Nuevo Informe de Desarrollo Humano Global 2021-22 del PNUD: Tiempos inciertos, vidas inestables

Así como señala el recientemente lanzado Informe nacional, las múltiples crisis han afectado el nivel de desarrollo de los países. En algunos, esto ha sido más agudo e impacta negativamente en mayores desigualdades.

8 de Septiembre de 2022
Niña

 

Tegucigalpa, 8 de septiembre de 2022 - El último Informe de Desarrollo Humano Global, “Tiempos inciertos, vidas inestables: configurar nuestro futuro en un mundo en transformación”, presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), advierte de la existencia de múltiples capas de incertidumbre interconectadas entre sí que están provocando una desestabilización sin precedentes en nuestras vidas. Los últimos dos años han resultado devastadores para miles de millones de personas en todo el mundo.

Por primera vez en los 32 años que el PNUD lleva elaborándolo, el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que mide la situación de la salud, la educación y las condiciones de vida de los países, ha empeorado a nivel mundial durante dos años consecutivos.

El retroceso es prácticamente universal, ya que más del 90 por ciento de países registran un deterioro de los niveles de su IDH en 2020 o en 2021, y más del 40 por ciento en ambos años, una demostración de que la crisis sigue empeorando para muchos.

Algunos países están empezando a recuperar el terreno perdido, pero la recuperación es parcial y desigual, lo que amplía aún más las brechas en el desarrollo humano a nivel global.

El Informe examina por qué que no se están produciendo los cambios necesarios y ofrece muchas razones, como la mutua interconexión entre inseguridad y polarización y su impacto en la erosión de la solidaridad y la acción colectiva necesarias para combatir las crisis a todos los niveles. Nuevos cálculos muestran, por ejemplo, que las personas con una mayor sensación de inseguridad son más propensas a caer en el extremismo político.

“Ya antes de la COVID-19 se veía la doble paradoja que supone un progreso acompañado por una mayor inseguridad y una creciente polarización. Hoy en día, una tercera parte de la población mundial se siente estresada y menos de un tercio confía en los demás, lo que supone un importante obstáculo a la hora de adoptar políticas constructivas para las personas y el planeta”, observa Achim Steiner. “Este nuevo y profundo análisis nos insta a romper el inmovilismo y a trazar un nuevo rumbo que nos saque de la incertidumbre global en que estamos inmersos. Contamos con una estrecha ventana de oportunidad para reiniciar nuestros sistemas y construir un futuro con acciones decisivas ante el cambio climático y la creación de nuevas oportunidades para todas las personas”.

“Navegar esta incertidumbre exige redoblar nuestra apuesta por el desarrollo humano y mirar más allá de mejorar la riqueza o la salud de las personas”, explica Pedro Conceição, autor principal del Informe. “Estos objetivos siguen siendo importantes. Pero es preciso también proteger el planeta y proporcionar a las personas herramientas que les permitan sentirse más seguras, recuperar la sensación de control sobre sus vidas, y tener esperanza en el futuro”.

 

El caso de Honduras y el recientemente lanzado Informe de Desarrollo Humano de Honduras

En julio pasado, luego de 11 años, se lanzó el Informe de Desarrollo Humano de Honduras 2022 centrado en el tema de Estado de derecho. La premisa central es que, sin un Estado de derecho fortalecido, desde sus pilares de una sólida democracia, seguridad y justicia, no se puede transitar por las vías de desarrollo.

Ambos Informes, el nacional como el global, resuenan la necesaria reversión de esta tendencia de contexto de multicrisis y la necesidad de trabajar por superar la polarización, recuperar la confianza - con liderazgos transformadores - y abrir la participación. Para ello, coinciden en la importancia de propuestas transformadoras que se basen en la innovación y se centren en liberar el potencial de las personas para ser agentes de cambios.

El Informe global también resalta el mismo espíritu que movilizó las consultas, intercambios y discusiones en torno a las propuestas estratégicas del Informe nacional: el desarrollar políticas dirigidas a fomentar las inversiones - desde las energías renovables hasta la preparación frente a las pandemias - y el aseguramiento - como la protección social - para preparar a las sociedades ante las contingencias de un mundo incierto. Al mismo tiempo, la innovación en sus múltiples variantes - tecnológica, económica, cultural - puede también desarrollar capacidades para responder a los desafíos que vayan surgiendo en el futuro. Solo así, las personas gozarán de un entorno más favorable para seguir prosperando, incluso en medio de multicrisis y de incertidumbre.

Por otro lado, en relación con el IDH 2021, el país continúa teniendo el índice más bajo de la subregión de Centroamérica y el segundo más bajo de la región de América Latina y el Caribe (solo por encima de Haití). De la misma forma, como señalábamos también en el Informe nacional, la crisis sanitaria ha puesto un alto al progreso en el desarrollo humano del país, que no se ha revertido. Honduras permanece dentro de la franja de naciones con desarrollo humano medio y se ubica en la posición 137 de un total de 191 países. Si bien a nivel de puestos, Honduras ha fluctuado en puestos cercanos, los niveles de desarrollo humano continúan siendo inferiores a los presentados en el 2019 (IDH 2019: 0.632; IDH 2021: 0.621). [1]

En los últimos años, Honduras se ha ubicado: en el 2019, en el puesto 136 de un total de 191 países y en el 2020, en el puesto 138.

 

Para más información sobre el Informe de Desarrollo Humano Global 2021-22 y el análisis del PNUD sobre cómo navegar el nuevo complejo de incertidumbre, pueden visitar la siguiente página: https://hdr.undp.org/human-development-report-2021-22.

 

[1] Los índices compuestos de desarrollo humano presentados en el Informe global 2021/22 se basan en información que la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (OIDH) tenía a su disposición al 30 de abril de 2022; mientras que, para el Informe nacional, se usó data, que en el momento de su producción y análisis a la largo del 2021, estaba disponible.