Muy buenos días a todos y a todas.

Quisiera partir saludando al Ministro (S) Maximiliano Proaño, al Jefe de la División de Cambio Climático, Andrés Pica, a las integrantes del equipo de la Unidad de Ozono del Ministerio del Medio Ambiente, a las autoridades presentes, colegas, amigos y amigas.

Es un honor estar aquí hoy, celebrando junto a ustedes los 35 años de la ratificación de Chile del Protocolo de Montreal.

Probablemente varios de ustedes saben que en 1984, el deterioro de la capa de ozono sobre la Antártica concitó la preocupación internacional y puso en evidencia la necesidad de adoptar medidas urgentes para frenar este deterioro y mitigar sus graves consecuencias para la humanidad.

Fue así como surgió el Protocolo, un acuerdo ambiental multilateral que regula la producción y el consumo de las sustancias químicas artificiales responsables del agotamiento de la capa de ozono estratosférico.

Al momento de su adopción en 1987, el Protocolo fue vanguardista. Por primera vez la comunidad internacional acordó un instrumento jurídicamente vinculante sobre el medio ambiente. Esto representó el inicio de una nueva era de responsabilidad en materia ambiental.

Hoy, el Protocolo de Montreal sigue siendo un ejemplo de cooperación internacional que concita una amplia valoración, pues ha sido clave en la recuperación de la capa de ozono. Y demuestra el impacto positivo del multilateralismo en la protección del medio ambiente.

Más aún, el Protocolo de Montreal ha desempeñado una doble función ya que algunas sustancias que agotan el ozono son también gases de efecto invernadero y, por lo tanto, su eliminación sirve no sólo para proteger la capa de ozono sino también para enfrentar los impactos del cambio climático.

El PNUD ha estado trabajando y apoyando durante décadas a Chile en la prestación de asesoría técnica en materia de políticas, programas de fortalecimiento de capacidades e iniciativas de transferencia de tecnología, para alcanzar los compromisos del Protocolo de Montreal de eliminar el uso de las Sustancias Destructoras del Ozono (SDO) en la producción industrial, en el mantenimiento de sistemas de refrigeración y de aire acondicionado, en la protección contra incendios y en la producción agrícola.

Los logros del país en este ámbito, materializados a través de la Unidad de Ozono del Ministerio del Medio Ambiente, reflejan un compromiso sólido con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, alineados con los ODS de las Naciones Unidas.

Hemos visto importantes avances en la regulación y eliminación de estas sustancias destructoras del ozono, así como también en la integración del enfoque de género y en el acceso inclusivo a nuevas oportunidades en sectores como la refrigeración y climatización.

Sin embargo, aún enfrentamos desafíos importantes. La implementación de la Enmienda de Kigali y la transición hacia tecnologías de bajo impacto ambiental nos exigen seguir colaborando, innovando y fortaleciendo nuestras políticas para asegurar un futuro más limpio y resiliente.

Por eso, esperamos que este aniversario, junto con ser una oportunidad para reconocer los significativos avances del país en el cumplimiento de metas y compromisos en el marco del Protocolo, estimule también la reflexión sobre aquellos aspectos que aún debemos continuar trabajando.

En nombre del PNUD, reafirmo nuestro compromiso de seguir apoyando a Chile en esta tarea y en todas aquellas acciones que nos permitan avanzar hacia un desarrollo verdaderamente sostenible.

Muchas gracias.