Neomovilidad en La Habana

Un grupo de jóvenes lidera una transformación sostenible en el transporte habanero

20 de Julio de 2022

Triciclos eléctricos en la base de Fontanar, La Habana

Elaine Baró hala el freno de emergencia y detiene la marcha. Las personas en la parte trasera del vehículo comienzan a descender y otras se aproximan. La chofer chequea en el retrovisor que nadie tenga dificultades para descender. En 5 minutos comienza su nuevo viaje. Parece un ciclo monótono, por estable y seguro. Como todas las cosas buenas, opina Elaine.

Tras estar años desvinculada laboralmente a sus 28 años, hace un mes comenzó a manejar en la ruta de triciclos eléctricos inaugurada en la zona de Fontanar en La Habana, en el marco del proyecto Neomovilidad de la Dirección General de Transporte.

El proyecto, acompañado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, se enfoca en la mitigación del cambio climático en el sector transporte en la ciudad, a partir de la promoción de distintas acciones en pos de una movilidad sostenible con el liderazgo de mujeres y jóvenes.

Cuando salió la convocatoria que incentivaba a mujeres a incorporarse a esta iniciativa, Elaine se atrevió. “Aquí viene mucha gente a demandar el servicio”, cuenta, “pues antes les era muy difícil moverse hacia su trabajo desde esta área o al Hospital de rehabilitación física que está al frente de la parada”.

La zona de Fontanar conecta varias urbanizaciones en la zona sur de la ciudad de la Habana, algo distantes entre sí y de los principales centros urbanísticos de la ciudad con servicios públicos. Años atrás, estas zonas quedaban rápidamente conectadas por rutas de ómnibus y taxis en línea recta, en un modelo de trasporte urbano dependiente de la importación de vehículos, combustibles fósiles y su permanente emisión de carbono. 


“A partir de experiencia positivas anteriores de trabajo con PNUD, comenzamos a ampliar la red de rutas de triciclos eléctricos, así como otras formas de transportación híbridas o basadas en energías fotovoltaicas”, comenta Reinier Campos, director del proyecto Neomovilidad. “Comenzamos acá con 25 triciclos para apoyar la movilidad interna de estos barrios hacia otros nodos de transporte”. Con estas acciones, se facilita modelo que diversifica las zonas de desarrollo de la vida urbana y desconcentra la carga contaminante de co2 de las ciudades.  

“El principal objetivo es la de reducción  emisiones”, indica. “Nosotros tenemos sistemas de monitoreo permanentes sobre la experiencia. Desde investigaciones con centros de estudios especializados, a partir del estimado de los km recorridos, hemos calculado un potencial de reducción de emisiones 6,12 t co2eq solo en este mes de trabajo, y un potencial anual de 74,461 t co2eq.

En el primer mes de servicio en la Zona de Fontanar, Abel Santamaría y Wajay, la ruta ha transportado unos 43 560 pasajeros en 7260 viajes, que supone aproximadamente 1 450 pasajeros transportados diariamente.

A unos pocos km de las rutas de triciclos de Fontanar, se encuentra una de las Universidades más grandes del país, la José Antonio Echeverría, CUJAE. Al ser un nodo de gran movilidad de personas, se encuentra retado por la capacidad de sostener dicha demanda de transporte y combustibles.

A inicios de enero del 2023, se inuguró  un nuevo sector piloto del Sistemas de Bicicletas Públicas Ha’Bici, como parte de su progresiva expansión en la ciudad como medio alternativo de transporte.  Con 300 bicicletas, esta experiencia se implementa de un modo innovador para el país, a partir de la alianza entre la gestión pública y actores privados en función del desarrollo local, a través de una licitación de operación ganada por el actor privado “Intelforja”.

Mapa de cicloestaciones proyectadas en el sistema de bicicletas públicas de La Habana

Alejandro Perdomo, líder estudiantil de la Universidad,  señala que la participación de estudiantes en la iniciativa comenzó desde la propuesta, hasta el diseño y la implementación de la iniciativa, como solución a los retos de la movilidad en la zona y como alternativa a la dependencia de vehículos  urbanos, reatos por el tráfico y la dependencia de combustibles importados, no siempre disponibles para estos servicios. 

Inteliforja es liderado por dos jóvenes informáticos que desarrollaron un software para la gestión automatizada del sistema. Sin emabargo, uno de ellos, Roberto Espí, insiste en que los servicios de la estación son para cualquier rango de edad, como parte de la lógica de servicios incusivos hacia la población adulta mayor que se planea con la extensión del sistema.

La sostenibilidad de un servicio como el transporte también se apuntala a partir de su sentido de inclusión, en una sociedad donde son frecuentes las prácticas machistas en la conducción vial y el envejecimiento poblacional es uno de los principales desafíos demográficos.

Para esto, el proyecto diseñó la cartilla “Creando espacios”, como una herramienta metodológica que favorece la inclusión social en sus actividades, enfatizando en las capacitaciones en los enfoques de equidad de género, etaria y de accesibilidad.

Daivy Gil, miembro del equipo de mujeres choferes de la base de Fontanar

“Manejar es difícil”, comenta Daivy Gil, otra de las integrantes del equipo de mujeres choferes. Si bien la existencia de mujeres al volante en el servicio de transporte va creciendo, no es la regularidad en el servicio de la ciudad. Dicha diferencia suele expresarse en prácticas machistas discriminatorias y de peligrosidad en la vía.

El proyecto apoyó el proceso de capacitación de las mujeres para que pudieran optar por estos puestos de trabajo como alternativa de empoderamiento económico y social.

La prioridad del proyecto al empleo de mujeres ha sido continuada en otras experiencias de rutas de triciclos eléctricos implementadas por el gobierno en distintas zonas de la ciudad, en una propuesta que aspira a invertir en 52 rutas nuevas con vehículos ensamblados en la industria nacional.

Liderado por un joven gestor de proyectos de la Dirección General de Transporte de la ciudad, Neomovilidad, se ha propuesto además el fortalecimiento de las capacidades nacionales de la ciudad para la mitigación del Cambio Climático en el sector de transporte. Para ello, se han actualizado los documentos normativos que favorecen la Movilidad Urbana Sostenible, propiciando un entorno regulador para la reducción de emisiones en el sector de transporte urbano.

El proyecto ejecutará acciones de urbanismo táctico que promueven espacios públicos comunes y con fácil acceso peatonal, también implementará un sistema semaforizado inteligente, ajustados a la demanda del tráfico citadino, que favorezcan la reducción de emisiones.

Alineadas con el contexto de políticas nacionales hacia el 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (5, 7, 9, 11, 13), las acciones del proyecto Neomovilidad aparecen en un momento clave para Cuba en torno a su modelo de uso de energías y la sostenibilidad ambiental de sus inversiones, tras la reciente aprobación de la Ley de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la ampliación de las metas de mitigación del Cambio Climátivo, así cómo el aumento global del precio de los combustibles.

La apuesta por la gestión pública en un modelo de movilidad sostenible resulta fundamental para un contexto de envejecimiento poblacional e inflación económica.

La sensación de compartir de manera segura y sostenible un camino desde casa cada día, se convierte en otra ganancia en el viaje.

Los viajes a distancias cortas mantienen un flujo constante de uso de las rutas.