Construir desde la tierra: formación en técnicas constructivas resilientes con materiales locales en Pinar del Río
21 de Julio de 2025
Práctica de construcción de un techo con forma de bóveda de cañón utilizando materiales locales como arcilla, arena y cal, en la provincia Pinar del Río
En la provincia Pinar del Río, una iniciativa de colaboración enfocada en la preparación ante desastres promueve la formación práctica en técnicas constructivas mediante el uso de materiales locales, con la intención de fortalecer capacidades para la construcción y reconstrucción resiliente de viviendas.
Esta acción formativa busca soluciones sostenibles, con el fin de reducir la vulnerabilidad de las viviendas ante desastres.
La capacitación fue facilitada por dos arquitectos y un maestro especializado en la construcción de bóvedas, provenientes de México, quienes compartieron sus conocimientos sobre la técnica de techos abovedados mexicanos. Además, se abordó el uso de cal, arcilla y otros materiales locales en la elaboración de acabados de albañilería y pinturas.
“Queremos rescatar sistemas constructivos tradicionales que ya han demostrado ser útiles y resistentes.” comentó Ramón Aguirre, arquitecto mexicano que dirige el Instituto de Bóvedas Mexicanas y Tecnologías Regionales (IBOMEX), miembro del equipo formador. Señaló además la ventaja de los techos abovedados para reducir la dependencia del acero y el concreto, aprovechando la geometría, pues en esta tipología de techo curvo, el peso se distribuye de manera equilibrada hacia los lados, lo que aporta mayor estabilidad a la estructura.
“Lo que tratamos de compartir es una metodología (…) porque todas las tierras y arenas son diferentes. Por eso hacemos pruebas, para cerciorarnos de que las mezclas con las que vamos a trabajar son las adecuadas. Hemos hecho muestras y con ellas tenemos información para trabajar superficies más grandes”, explicó Pedro Pizarro, arquitecto mexicano dedicado a la construcción con materiales naturales, parte del equipo de formación, al referirse al proceso de elaboración de morteros a partir de recursos disponibles en el territorio.
El proyecto de colaboración que ha impulsado esta experiencia formativa, está apoyando el fortalecimiento de las capacidades de preparación del sector vivienda y planeamiento en Pinar del Río y La Habana, con el fin de asegurar una preparación y respuesta eficiente ante desastres y reducir sus impactos en las personas.
Este proyecto, implementado por los gobiernos de Pinar del Río y La Habana, con el acompañamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el apoyo de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea, el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y el Ministerio de la Construcción, busca con esta formación contribuir a consolidar aprendizajes que pueden escalarse y replicarse en el sector de la vivienda en Cuba.
Saberes compartidos para la construcción resiliente con identidad local
Durante una semana, actores clave vinculados a la reconstrucción de viviendas en Pinar del Río se capacitaron en el uso de técnicas constructivas tradicionales, adaptadas a los recursos del territorio.
Participaron personas trabajadoras del sistema de la vivienda, de la empresa de construcción civil, de ordenamiento territorial y urbano, así como de la empresa de tabaco. También tomaron parte en la capacitación docentes y estudiantes del Instituto Politécnico de la Construcción Pedro Téllez, junto con personas productoras de ladrillos del territorio.
Como parte de la formación práctica se construyeron dos tipos de techos de bóveda: de pechina (forma de cúpula) y de cañón (forma alargada), que también pueden usarse como entrepiso o piso intermedio entre dos niveles.
“El techo abovedado, al ser una cubierta pesada, resiste mejor los fuertes vientos que los techos ligeros. Además, tiene forma aerodinámica, por lo que el viento tiende a rodearla.”, explicó Elvio Martínez, arquitecto de la comunidad en la provincia Santiago de Cuba, haciendo referencia a las ventajas que ofrece este tipo de cubiertas ante la ocurrencia de huracanes, si son construidas y ancladas de la manera correcta.
Proceso de construcción de techos de bóveda durante la formación
Para levantar estas estructuras, fue necesario preparar morteros, la mezcla que permite unir los ladrillos. En lugar de usar cemento, se aprovecharon materiales locales como arcilla, tierra, cal y arena. Se hicieron varias pruebas con diferentes proporciones hasta lograr la combinación más adecuada.
“Para mí ha sido revelador aprender a usar elementos naturales incorporándolos a un proceso de construcción y lograr la resistencia del producto sin necesidad del empleo de cemento. También nos ha servido para entender el proceso y cómo incorporarlo a producciones que vamos a desarrollar en el instituto politécnico”, refiere sobre su experiencia de aprendizaje José Luis Pérez, ingeniero participante en la formación y responsable de capacitación en la Dirección Provincial de Educación.
Morteros y pinturas elaborados con materiales de la localidad como parte de la formación
En paralelo, se desarrolló un intercambio formativo centrado en la producción de ladrillos macizos de arcilla. Para este espacio, se contó con la experiencia de un productor de Guantánamo, quien participó en una iniciativa previa de colaboración orientada a impulsar la producción local de materiales de la construcción en su territorio.
Este productor, con dominio en la fabricación de ladrillos de tierra compactada, se encargó de entrenar a productores pinareños, en uno de los emprendimientos locales dedicados a la producción de elementos cerámicos. El objetivo fue rescatar y adaptar esta práctica al contexto local.
El intercambio se llevó a cabo mediante demostraciones prácticas y diálogo técnico, como parte de un esfuerzo por diversificar los materiales de construcción disponibles y fomentar soluciones constructivas sostenibles con recursos del entorno.
“Hemos aprendido cómo hacer la mezcla, cómo amasar el barro para llegar a producir ese tipo de ladrillo, porque lo habíamos intentado y no habíamos podido lograr la calidad necesaria. Producir estos ladrillos le va a permitir a la comunidad hacer techos de bóveda”, comentó Yosvel Rodríguez Herrera, productor del Tejar La Esperanza en la localidad de Las Ovas, participante en el intercambio formativo.
Tanto Yosvel como otros productores de materiales de construcción en la provincia Pinar del Río han recibido con anterioridad preparación con el apoyo del proyecto, que incluyó entrenamiento en la construcción de hornos para elementos cerámicos y el intercambio de buenas prácticas con personas productoras de Camagüey.
Desarrollo de capacidades con sinergias locales
La experiencia formativa tuvo lugar en el Instituto Politécnico de la Construcción Pedro Téllez, vinculado hasta 2024 al proyecto PROFET, centrado en el fortalecimiento de la Educación Técnica y Profesional.
Como parte de la labor de PROFET, se impulsó la estrategia docente-productiva incentivando la articulación con el sector no estatal. Además, se facilitó la instalación en el centro estudiantil de equipamiento para la producción de materiales de la construcción.
Estas capacidades ofrecen posibilidades de producción de materiales adaptados al contexto con recursos locales, como los ladrillos de tierra comprimida.
“A partir de esta formación, podemos incorporar nuevos elementos que tenemos cerca en los territorios para mayor homogeneización de las mezclas y diversificación de los recursos. Nos ha servido para entender el proceso, incorporarlo en las producciones que vamos a desarrollar en la escuela y transmitir esto desde la enseñanza”, explicó José Luis Pérez.
“Nuestra labor ahora es generalizar lo aprendido, reforzar en nuestros programas de estudio el tema de la construcción de cubiertas usando arcilla, ladrillos y la cal.”, apuntó Lesvia Alfonso Acosta, directora del centro politécnico.
Resiliencia desde lo local
En 2022, el fondo habitacional de Pinar del Río resultó seriamente afectado por el paso del huracán Ian.
En ese escenario, Jesús Nilo Soca Muñiz, coordinador de programas y objetivos del Gobierno Provincial, destacó la importancia de iniciativas que impulsen la producción local de materiales y su aplicación en la reconstrucción: “Hoy es muy importante generar estos conocimientos sobre la producción local de materiales y hacer uso de ellos en las viviendas que se están reconstruyendo”.
Construir con materiales disponibles en el territorio no solo reduce costos, sino que también disminuye el impacto ambiental, fortalece los saberes locales y puede permitir avanzar en la recuperación de viviendas con menor dependencia de recursos externos, sentando las bases para comunidades más resilientes y preparadas para futuros eventos extremos.