Boletín trimestral

Panorama de desarrollo humano sostenible de la República Dominicana

1ra edición: septiembre 2023

Panorama

Este boletín del PNUD en República Dominicana tiene como objetivo ofrecer una perspectiva analítica sobre el panorama socioeconómico del país, identificando avances y oportunidades en materia de desarrollo humano sostenible, desde un enfoque de inclusión, igualdad de género y equidad. 

Esta primera edición analiza indicadores y variables con incidencia en la situación socioeconómica ambiental, de empoderamiento y participación ciudadana del periodo, y que se relacionan de forma directa o indirecta con logros en la calidad de vida y el desarrollo humano sostenible de las personas. 

El enfoque de desarrollo humano pone las personas al centro de las políticas públicas, planteando que el progreso de los países no debe medirse solamente por la evolución de la producción material o los ingresos. Para ello, amplifica la mirada integrando una medida de cómo evolucionan las oportunidades en salud, a través de la esperanza de vida; y en la educación; a través de logros educativos alcanzados y esperados, como medida multidimensional del bienestar. 

Asimismo, el ejercicio pleno de derechos en igualdad de condiciones para todas las personas en especial las vulnerables, no discriminación, reducción de las desigualdades de género, autonomía de elección, la participación política y la protección del planeta, constituyen catalizadores del desarrollo humano sostenible. 

Bajo la mirada de desarrollo humano, República Dominicana ha avanzado en expandir el acceso a servicios sociales con una tendencia al cierre de las brechas de acceso a la educación, aseguramiento en salud, y a la generación de ingresos para cubrir el consumo dado el proceso de recuperación de los empleos en 2022. 

Aunque persisten desafíos para poblaciones específicas que todavía no logran insertarse de forma efectiva al mercado laboral, y se mantienen importantes brechas de género, el país ha recuperado la cantidad de empleos existentes antes de Pandemia y la tasa de ocupación creció en 7.0% a finales del 2022, aunque con diferencias en los sectores económicos donde el turismo obtuvo una mayor ventaja. 

Por otro lado, en términos económicos se observa una desaceleración en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) influenciado por factores que permanecen en el escenario macroeconómico, como los efectos de la crisis de Rusia-Ucrania, presiones inflacionarias persistentes, el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, y la desaceleración del dinamismo de la economía de los Estados Unidos, principal socio comercial del país. 

Este contexto plantea retos importantes para mantener las cifras del año 2022. Por ejemplo, para enero-marzo 2023, el PIB registró una tasa de 1.4%, inferior al período enero-marzo 2022 (de 6.1%). A pesar de esto, la proyección macroeconómica del crecimiento del PIB para la RD plantea una tasa de 4.6% a finales del año 2023 (CEPAL, 2023). Esta proyección es superior al promedio de la región de ALC (1.2%). 

En general, el crecimiento económico ha sido sustentado, en mayor medida por el incremento de la actividad turística con un 14.2%, salud (9.7%), servicios financieros (6.6%), administración pública (5.3%), comunicaciones (5.2%), actividades inmobiliarias y de alquiler (4.9%), entre otras. 

A continuación, se resaltan algunos indicadores clave que reflejan aspectos cruciales del desarrollo socioeconómico de la República Dominicana, incluyendo el impacto del turismo en la economía, la estabilidad de precios, el acceso al empleo, la seguridad social y la gestión de las finanzas públicas, esenciales para lograr un desarrollo sostenible, equitativo y resiliente en el país.

    El desarrollo del turismo ha registrado un crecimiento de 14.2% y ha generado de forma directa el 8.1% del empleo, liderando el dinamismo socioeconómico. Sin duda, este sector es un pilar de la economía dominicana.

    Para garantizar que sus beneficios alcancen a toda la población y sean sostenibles, se requiere reforzar las estrategias de diversificación de la oferta integrando nuevos nichos como el turismo ecológico, cultural e histórico, los nómadas corporativos digitales, turismo de bienestar, articular más efectivamente las mipymes a la cadena de valor, y generar resiliencia ante posibles choques futuros, expandiendo medidas de adaptación y protección ambiental, que se vincule además con otros sectores de la economía para potenciar su impacto redistributivo y contribución a la reducción de la pobreza, como recomendamos en una reciente nota de política.

    Los factores externos han tenido repercusiones en los precios internos, reproduciendo un patrón de incremento de la inflación con un valor de 5.9% en marzo 2023. Por la alta incidencia en los alimentos de la canasta familiar, la inflación ha tenido mayor impacto en los grupos socioeconómicos en pobreza y vulnerabilidad. Por ejemplo, en el periodo entre marzo 2022 y marzo 2023, la tasa de inflación del quintil 1 (en pobreza) fue de 6.6%, mientras que para el quintil 5 fue de 5.1% (en riqueza).

    En el primer trimestre del 2023, la tasa de ocupación registró un valor de 60.4% con clara tendencia a la mejoría desde el año 2022, y la tasa desempleo de la población económicamente activa se redujo en 7.1%, factores que impulsaron la reducción de la pobreza monetaria vía el incremento de los ingresos laborales de los hogares.

    Aunque se ha recuperado el número total de empleos a nivel general de la economía, las mujeres continúan enfrentando desigualdades de género que se expresan en las limitadas oportunidades de inserción laboral, registrando una tasa de ocupación de 48.%, 20.5% más baja que la tasa de ocupación nacional (60.4%). Se destacan además indicadores que señalan la persistencia de brechas de género como la diferencia en la tasa de ocupación por sexo, que se ubica en 25.9% (enero-marzo 2023) con ventaja relativa para los hombres, y el ingreso promedio por hora de las mujeres es 13.0% menor que el de los hombres. 

    Al evaluar algunos indicadores del empleo en el primer trimestre del año 2023 por características socioeconómicas, se destaca como hallazgo que los ingresos promedio por hora de los ocupados se incrementaron en 12% con relación a igual trimestre del año anterior. 

    En adición, un factor muy positivo es que los jóvenes incrementaron sus ingresos promedio por hora en 9% y que los adultos mantuvieron montos de ingresos similares a los obtenidos en igual periodo del 2022. Aunque, cabe destacar que persisten factores culturales, sociales que reproducen desigualdades de género y que afectan el empoderamiento económico de las mujeres, quienes enfrentaron una reducción de sus ingresos por hora de 5.0%, mientras que para los hombres crecieron en 4.8%.

    El país logró avanzar en la expansión del acceso a los derechos de la seguridad social para toda la población, en específico para los hogares en pobreza y vulnerabilidad. 

    Se verifica una expansión de cobertura y aumento de las transferencias monetarias de los programas de protección social – con un crecimiento vertical y horizontal – que han mitigado las dimensiones de afectación de las crisis. 

    Con relación a los derechos que se logran a través del sistema de seguridad social, se resalta durante el año 2022 y el primer trimestre del 2023 la ampliación de cobertura del Seguro Familiar de Salud que es casi universal a marzo del año 2023; con un 97.1% de la población dominicana; ya sea en condición de afiliado al régimen contributivo (asalariados) o subsidiado (focalizado en hogares pobres).

    Sin embargo, desarrollar mecanismos para mejorar el acceso a la seguridad en la vejez para los trabajadores informales constituye una brecha pendiente que requiere aceleración. A pesar de que los trabajadores informales representan el 56.7% de los ocupados en enero-marzo 2023, estos se encuentran entre los que sufrieron mayores repercusiones frente a la crisis de COVID 19 por las dificultades de registro y seguimiento de sus actividades económicas.

    Por otro lado, el país ha avanzado en establecer un Sistema Nacional de Cuidados, una oportunidad para eliminar las barreras de contribución de las mujeres al crecimiento económico y reducir desigualdades de género en materia de responsabilidades a lo interno del hogar.

    En términos de los avances de los programas para la reducción de la pobreza, vale destacar la expansión de cobertura de las familias beneficiarias del programa de transferencias monetarias “Supérate”. Para marzo 2023, el componente del programa “Aliméntate” protege a un total de 1,491,034 personas. Además, desde el año 2021 se ha aumentado el monto transferido a los hogares con el fin de mitigar la situación de incremento de precios de la canasta familiar por efectos de las crisis superpuestas.

    Para este programa, se observan áreas de oportunidad para lograr una mayor inclusión de niños y niñas en condición de mayor vulnerabilidad para reforzar la asistencia y progreso escolar efectivo. Para  el componente focalizado en niños/as en la escuela primaria, el programa tiene una cobertura de 84,783 familias que representa el 27% del total de familias pobres con hijos/as en primaria. De igual forma, el componente “Avanza”, de apoyo a la educación secundaria, tiene una cobertura de 310,809 hogares que representa un 35% del total de familias pobres con jóvenes en secundaria.

    Novedades del país

    RD actualiza metodología de medición de la pobreza monetaria


    En mayo de 2023, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y la Oficina Nacional de Estadística presentaron la Nueva Metodología de Pobreza Monetaria y el Boletín de Estadísticas Oficiales de Pobreza Monetaria 2022. Esta nueva metodología contempla que cada 10 años con la aplicación de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos se actualicen la estructura de consumo de los hogares. De esta forma, se pueden evidenciar los cambios en el consumo y actualizar la canasta familiar y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los países.

    Los resultados oficiales con la nueva metodología señalan que la pobreza general disminuyó de 30.7% en 2021 a 27.7% en 2022, es decir, 3 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema se redujo de 4.3% a 3.8% en dicho periodo.

    La nueva estimación implicó un reajuste de las líneas de pobreza a nivel nacional para la pobreza extrema y pobreza total, con una línea de pobreza monetaria total superior en RD$3,959.0 al valor de la canasta que prevalecía en la metodología anterior que data del 2012. 

    La elaboración de esta nueva metodología contó con el apoyo del Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y la participación del PNUD en su revisión como invitados permanentes del Comité Técnico Interinstitucional de Medición de la Pobreza.

    Esta actualización permite reflejarla realidad que vive la población dominicana y se eleva la línea de comparación para considerar a un hogar en condición de pobreza, aumentando el nivel de exigencia. El costo de la canasta de pobreza o el ingreso que debe generar un hogar para no ser considerado pobre se calculó en RD$22,176.0 mensuales.

    La nueva metodología tiene como innovaciones: 

    • Estimación de líneas de pobreza por macrorregión, para evidenciar diferencias territoriales de capacidad de generar ingresos para cubrir la canasta de consumo.

    • Se incluye una nueva estimación del impacto del monto del subsidio del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en el cálculo del ingreso oficial del hogar.

    Esta disminución de las tasas de pobreza en 2022 se tradujo en la salida de la pobreza de un total de 290,570 personas con relación a 2021. Cuando se observa el comportamiento de las tasas de pobreza por sexo en 2022 se observa, además, que las mujeres exhiben una tasa de pobreza casi cuatro puntos porcentuales por encima de la exhibida por los hombres (Mujeres 29.4% - Hombres 25.8%), reflejando la feminización de la pobreza. 

    El índice de Gini, que mide el nivel de concentración de los ingresos, presenta una disminución sostenida desde 2016, alcanzando la cifra de 0.376 en 2022; esto implica que la desigualdad de ingresos en el país ha disminuido de manera constante en los últimos 7 años. Al descomponer el índice de Gini por zona de residencia, se puede apreciar que la zona urbana presenta una mayor concentración de los ingresos que la zona rural en todos los años de la serie; a 2022 el índice de Gini en la zona urbana es de 0.377, lo que contrasta con el 0.355 de la zona rural; ambas zonas, no obstante, muestran una reducción sostenida del índice desde 2016, similar al índice a nivel nacional.


     

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