Maroly López, tiene 19 años y ha roto los esquemas tradicionales de la formación técnica en Panamá.

Esta joven procedente de la provincia de Chiriquí migró a la ciudad para seguir los pasos de su tía, de quien dice es una de las primeras mujeres operadora, en el país, de CTS, grúas porticas.

Maroly maneja los simuladores con destreza, alinea los contenedores y reacciona a las señales que le indican que ha sido precisa en cada movimiento. 

Ella forma parte del 40% de las mujeres que reciben capacitación en el Centro de Simulación Portuaria y Tecnología Industrial Alfa Santamaría, del Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (INADEH), ubicado en el Área Económica Especial de Panamá Pacífico.  

El centro ―que se caracteriza por sus simuladores― ofrece formación técnica profesional a unos 400 hombres y mujeres de diferentes edades en las áreas de logística, porturia y tecnología industrial.

Llegan de diferentes lugares Arraiján, San Miguelito, Capira y del interior del país atraídos por el deseo de aprender, la novedad de los cursos, la aplicación de la tecnología y por las promesas del mercado. Y con ello, la demanda del sector productivo dice Luis Castillo, jefe del Centro. 

El INADHE promueve la tecnología educativa de realidad virtual como un elemento fundamental en la formación técnica profesional y de inclusión. El Instituto es una de las instituciones  comprometidas con el sello de igualdad de género en instituciones públicas.

El PNUD acompaña al INADEH para que en sus procesos de enseñanza profesional incorporen la tecnología e inteligencia artificial contribuyendo al fortalecimiento de la institución en su función de brindar formación técnica profesional.

La realidad virtual hace posible que los estudiantes se enfrenten a situaciones reales similares a las ocurridas en un lugar de trabajo, al tiempo; que se entrenan, aprenden a tomar decisiones y a solucionar problemas. 

De lo que se trata, es de crear las competencias para que hombres y mujeres ―que, por diferentes razones, no tienen acceso a la educación formal― desarrollen las habilidades necesarias que les permita su inclusión económica y laboral en la sociedad. 

Según Castillo, la mayoría de las personas que ha ingresado al centro han sido empleadas por las empresas, con lo que queda demostrado que la formación técnica de calidad rinde réditos para quien la recibe.

Jonathan Canto, tiene 22 años, vive en San Miguelito y es uno de los estudiantes del curso de soldadura del área de metal mecánica del Centro de Panamá Pacífico.

Ángulos de electrodos, velocidad de avance, longitud del arco eléctrico de la soldadura son aspectos que Jonathan aprende. Para él la formación que recibe en el INADEH es una oportunidad para aprovechar el tiempo aprendiendo y para motivar a la juventud en condiciones de vulnerabilidad. El 80% de los que se forman en el centro de Panamá Pacífico son jóvenes.

Para los soldadores experimentados, los simuladores también les ayudan a desarrollar más habilidades en ese arte. 

La introducción de simuladores con diferentes procesos de soldadura ha sido de gran beneficio para la formación profesional, con ellos, los estudiantes desarrollan destrezas que en talleres tradicionales se les dificultaría.

La soldadura es un área alta demanda. Las industrias, en especial la naval, requieren soldadores especializados, dice el instructor Luis Ortega.

Los simuladores no solo se utilizan en esta área sino también en la mecánica, marítima y equipo pesado.

“Debemos usar los avances tecnológicos a favor de la formación técnica profesional, los simuladores son herramientas que definitivamente nos ayudan a que los participantes salgan bien capacitados para enfrentar el mercado laboral”, agrega Ortega.

“Estos simulares son los mejores y esperamos que en un futuro más cercano tengamos mucha más tecnología”, dice Maroly.