En nombre del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, quiero expresar nuestra más sincera felicitación a la Subsecretaría de Relaciones Exteriores por haber obtenido el nivel oro del Sello de Igualdad de Género. Este logro es motivo de orgullo institucional, pero también una señal concreta del compromiso de la Cancillería con los derechos humanos y con una diplomacia transformadora y feminista. Lo avanzado hasta hoy constituye una base sólida para seguir impulsando una política exterior que sitúe la igualdad de género como principio central de su quehacer institucional.

Sabemos que el proceso no ha sido sencillo. El Sello es, como se habrán dado cuenta en su implementación, una herramienta altamente exigente. Muchos de sus requerimientos clave no pueden resolverse únicamente con la voluntad de una administración o el liderazgo de una autoridad. Exigen una transformación estructural, sostenida en el tiempo, que involucre a toda la organización, y también al mundo de las relaciones internacionales.

Los objetivos del Sello son ambiciosos. Consisten en valorar y promover la igualdad de género dentro de una institución, pero además generar un efecto multiplicador. Queremos que este trabajo inspire al resto del Estado, pero también, como lo ha demostrado esta Subsecretaría, al conjunto de la comunidad internacional. Por eso valoramos especialmente el rol de Chile en los foros multilaterales, su liderazgo en grupos como el Grupo de Amigos de la Política Exterior Feminista y el mandato SOGI, porque la acción de esta institución permite avanzar hacia un mundo más justo, paritario e inclusivo.

En este proceso, la Subsecretaría ha impulsado avances al interior de la institución —como la creación de la División de Asuntos de Género, la mejora en condiciones laborales o el aumento de mujeres en cargos diplomáticos—, pero también ha posicionado la igualdad de género como un principio estructurante de su acción exterior. Esto se refleja en los memorándums de entendimiento firmados con enfoque de género, en su liderazgo para promover resoluciones sobre cuidados, violencia digital y empoderamiento económico, y en los canales de apoyo consular para mujeres chilenas víctimas de violencia en el extranjero.

Queremos destacar especialmente el trabajo del equipo técnico del Sello, liderado por la Dirección General Administrativa, así como la articulación con el Comité de Igualdad de Género presidido por la Subsecretaria Gloria de la Fuente. También, reconocer a todas las personas que desde distintas unidades participaron en los talleres, comités y acciones de mejora. Su trabajo y compromiso han sido clave para llegar a este resultado.

Desde el PNUD, ha sido un privilegio acompañar esta trayectoria. Hemos colaborado en el desarrollo de estrategias de transversalización del enfoque de género en áreas clave como presupuestos, compras, comunicaciones y alianzas institucionales. Pero por sobre todo, valoramos profundamente la generosidad de esta Subsecretaría al compartir sus aprendizajes y abrir sus espacios para la realización de actividades de diálogo y colaboración con otras instituciones públicas, a través de la Comunidad de Prácticas del Sello.

Sabemos que los desafíos persisten. Las brechas de género siguen presentes, y en el contexto mundial actual, existe el riesgo de retrocesos. La experiencia de esta Subsecretaría nos recuerda que avanzar en igualdad de género no puede ser una tarea individual, ni de una sola institución. Necesitamos generar comunidad, vínculos, redes de colaboración. Y sobre todo, mantener viva la ambición de transformar las estructuras de poder.

Agradecemos profundamente a la Subsecretaría por su generosidad, su liderazgo y su convicción. Este Sello es un reconocimiento, sí, pero también es una invitación a seguir avanzando juntas y juntos, con compromiso, coherencia y visión.

Muchas gracias.