilancia y alerta temprana asociados a la sequía en estos territorios. En consecuencia, los planes de acción del sector institucional hídrico provincial y nacional cuentan con información sistemática y actualizada para garantizar el suministro de agua a la población de manera oportuna.  

Observador pluviométrico realiza una medición de precipitaciones en su localidad.

Para Reynol Pérez, coordinador provincial de los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo (PVR) en Las Tunas; disponer de información sobre la sequía, ha comenzado a tener un impacto positivo en la mitigación de sus riesgos y la reducción de sus impactos en la agricultura.

Al respecto comenta: “Por primera vez logramos hacer un análisis de la sequía con relación a la producción. Se levantaron vulnerabilidades, sobre todo las que tienen que ver con los cultivos, con la disponibilidad del agua, las características de los suelos y la producción agropecuaria.  A partir de ahí, trazamos acciones que no habíamos visualizado antes”.

Desde la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico guantanamera, se está planificando el balance de agua con un año de antelación, teniendo como referencia la actualización de los estudios de vulnerabilidades, apoyados por ¡Pon tu ficha!, apunta Yinet Marzo. Experiencias como esta permiten garantizar un suministro de agua más estable a la población durante el periodo de sequías.  

Para que el agua llegue a quienes la necesitan

Con más de medio millón de habitantes, la provincia oriental de Santiago de Cuba, en 2017 sufrió una sequía que redujo al mínimo la capacidad de abastecimiento de agua a la población. Ocho de cada diez santiagueros y santiagueras sufrieron afectaciones por el déficit en el abasto del preciado líquido. Al cierre de marzo de ese año, los embalses de la provincia sólo tenían un 31% de su capacidad útil llena.  

Desde hacía tres años, Santiago de Cuba había estado experimentando uno de los eventos de sequía más extremos de su historia, agravado por el cambio climático.  

El programa conjunto Suma tu gota, liderado por el PNUD con la participación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y PMA, con recursos financieros aportados por la Cooperación Española a través del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible; trabajó entre 2016 y 2018 para promover la gestión integral y sostenible del agua fortaleciendo las capacidades locales de adaptación a la sequía en esa provincia.

Desde el programa conjunto se potenció la formulación de recomendaciones derivadas de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgos de sequías e incendios en áreas rurales. Esta información fue clave para la actualización de las estrategias de desarrollo local y de los planes de reducción de riesgo de desastres, así como para la toma de decisiones ante la ocurrencia de sequías.  

A partir de 2018, los resultados del programa conjunto se consolidaron con la implementación por el PNUD del proyecto Adaptándonos a la sequía en Santiago de Cuba. Se dio continuidad de este modo a las acciones para incrementar la resiliencia a la sequía en este provincia.  

Era necesario llegar a las comunidades más vulnerables al déficit de agua para garantizar un suministro más estable del líquido vital. Por eso se amplió la cobertura de los sistemas de vigilancia y monitoreo hidrológico y de la distribución de agua a la población de los municipios Guamá y Santiago de Cuba, en particular en el poblado periurbano El Caney y la ciudad de Santiago de Cuba. Más de 500 mil personas se beneficiaron gracias a esas acciones.  

Desde la estación de bombeo de Dos Ríos, fortalecida por el proyecto, se facilita el abasto de agua a varias comunidades dispersas de Santiago de Cuba.

Por otro lado, se consolidó la vigilancia meteorológica. También se fortalecieron instituciones encargadas de la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático, sobre todo las vinculadas a los Sistemas de Alerta Temprana y monitoreo de la sequía. Entre esos esfuerzos, destaca el trabajo encaminado a fortalecer entidades del sector de recursos hidráulicos encargadas de la gestión y monitoreo del ciclo hidrológico, que abarca el control de las fuentes de abasto; las entregas, el tratamiento y el control de la calidad del agua; el monitoreo de la lluvia; la distribución a la población y el control y solución de salideros.

La instalación de electrobombas como solución alternativa para incrementar el abastecimiento de agua, también aumentó las capacidades de distribución desde las plantas de tratamiento “Quintero” y “Parada”. La primera, abastece al 80% de la población de la ciudad de Santiago de Cuba: más de 400 mil personas. La segunda, garantiza el suministro de agua a la población y a sectores económicos clave.

Este trabajo se ha complementado con el diseño de metodologías y procedimientos de carácter estratégico y alcance nacional, como el Procedimiento operacional para el manejo integral de la sequía (elaborado en sinergia con ¡Pon tu ficha!); la metodología de diagnóstico y pronóstico de la sequía hidrológica y la Iniciativa para el fortalecimiento de la vigilancia hidrológica en Cuba.

Bajo el liderazgo de la Agencia de Medio Ambiente (AMA), se apoyó la actualización de la metodología nacional para la realización de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo de sequía e incendios forestales en áreas rurales. Esta metodología fue enriquecida con nuevos métodos para analizar las vulnerabilidades sociales y el peligro de sequías en sus tres manifestaciones: meteorológica, agrícola e hidrológica.    

Multiplicar conocimientos para la gestión integral del agua

Hasta catorce municipios de Ciego de Ávila y Camagüey han llegado los esfuerzos del proyecto Reducción de riesgo de desastres y adaptación a los efectos del cambio climático ante el impacto de sequías e inundaciones en el centro-norte de Cuba, implementado por PNUD desde el 2021 con fondos del programa Euroclima + de la Unión Europea viabilizados a través de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD). Su objetivo es fortalecer la gestión integral de riesgos de sequías e inundaciones a nivel local en función de la preparación, respuesta, prevención y adaptación.

Es una oportunidad para compartir y poner en práctica la experiencia acumulada y lecciones aprendidas de proyectos anteriores impulsados por el PNUD en la gestión integral del agua.

Fortalece los sistemas de vigilancia hidrometeorológica a través de la automatización de la red de monitoreo y la creación de salas situacionales. Estas últimas son esenciales para el análisis y procesamiento de información con vistas al pronóstico y la toma de decisiones oportunas.

Actualiza instrumentos para la gestión de riesgos y consolida las capacidades de gestión del gobierno y sectores clave frente a sequías e inundaciones. En particular, se robustecen los mecanismos de gestión de gobierno a través de la creación y fortalecimiento de Centros de Gestión para la Reducción de Riesgos de Desastres y los Puntos de Alerta Temprana. Además, se actualizan los estudios de riesgo de inundaciones y sequías en los municipios más vulnerables a estos fenómenos. 
 
La socialización de conocimientos sobre metodologías para perfeccionar la vigilancia hidrometeorológica, evaluar los recursos hídricos e hidráulicos, así como sobre Sistemas de Alerta Temprana en situaciones de sequías forma parte de las acciones del proyecto.   
Con el fin de fomentar la sensibilización y conciencia desde edades tempranas sobre la importancia del agua, su uso y la necesidad de ahorrarla, también se han comenzado a desarrollar actividades educativas en escuelas primarias. Alrededor de 50 niños y niñas de ambas provincias ya han vivido esta experiencia.

El PNUD apuesta por una gestión integral del agua que integre la reducción de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático. Desde el proyecto se ha impulsado   la adaptación al contexto cubano, con el acompañamiento de la oficina regional, de una herramienta diseñada por el PNUD a nivel global. Esta herramienta busca integrar ambos componentes en las estrategias de desarrollo local.

La iniciativa fue liderada por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), instituciones rectoras de la gestión de riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático en el país, respectivamente.

La adaptación de esa herramienta y su validación a partir de la implementación piloto en un municipio de Camagüey y otro de Ciego de Ávila, se ha desarrollado en el marco del proyecto Reducción de riesgo de desastres y adaptación a los efectos del cambio climático, en sinergia con Resiliencia costera, iniciativa también gestionada por PNUD. Luego de su pilotaje a nivel local, se prevé su validación en el sector de recursos hidráulicos en la provincia avileña.  

En el siglo XXI, Cuba ha vivido tres de los eventos más significativos de sequías (2003-2005, 2009-2010 y 2014-2015). Se estima que para 2050 puede haber una reducción de las precipitaciones en el período lluvioso próxima al 5-10 %. 

En ese escenario, promover una gestión integral del agua, que tenga en cuenta la reducción de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático, es estratégico. En esa dirección van los esfuerzos del PNUD: ampliar la cobertura de los sistemas de vigilancia hidrometeorológica; mejorar la distribución del agua; impulsar la articulación de sectores institucionales clave y preparar a las personas para enfrentar los riesgos de manera más resiliente.