“Nos decían que estábamos locas”, cuenta Elidelkys entre risas, “que con ese capital no avanzábamos y menos dos mujeres. Y aquí estamos poquito a poco. El microcrédito nos ayudó a lograrlo.”

Elydlekis Cedeño es una de las socias de Odelys, una de las 50 MiPymes del municipio Bayamo, Granma, en Cuba, que fueron beneficiadas con el microcrédito Crece, una solución financiera para impulsar el crecimiento, la generación de empleo y la inclusión financiera de los pequeños negocios privados.

“No encontrábamos soluciones que podían apoyar a un pequeño negocio”, explica Cedeño, y hace una pausa para orientar a sus trabajadores sobre cómo distribuir el azúcar en la preparación de los pasteles que saldrán en la tarde.

“Cuando llegábamos con un capital inicial pequeño, dos trabajadoras que dependíamos de un salario, y sin ninguna garantía, no podíamos acceder a un crédito.  Entonces era todo muy difícil. Hasta que llegó la oportunidad del microcrédito que nos abrió puertas. Aunque no es un monto muy grande, sí es alentador y dinámico porque tuvimos acceso rápido a comprar materias primas y entonces poder empezar a hacer nuestra línea de repostería”.