De la cacofonía a la armonía

El mundo cuenta con un nuevo marco para restaurar la naturaleza: es hora de ponerlo en práctica

“Sin naturaleza, no tenemos nada; sin naturaleza, no somos nada”.
— António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas

Cuando António Guterres, el Secretario General de las Naciones Unidas, se dirigió a los participantes en la histórica conferencia de la ONU sobre la biodiversidad (COP15) celebrada en la ciudad canadiense de Montreal en diciembre de 2022, subrayó la necesidad urgente de poner en marcha medidas prácticas para proteger la naturaleza y la diversidad biológica.

En sus propias palabras, durante cientos de años la humanidad “lleva interpretando una cacofonía del caos interpretada con los instrumentos de la destrucción”.

Ha llegado la hora de dar un vuelco a esta destrucción.

Ahora bien, cuando hay que ocuparse de tantas otras cosas, ¿por qué dar prioridad a la naturaleza y a la pérdida de la biodiversidad? Cuando cuesta cada vez más cubrir las necesidades básicas, la amenaza de una recesión es cada vez mayor, y la energía se encuentra en precios históricamente altos, ¿por qué habríamos de prestar atención al medio ambiente? 

Niños del pueblo Bajo ("nómadas del océano") en las islas Wakatobi (Indonesia) jugando en la playa. Al menos el 50 % del oxígeno de nuestro planeta está generado por el plancton y otros minúsculos organismos marinos.

Foto: Shutterstock / Bastian AS

¿Por qué debemos cuidar la naturaleza y la biodiversidad?

Sabemos que el mundo se enfrenta a una emergencia planetaria por el deterioro de la naturaleza y el cambio climático. Dicha emergencia se agrava aún más por el impacto de las desigualdades, los conflictos, la inseguridad y las crisis sanitarias.

La realidad es que todas estas crisis están interrelacionadas entre sí y repercuten negativamente en los derechos y la calidad de vida de miles de millones de personas -especialmente las más vulnerables-, tanto en el momento presente como en el futuro.

Y la naturaleza es una parte importante de la solución. La interconexión de todas estas crisis exige también soluciones enlazadas entre sí, y las soluciones a todas ellas dependen fundamentalmente de un medio ambiente sano. Las amenazas a la naturaleza constituyen un peligro existencial para la supervivencia de la humanidad.

Pero la naturaleza es el activo más poderoso que tiene la humanidad. Si invertimos en ella, podremos combatir todas estas crisis.

La biodiversidad es el término colectivo utilizado para designar la variedad de vidas -”diversidad biológica”- en la Tierra en todas sus formas. Biodiversidad es la abundancia y las variaciones naturales de las que dependen los alimentos que comemos, o el agua, y el clima, e incluso el aire que respiramos. Por ejemplo, al menos el 50 % del oxígeno de nuestro planeta está generado por el plancton y otros minúsculos organismos marinos prácticamente invisibles al ojo humano.

¿Qué hay en juego?

Invertir en la naturaleza y la biodiversidad es algo que va más allá de hablar sencillamente de conservación. La naturaleza y la diversidad biológica son la base de nuestras vidas, nuestras sociedades y nuestras economías. La pérdida de los beneficios proporcionados por unos ecosistemas sanos podría provocar una reducción del producto interior bruto mundial del orden de 2,7 billones de dólares de los Estados Unidos (USD) anuales en 2030. Perderíamos 338 USD por cada persona del planeta, cada año.

Más de dos terceras partes de la población de los trópicos -cerca de 2.700 millones de personas- depende directamente de la naturaleza y la biodiversidad para cubrir, al menos, una de sus necesidades básicas. Aproximadamente 1.600 millones de personas, incluyendo 70 millones de personas indígenas, viven de los bosques; y el 80 % de las poblaciones rurales de los países en desarrollo depende de medicinas naturales para cubrir sus necesidades sanitarias básicas. 

Pescadores del pueblo Mentawai del oeste de Sumatra. Desde los alimentos que comemos hasta el aire que respiramos, la naturaleza y la biodiversidad satisfacen las necesidades básicas de la vida humana.

Foto: Shutterstock / CW Pix

Asimismo, el dinamismo y la diversidad biológica de los ecosistemas es fundamental para los alimentos que comemos. La diversidad es un elemento esencial de nuestros sistemas alimentarios. Más del 80 % de la dieta humana proviene del mundo vegetal. Sin embargo, solo tres cereales -arroz, maíz y trigo- proporcionan el 60 % de la ingesta energética mundial.

La dependencia de tan solo tres cereales supone una amenaza para nuestra seguridad alimentaria y para la diversidad biológica, y conduce a la pérdida de variedades genéticas de cereales que podrían reforzar un sistema alimentario y un ecosistema más resilientes en el futuro. La pérdida de la biodiversidad también pone en serio peligro a los polinizadores de los alimentos a nivel mundial.

¿Cuál es la amenaza actual?

A pesar de los acuerdos globales, la pérdida de biodiversidad y naturaleza se está acelerando en todas las regiones del planeta. Estamos experimentando un declive peligroso causado por el ser humano.

Desde el desarrollo demográfico, pasando por el consumo excesivo y la tala de árboles para abrir terreno a la agricultura, las amenazas al medio ambiente son constantes y peligrosas. Durante los últimos 50 años  el deterioro de la naturaleza ha sido mayor que en cualquier otro periodo de la historia humana, al tiempo que se agudizan los patrones del calentamiento global.

Estamos desestabilizando el planeta.

Las especies están desapareciendo a un ritmo 1.000 veces mayor que la tasa de extinción natural. Estamos ante la sexta gran extinción, con hasta 1 millón de especies amenazadas. Para mantener el nivel de vida actual de la humanidad, necesitaríamos 1,6 Tierras. Los seres humanos hemos alterado el 75 % de la superficie no helada del planeta: se han perdido humedales, destruido entornos marinos, y vulnerado el océano y los bosques.

Los servicios de la naturaleza son gratis para todas las personas, pero financiera y económicamente son invisibles. La extracción insostenible de los recursos, la deforestación y la destrucción de los hábitats provocadas por la agricultura, la proliferación de especies invasoras y la contaminación amenazan el tejido social. Sin embargo, continúan con impunidad económica.

A menos que los líderes mundiales, los gobiernos, las empresas y las personas den pasos decididos para reducir la enorme presión que estamos ejerciendo sobre la naturaleza, los esfuerzos contra el cambio climático y por lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible fracasarán. De hecho, invertir en la naturaleza no supone apartarse de otras formas de desarrollo; invertir en la naturaleza es esencial para el desarrollo y un futuro sostenibles. 

El tiburón ballena se alimenta en un océano contaminado. Casi todas las especies marinas se ven afectadas por la contaminación por plásticos.

Fptp: Shutterstock / Rich Carey

¿Qué acciones podemos tomar para recuperar la biodiversidad?

La protección de la diversidad biológica y la expansión de las áreas naturales es una de las formas más económicas y eficaces de combatir el cambio climático y la desertificación. La humanidad necesita garantizar la conservación mediante prácticas efectivas de, al menos, el 30 % de la superficie terrestre y marítima global, especialmente las zonas más importantes para la biodiversidad y por lo que esta aporta a las personas.

Y ahora estamos uniendo esfuerzos para revertir la pérdida de la naturaleza y de la biodiversidad.

En 2022 se adoptó un acuerdo internacional histórico -el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica- dirigido a transformar la relación de la sociedad con la biodiversidad.

Así como el Acuerdo de París tienen como objetivo abordar los impactos adversos del cambio climático, el Marco Mundial de la Diversidad Biológica se enfoca en las causas subyacentes de las amenazas a la naturaleza y los servicios que esta proporciona a las personas.

De aquí a 2030, los cuatro objetivos y las 23 metas del Marco Mundial de la Diversidad Biológica: protegerán el 30 por ciento de las tierras, los océanos, las zonas costeras, y las aguas interiores; recortarán los subsidios públicos perjudiciales a razón de $ 500.000 millones al año; reducirán el desperdicio de alimentos a la mitad; aumentarán los flujos financieros de los países desarrollo a los países en desarrollo, especialmente a los países menos adelantados, los pequeños estados insulares en desarrollo, y los países con economías en transición, en al menos, 30.000 millones de USD al año para restaurar los ecosistemas naturales. 

El Marco Mundial de la Diversidad Biológica advierte: “Si no se adoptan medidas, habrá́ una mayor aceleración del ritmo de extinción de especies en todo el mundo, que es ya decenas, cuando no cientos de veces superior a la media de los últimos diez millones de años”.

La pérdida de especies conduce al deterioro o la pérdida de los servicios de los ecosistemas, como la regulación del clima, la provisión de aire, alimentos y agua, la provisión y regulación del agua para los sectores económicos, como la agricultura, la minería, el textil, la energía y la construcción, los recursos genéticos para medicamentos y los cultivos resistentes a los pesticidas, la provisión de los activos turísticos, la captura de carbono y muchos más. 

Un grupo de animales en un abrevadero en el Parque Nacional Etosha (Namibia). Los animales se reúnen en un pozo de agua en el Parque Nacional de Etosha, en Namibia. Proteger la biodiversidad y expandir las áreas naturales es una de las formas más efectivas de hacer frente al cambio climático y la desertificación.

Foto: Shutterstock / Toni Aules

¿Cuál es el siguiente paso?

El PNUD ofrece apoyo a los países para que el Marco Mundial de la Diversidad Biológica se vea plasmado en la realidad mediante el impulso de tres transformaciones sistémicas que incluyen: un cambio de valores para reescribir las narrativas y promover un cambio en los comportamientos; una transformación en los apartados económico y financiero que incluya a la naturaleza en sus esquemas; y un cambio en las políticas y en la práctica para aprovechar de manera positiva el poder de la naturaleza. 
 
Juntos, estos cambios transformarán la percepción de que al invertir en la naturaleza se limita el crecimiento económico y en su lugar mostrarán que la naturaleza es absolutamente esencial para que la humanidad crezca, se desarrolle y prospere. 
 
El objetivo es que la naturaleza constituya la piedra angular de una concepción de desarrollo sostenible mundialmente compartida. Un paradigma en el que se protege y restaura a la naturaleza como red se seguridad planetaria para la humanidad, y en el que se protegen nuestros alimentos, nuestra agua, nuestros empleos y medios de vida, nuestro clima, nuestra salud, nuestra seguridad, y nuestras economías. Y en el que la naturaleza permite a las personas salir de la pobreza y la desigualdad para vivir en un futuro más justo y sostenible.

El bosque nuboso de Singapur permite a los residentes y visitantes descubrir la biodiversidad de la ciudad.

Foto: Shutterstock / Tooykrub

¿Qué puedo hacer?

Haz oír tu voz.

Únete a nosotros para dar a conocer ante gobiernos, sociedad civil, empresas privadas y comunidades el papel que juega la naturaleza dentro de nuestras economías a fin de avanzar hacia un futuro más sostenible y equitativo.

Más de 140 países recibirán ahora apoyo en el marco del Compromiso del PNUD por la naturaleza, con el que se busca movilizar en acciones concretas la presencia de la entidad sobre el terreno. Aquí se incluye el desarrollo de una cartera global de 353 proyectos, con 3.370 millones de USD en ayudas y 13.360 millones de USD en financiación compartida en 143 países.

Después de décadas de una interacción discordante con nuestro entorno, el Marco Mundial de la Diversidad Biológica ofrece una hoja de ruta hacia un futuro en el que vivamos en armonía con la naturaleza. El PNUD mantiene su compromiso de ayudar a los países a convertir esta ambición en algo tangible, por las personas y por el planeta.