Palabras Representante Residente de PNUD, Georgiana Braga-Orillard

SEMINARIO INTERNACIONAL CAMINOS AL DESARROLLO: AVANCES Y DESAFÍOS EN TRANSICIÓN JUSTA

3 de Diciembre de 2025
PNUD Chile.

03 de diciembre de 2025

FEN Universidad de Chile, Santiago

Muy buenos días,

En nombre del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, quisiera partir saludando a todas y todos quienes nos acompañan en esta mañana.  

Saludar muy cordialmente a:

La Ministra del Medio Ambiente, la señora Maisa Rojas.

Al Subsecretario del Medio Ambiente, el señor Maximiliano Proaño.

Al Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras de Chile, el señor José Manuel Díaz.

Me complace enormemente brindarles palabras de bienvenida en este seminario internacional, el cual convoca experiencias de México, Brasil, Colombia y Chile en torno los desafíos que enmarcan a la transición justa. La comunidad internacional ha reconocido que nos encontramos frente a una triple crisis, producto de un modelo económico, de producción y consumo, que se ha construido sobre la base de los combustibles fósiles y la extracción de recursos naturales. En este contexto, la discusión hacia caminos de desarrollo más sostenible, justo e inclusivo, es importante y a la vez necesario.

Este evento se encuentra fuertemente alineado al escenario global marcado por el importante acuerdo de los países en la COP 30 en Belém, Brasil, en noviembre de este año, sobre la elaboración de un mecanismo de transición justa que pone a las personas y territorios en el centro del debate. Esta definición es un hito que entrega posicionamiento internacional, institucionalidad y herramientas para avanzar en acción. Además, da cuenta que el camino que ha avanzado Chile en transición justa está en la dirección correcta. El desarrollo sostenible exige un foco en derechos humanos, y en participar en justicia social y ambiental.

Este camino no es nuevo, con la firma del Acuerdo del París en la COP21 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, llevada a cabo en el 2015, se avanzó en un primer marco de acción. Luego, en la COP27 en Egipto en 2022, se estableció en el “Programa de Trabajo sobre Transición Justa”, para integrar no sólo las metas climáticas, sino también las dimensiones socioeconómicas, fuerza laboral y la creación de trabajo decente y empleos de calidad, con enfoques inclusivos y participativos. Existen además otros hitos de relevancia, incluso previos, que han facilitado el avance en las últimas décadas del concepto de transición justa en la agenda internacional, dando cuenta de la transversalidad de la agenda.

Es por esta razón que celebro este espacio de reflexión y diálogo, ya que, ante agendas altamente diversas y complejas, es fundamental avanzar en debate, difusión del conocimiento y con una mirada articulada a otras realidades de América Latina. La transición justa es local, pero a su vez es regional y global, siendo una señal clara de la relevancia del multilateralismo.

El desafío es claro, casi 8 de cada 10 personas que viven en situación de pobreza multidimensional (887 millones de los 1.100 millones que hay en el mundo) están directamente expuestas a amenazas climáticas como las temperaturas elevadas, las inundaciones, las sequías o la contaminación atmosférica. Por lo tanto, se hace urgente la necesidad de establecer las condiciones para tener un futuro sostenible, abordando la erradicación de la pobreza y la creación de trabajos decentes, justos y de calidad.

En el caso de Chile, como lo documenta el reciente Informe Regional de Desarrollo Humano, el país enfrenta múltiples transiciones estructurales —climática, tecnológica y demográfica— que están reconfigurando los riesgos y vulnerabilidades de nuestra población. Si bien el país ha logrado avances significativos en la reducción de pobreza y expansión de la protección social, el sistema actual opera de forma fragmentada y especialmente reactiva, lo que resulta insuficiente para abordar los desafíos interconectados actuales.

La necesidad de transitar hacia un modelo social y ecológico justo implica desafíos para conciliar las dimensiones ambientales, sociales y económicas. Por ello, es fundamental promover los empleos verdes y azules, diversificación productiva, y nuevas tecnologías, como estrategias para facilitar esta transición, impulsando economías y sociedades adaptadas, sostenibles y resilientes.

Hoy Chile cuenta con su Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa, marcando un importante avance en su política pública país. En este contexto, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha brindado asistencia técnica al Ministerio del Medio Ambiente, donde se destaca un importante esfuerzo de coordinación intersectorial, de la mano de un grupo transversal de expertas y expertos y un amplio proceso de participación ciudadana.

En este contexto, como PNUD contamos con diversas iniciativas asociadas a promover una nueva visión de desarrollo y fortalecimiento de las democracias en contexto de crisis. Una de ellas es promoción del enfoque de Protección Social Adaptativa (PSA) que es un enfoque integral que conecta los riesgos sociales, económicos y ambientales orientados a disminuir la vulnerabilidad e incrementar la resiliencia, en donde hemos facilitado diálogos entre múltiples actores y hemos elaborado documentación para aportar al debate de políticas públicas en esta materia. Además, en noviembre de este año lanzamos un estudio sobre Empleos Verdes y Azules para impulsar la transición socioecológica justa en Chile, donde se evidencia que en la actualidad el 16% de las ocupaciones en Chile son verdes.

Por tanto, el foco está en avanzar de forma decidida hacia mejores estadios de desarrollo humano, verdaderamente sostenibles e inclusivos, impulsando transiciones verdes, inclusivas y digitales; sin dejar a nadie atrás.

Estos pasos hacia el futuro destacan coordinación intersectorial, que ha tenido frutos en nivel nacional, pero también es un desafío  internacional, donde espacios de intercambio de experiencias como el que hoy presenciamos representan una valiosa oportunidad, razón por la cual agradecemos a los especialistas que nos acompañan hoy.  

Del mismo modo, celebramos el acuerdo de cooperación que firmará la Central Unitaria de Trabajadores con el Ministerio del Medio Ambiente, marcando un nuevo hito de cooperación que aborda materias de transición justa.

Tenemos plena confianza que los avances en transición justa no solo en Chile y Latinoamérica, sino también a nivel global, son una contribución directa al bienestar de las personas y del medio ambiente.

Alcanzar un desarrollo verdaderamente sostenible e inclusivo nos llama a cambiar -de manera gradual, pero decidida- el modo de producir, consumir, distribuir y relacionarnos con los ecosistemas y territorios. Esta perspectiva de transición socioecológica justa nos permite avanzar hacia la conciliación entre desarrollo y medio ambiente, con la participación de las comunidades locales, con base científica y articulación pública.  

Los caminos hacia el desarrollo son múltiples, pero todos comienzan en torno al diálogo, la reflexión y la cooperación, que es lo que nos convoca hoy. 

"La necesidad de transitar hacia un modelo social y ecológico justo implica desafíos para conciliar las dimensiones ambientales, sociales y económicas. Por ello, es fundamental promover los empleos verdes y azules, diversificación productiva, y nuevas tecnologías, como estrategias para facilitar esta transición, impulsando economías y sociedades adaptadas, sostenibles y resilientes".
Georgiana Braga-Orillard