Ni guerra, ni paz, y un clima cambiante: Cuatro cosas que hay que saber sobre clima, paz y seguridad en América Latina y el Caribe

A medida que los incendios forestales, las sequías y otros fenómenos extremos ponen de manifiesto la gravedad de la crisis climática, aumenta la preocupación por sus implicaciones para la paz y la seguridad.

21 de Septiembre de 2023

Hacer frente al cambio climático puede ser una vía para abordar los factores de conflicto, y construir la paz un camino hacia una mayor resiliencia climática.

Foto: PNUD Colombia

A medida que los incendios forestales, las sequías y otros fenómenos extremos ponen de manifiesto la gravedad de la crisis climática, aumenta la preocupación por sus implicaciones para la paz y la seguridad.  Aunque el cambio climático no causa conflictos en sí mismo, puede exacerbar las vulnerabilidades sociales, económicas y políticas existentes que hacen más probables los conflictos y la violencia. Del mismo modo, los conflictos pueden socavar la acción por el clima, aumentando las amenazas climáticas, reduciendo el acceso a la financiación y aumentando las posibilidades de que fracasen los proyectos climáticos. Por otro lado, hacer frente al cambio climático puede ser una vía para abordar los factores de conflicto, y construir la paz otro camino hacia una mayor resiliencia climática.

Mientras la atención se centra en las zonas más afectadas por conflictos abiertos, América Latina y el Caribe (ALC) ha sido en gran medida ignorada en este debate, a pesar de lidiar con profundas fuentes de tensión como la violencia, la desigualdad y los desafíos al Estado de derecho. El PNUD ha publicado recientemente una nota orientativa en la que expone lo que el clima, la paz y la seguridad podrían significar en la región, basándose en análisis y prácticas emergentes. Cuatro puntos a destacar: 

  1. El cambio climático puede exacerbar las tensiones existentes en ALC. Según el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, los agravios por la desigualdad -la segunda más alta del mundo- contribuyeron en gran medida al malestar social y las protestas que han marcado recientemente a la región. Sabemos que el cambio climático aumenta la desigualdad de forma desproporcionada a los grupos marginados. Sabemos que reducirá la disponibilidad de recursos como el agua, la tierra fértil y la biodiversidad, que con frecuencia sustentan los conflictos socioambientales que persisten en toda la región. Y, con la tasa de homicidios más alta del mundo, elevados niveles de delincuencia organizada y tensiones sociales, el cambio climático se desarrollará en un contexto de "ni guerra, ni paz". El cambio climático puede obligar a 17 millones de personas a desplazarse internamente a mediados de siglo y, aunque la migración no es garantía de conflicto y puede ser una estrategia de adaptación sensata, hay que apoyarla y gestionarla, sobre todo cuando las propias zonas receptoras están afectadas por riesgos medioambientales, de conflicto y de seguridad. Aplicar una óptica de clima, paz y seguridad puede ayudar a los países a prever cómo podrían combinarse estos riesgos y evitar que se produzcan crisis.

  2. La acción climática puede causar conflictos en ALC, pero también puede aprovecharse para la paz. Gracias a su dotación de minerales vitales para la transición energética y a sus ecosistemas estratégicos, ALC es fundamental para la mitigación del cambio climático mundial. Sin embargo, las políticas climáticas y los cambios que exigen ya están generando tensiones, ya sea a través de protestas por la extracción de litio o de conflictos en torno a REDD+ en territorios indígenas. Por ejemplo, la extracción de litio puede representar una amenaza para los ecosistemas sensibles de los que dependen las comunidades locales cuando faltan marcos reguladores que respalden las operaciones. Las diferentes compromisos entre las necesidades de la transición energética, la necesidad de proteger la naturaleza y adaptarse al cambio climático y la necesidad de crecimiento económico deben tenerse en cuenta en la política climática y de desarrollo, especialmente teniendo en cuenta la promesa para la naturaleza (Nature Pledge) del PNUD y su compromiso de apoyar los objetivos de la COP15.

    Al mismo tiempo, están surgiendo algunos ejemplos de cómo la acción climática puede ayudar a reducir tensiones de larga data. La integración del cambio climático en el proceso de paz de Colombia - uno de los cinco acuerdos de paz que lo han hecho - es un modelo de cómo hacerlo a gran escala. El clima, la paz y la seguridad consisten en garantizar que todas las intervenciones relacionadas con el clima sean sensibles al conflicto y se guíen por la comprensión de cómo pueden interactuar tanto positiva como negativamente en la dinámica del conflicto, 

  3. La naturaleza es fundamental para el clima, la paz y la seguridad en ALC. La región alberga más del 40% de la biodiversidad de la Tierra y más de una cuarta parte de sus bosques. La riqueza biodiversa de ALC es fundamental tanto para los objetivos de mitigación del cambio climático como para los ODS relativos a la naturaleza. Pero también está amenazada por la actividad ilegal, que a su vez genera conflictos. La Amazonia está amenazada por la deforestación -en su mayor parte ilegal- y otras economías delictivas como el narcotráfico, la ocupación ilegal de tierras, la tala ilegal, la minería ilegal y el tráfico de especies silvestres. Los pueblos indígenas y otras minorías se ven afectados de forma desproporcionada, ya que sufren desplazamientos forzosos, envenenamiento por mercurio y otras consecuencias para la salud. Mientras tanto, los indígenas y otros defensores del medio ambiente son blanco de la violencia y silencian las voces críticas con la biodiversidad y la acción por el clima. Clima, paz y seguridad significa aportar un enfoque de desarrollo a estas amenazas a la naturaleza de ALC y a las personas cuyas culturas y medios de vida dependen de ella. 

  4. Clima, paz y seguridad significa adoptar un enfoque integrado. El PNUD sugiere 14 vías a través de las cuales un medio ambiente degradado y las dinámicas de conflicto y seguridad interactúan en ALC y sugiere 5 prioridades inmediatas: políticas integradas; adaptación positiva para la paz; movilidad humana; delitos ambientales; y política climática sensible al conflicto. 

A medida que el PNUD se pone a trabajar en ello, hay una realidad que salta a la vista: nosotros, y nuestros socios, ya contamos con muchas de las herramientas, políticas y conocimientos necesarios para aplicar un enfoque de clima, paz y seguridad, pero a menudo estos pueden permanecer encerrados en silos disciplinarios o institucionales tradicionales. 

Mientras celebramos el Día Internacional de la Paz, nos enfrentamos a la realidad de la crisis climática y nos acercamos a la mitad del camino hacia el cumplimiento de la Agenda 2030, la necesidad de enfoques integrados parece cada vez más pertinente.