Unámonos para poner fin a la violencia digital contra las mujeres y las niñas

16 días de activismo contra la violencia de género

25 de Noviembre de 2025

Una gobernanza digital basada en los derechos es necesaria para proteger a las mujeres y las niñas, tanto en espacios virtuales como presenciales.

Foto: PNUD India

Las tecnologías digitales y la inteligencia artificial (IA) encierran un inmenso potencial para el desarrollo humano y el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también están generando nuevos riesgos que perjudican de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas. 

Desde las ultrafalsificaciones hasta el acoso coordinado en línea, la violencia digital está agravando los patrones de violencia existentes y creando nuevas formas de abuso, a la vez que está acompañada de un aumento de los conflictos y la fragilidad, la emergencia climática, la reducción del espacio cívico y el menoscabo de la igualdad de género y el Estado de derecho. 

Se necesita una acción urgente y coordinada para proteger los derechos, reforzar la rendición de cuentas y salvaguardar los valores democráticos.

Los 16 días de activismo contra la violencia de género son un momento clave para reafirmar que la violencia de género, tanto en espacios virtuales como presenciales, es un reto fundamental que debe ocupar un lugar central en la gobernanza, el Estado de derecho, la seguridad digital y la igualdad de género.   


La transformación digital

La campaña de este año se celebra en un momento crucial en el que la transformación digital está reconfigurando las economías, las sociedades, la gobernanza y los sistemas de desarrollo. 

Se ajusta a los compromisos globales renovados generados por el Programa de Acción Beijing+30, el Pacto Digital Mundial y la Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia, que nos encaminan a la preparación del 70º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (enlace disponible en inglés) en 2026, centrado en la justicia para todas las mujeres y las niñas. 

La digitalización encierra promesas y peligros. Puede transformar vidas y economías, pero también oculta trampas más profundas para las mujeres y las niñas y refuerza los profundos desequilibrios de poder. 

Desde el PNUD destacamos la necesidad urgente de una gobernanza digital basada en los derechos, respuestas institucionales más sólidas y una mayor inversión para proteger a las mujeres y las niñas en todos los ámbitos.

A woman at a computer work station wearing a blue patterned scarf over her head, focused on the monitor.

La digitalización tiene el potencial de cambiar la vida de las mujeres aunque, sin medidas de protección, puede exacerbar patrones de violencia existentes y crear nuevas formas de abuso.

Foto: PNUD

Un problema mundial

Los riesgos son elevados en todo el mundo. En los Estados Árabes (enlace disponible en ingles), el 60 % de las mujeres usuarias de Internet han sido objeto de violencia en línea. En Europa Oriental y Asia Central (enlace disponible en inglés), más del 50 % de las mujeres han sido víctimas de abusos facilitados por la tecnología. En África Subsahariana (enlace disponible en inglés), el 28 % de las mujeres denunciaron haber experimentado violencia en línea. 

La violencia en línea también es habitual en países de ingreso alto. En Dinamarca, España, los Estados Unidos, Italia, Nueva Zelandia, Polonia, el Reino Unido y Suecia el 23 % de las mujeres de entre 18 y 55 años denunciaron abuso o acoso en línea.

No se trata de un problema marginal o minoritario: afecta a todos los aspectos de nuestras vidas, atentando contra los derechos humanos y las economías, silenciando a las mujeres en la vida pública y socavando la democracia. 

Las mujeres políticas, periodistas y defensoras de los derechos humanos se enfrentan a niveles sin precedentes de abuso digital: el 44 % (enlace disponible en inglés) de las parlamentarias reciben amenazas de muerte o de violencia sexual y el 73 % de las periodistas denuncian violencia en línea.

Los riesgos son aún mayores para las mujeres de color, LGBTIQ+ y con discapacidad.  

Sin embargo, poner fin a la violencia digital contra las mujeres es una necesidad económica imperiosa.  

El abuso en línea aleja a las mujeres de los espacios digitales, lo que limita sus competencias, su acceso a los mercados y a puestos de trabajo de mayor valor. El costo es inmenso: en Malawi, el 76 % de las mujeres empresarias de bajos ingresos denuncian pérdidas de ingresos relacionadas con la violencia digital y en Australia el acoso en línea tiene un costo de 3.700 millones de dólares (enlace disponible en inglés) de los Estados Unidos (USD). 


El peligro engendra peligro 

Las mujeres que habitan en lugares peligrosos o frágiles corren un riesgo aún mayor. El 70 % de las mujeres que viven en contextos humanitarios ha sido objeto de violencia, el doble de la tasa mundial.

En Uganda, el 75 % de las refugiadas urbanas denuncian abusos en línea. En Siria, el desplazamiento amplifica el daño digital. Las organizaciones de mujeres, en la primera línea de la prevención de conflictos y de la respuesta a las supervivientes de la violencia de género, hacen frente a una escasez de inversiones crónica (enlace disponible en inglés). 

Garantizar la seguridad de las mujeres es también el primer paso del desarrollo económico y, además, puede traer aparejados enormes beneficios. Cerrar la brecha salarial de género podría añadir USD 172 billones a la riqueza mundial.  

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Menos de 1 de cada 10 mujeres busca ayuda legal después de sufrir violencia

28

En el PNUD trabajamos con 28 países para integrar la igualdad de género en las políticas fiscales

117

117 países han adoptado medidas para abordar la violencia digital


Se necesitan inversiones urgentes

Es necesario comprender la violencia digital y en línea para ponerle fin. Desde el PNUD instamos a la realización de inversiones urgentes en investigación y datos en tiempo real para determinar cómo se manifiesta el abuso y a quién va dirigido.   

Los gobiernos deben integrar las medidas contra la violencia de género, tanto en espacios virtuales como presenciales, en la planificación económica y las estrategias de transformación digital, con el respaldo de datos y análisis de género. 

A través de iniciativas como Equanomics, desde el PNUD trabajamos con 28 países para integrar la igualdad de género en las políticas fiscales, impulsando el crecimiento inclusivo y la prosperidad compartida. Con herramientas como eMonitor+ (enlace disponible en inglés) se vigila el discurso de odio y la integridad de la información para mejorar la formulación de políticas de base empírica y las reformas. 

Dadas sus profundas consecuencias psicológicas, económicas, civiles y políticas, la violencia digital también debe reconocerse en la legislación como una violación de los derechos humanos. 

Si bien 117 países (enlace disponible en inglés) han abordado la violencia digital, la tecnología avanza más rápidamente que las leyes y la capacidad institucional. Esta brecha deja a las mujeres y a los grupos marginados gravemente desprotegidos. 

Por medio de la Iniciativa Spotlight (enlace disponible en inglés), en el PNUD nos aliamos con otros organismos de las Naciones Unidas en enfoques pangubernamentales que han facilitado la aprobación de más de 540 leyes relacionadas con la violencia de género.   

La aplicación de la ley, la coordinación multisectorial y los servicios de calidad son las piezas faltantes. La aplicación deficiente de la ley, la estigmatización y la fragmentación institucional permiten a los perpetradores actuar con impunidad. Menos de 1 de cada 10 mujeres (enlace disponible en inglés) busca ayuda jurídica tras ser objeto de violencia. Desde el PNUD promovemos la justicia centrada en las personas en más de 20 países, apoyando a las fuerzas del orden y a la sociedad civil.   

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Las reformas deben incluir una firme aplicación de la ley y la coordinación institucional, recursos financieros selectivos y vías claras hacia la justicia. Por ello, apoyamos a los países en la promoción de estas prioridades mediante revisiones jurídicas (enlace disponible en inglés) integrales, estrategias nacionales y la formulación de políticas. 

Young women seated around a long table using laptops

Costa Rica es uno de los más de 100 países que han adoptado medidas para abordar la violencia facilitada por la teconolgía contra las mujeres y las niñas.

Foto: PNUD Costa Rica


Espacios digitales seguros para todas las personas

Las pruebas son claras: la nueva violencia a la que se enfrentan las mujeres en línea es un reflejo de la que ya experimentan en otras partes.

A lo largo de su vida, casi 1 de cada 3 (enlace disponible en inglés) mujeres será objeto de agresión física o sexual. Esta tasa alarmantemente alta se ha mantenido estable en el último decenio. Unos 640 millones (enlace disponible en inglés) de mujeres han sido objeto de violencia por parte de su pareja. Cada 10 minutos, una mujer o niña es asesinada por alguien que conoce.  

Estas cifras aterradoras deberían servir como un llamado a la acción.   

Incorporar la igualdad de género y los derechos humanos en todo el ciclo de vida de los sistemas digitales es esencial para garantizar que la tecnología promueva la inclusión en lugar de posibilitar la violencia. Desde el PNUD apoyamos a los gobiernos (enlace disponible en inglés) y nuestros socios en la adopción de una gobernanza digital basada en los derechos para formular normas sólidas de transparencia, rendición de cuentas algorítmica y moderación eficaz para prevenir la violencia de género y hacer que los espacios digitales sean seguros para todas las personas.