¿Hacia dónde fluye el río? Apuestas por el desarrollo local en la provincia más occidental de Cuba

4 de Mayo de 2022

 

 

La provincia de Pinar del Río tiene más de 8 mil kilómetros cuadrados, pero al parecer todo el mundo se conoce. Al menos eso se puede creer cuando una familia campesina de las lomas de Charrabascal puede tener algo en común con una reserva de la biosfera que se encuentra en el otro extremo de la provincia.

Junto a casi un centenar de otras iniciativas en el país, todas forman parte de la proyectos de desarrollo local dentro del sistema de trabajo de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), política pública de apoyo al desarrollo territorial y la gestión descentralizada, que responde a la actualización del modelo económico y social de Cuba.

En los territorios, la plataforma conecta a los actores y refuerza las interacciones y sinergias entre las iniciativas locales, rompiendo con una visión vertical y sectorizada del desarrollo territorial. En Pinar, al igual que en las otras provincias de la isla, este nuevo método de trabajo permite abordar varios problemas simultáneamente para proponerles soluciones innovadoras.

 

 

La profesora Daisy Díaz no necesita sentarse mientras explica su trabajo. Hace algunos años, descubrió que los límites del aula no estaban en el Centro Universitario Municipal de Los Palacios. Una investigación sobre las personas que laboraban en las tierras de este municipio agrícola, identificó que un porciento importante de ellas era mayores de 50 años. Sin embargo, era fácil identificar grupos juveniles sin vinculo laboral en la comunidad.

El éxodo de jóvenes de las zonas agrícolas es unos de los principales problemas de las zonas rurales de Cuba, un país alto importador de alimentos.

Como parte de la estrategia de desarrollo municipal, la subdirectora del centro docente comenzó a contactar a esos jóvenes desde su etapa de secundaria y preuniversitaria, para compartirles las experiencias de vida de algunos campesinos de la comunidad que hace algunos años optaron por adquirir tierras ociosas en usufructo y comenzado su cultivo.  

 

 

El Centro Universitario Municipal se convirtió en el punto de conexión entre los saberes campesinos que regresaban a los poblados y el saber universitario que asesora la formulación de proyectos de desarrollo local,  devolviendo a la tierra la oportunidad de servir a la comunidad a la que se acercaba.  

Así, la “profe Daisy” conoció a Onay Martínez.

Conectando vidas

7 familias de zunzunes, dice Onay Martínez que viven en los 20 metros de la entrada Finca Tierra Brava. Los zunzunes, como otras especies de aves de la zona, se alimentan de flores y frutos de árboles, y contribuyen junto a otras especies a conservar la biodiversidad de la finca, calificada de avanzada en el manejo sostenible de tierras. Las frutas que se cultivan en Tierra Brava, tienen el valor de haber sido creadas bajo principios agroecológicos. Onay puede puede hacer una historia por cada una de ellas y del suelo que las rodea. 

 

 

Así como resulta en lugar de tránsito para las aves, Tierra Brava es esencialmente un lugar de confluencias.

Onay Martínez es informático de profesión, colabora también con el proyecto Infogeo para crear un sistema de información ambiental que permita aportar a la toma de decisiones y la planificación de la alimentación local. Con la ayuda de los centros universitarios locales y otros nacionales, los productores de Tierra Brava han accedido a técnicas y semillas que le han permitido cultuvar variedades de frutas de alto valor nutricional.

Con paneles solares donandos por PADIT, alimentan una nevera que le compartió el proyecto OP15 años atrás. Dicha nevera les permite almacenar frescas las frutas y ponerlas cada miércoles a disposición de las escuelas de la comunidad y en un punto de venta en un lugar céntrico del poblado, limitando la dependencia de suministros externos y combustible que encarece y afecta la disponibilidad de alimentos en todo el país .

Esta experiencia es parte del ejercicio de planficiación que realizan los productores de Tierra Brava con la gobernanza local sobre la disponibilidad y la producción de alimentos en el territorio. El año pasado esta alianza permitió solventar la escacez de harina importada y sustituirla por la fécula de calabaza cultivada localmente para garantizar la produccción del pan diario de la zona. Con dicho ahorro de harina, Los Palacios pudo disponer en las fiestas tradicionales del poblado de una variedad de ofertas de dulces.

 

 

Dichos resultados les han permitido insertarse en los procesos de producción masivos de los grandes productores de la zona. Con una minidustria aportada tambien por PADIT, logran recopilar la cosecha sobrante de tomate y convertirla en puré que empaquetan en un local de la finca. Ningún alimento debe quedar abandonado en la tierra, advierte Onay. La minindustria ha permitido que varias personas de la cercanía que se encontraban desempleadasencontraran una fuente de ingresos,  entre ellas madres y padres que cuidan en solitario a sus hijos.

Pero este esfuerzo no es nada si no lo compartimos, si se queda aquí, señala Onay. Por eso acoje regularmente a los estudiantes que le lleva la profesora Daisy, y a la sombra de una mata de Pomarrosa de Malaca (Pera) y con un jugo de frutas, les comparte su historia y la posibilidad de prosperar en la zona donde crecieron a través de trabajo en la tierra.  

Para apoyar a los que deciden seguir este camino, Onay permite cada año a varios estudiantes del Instituto Politécnico Agropecuario de la provincia realizar prácticas en la finca y experimentar nuevas prácticas agroecológicas en sus tierras, con vistas a desarrollarlas más adelante en sus propios proyectos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el marco de PADIT,  Onay ha podido conocer a otros campesinos de Pinar del Río que tienen prácticas similares. Han aprendido entre ellos de cultivos y experiencias para hacer sostenible su modo de vida. Como siguiente paso, nos cuenta que espera que estos intercambios le pongan en contacto con agricultores de las otras zonas de la isla. Es convencido que es a través de conexiones como aquellas que se podrá tener un impacto global en los territorios. Por esa misma razón, en Pinar, sus historias no solo han sido contadas de boca en boca.

 

 

Conectando historias

Experiencias innovadoras de desarrollo local como las de Onay, solo pueden ser replicadas en una comunidad si la cuentan sus propios habitantes.

A unos km. hacia el oeste de Los Palacios, en Consolación del Sur, la corresponsalía local de televisión narra los aconteceres de la comunidad. Los precios de los alimentos y las estrategias de acceso a estos por la población, los retos de la lucha contra la COVID, la construcción de viviendas; son algunos de los temas que la pequeña entidad productora trata desde su estudio de TV, en una emisión vespertina y en sus cuentas en redes digitales. PADIT ha podido apoyar su trabajo con equipamiento audiovisual.

 

 

 

 

 

 

Pedro Lázaro, su corresponsal principal, entra a los lugares a toda velocidad como si siempre hubiera estado en ellos. En la Casa de Abuelos de ese territorio, Laura Fernández y Maydelis Mesa, estudiantes de Nutrición, lo ven pasar mientras preparan las consultas del día a los adultos mayores del centro para realizar recomendaciones a su dieta personal. El centro también cuenta con el apoyo de PADIT.

 

 

La Licenciada Maria del Carmen Arteaga Márquez coordina las tareas de rehabilitación social en el lugar. Allí pasan buena parte del dia 45 personas entre juegos e historias. Tras las largas jornadas de confinamiento por la COVID 19, el espacio es una oportunidad  de reconectarse con formas de socialización interpesonales o sociales, así como tener una atención médica especializada. Es el lugar donde todas las historias de la localidad son relatadas.

 

 

 

 

 

 

Conectando ganas de hacer

El trabajo de PADIT en Pinar del Río es coordinado por el Grupo de Desarrollo Local adscrito al gobierno provincial. Sus miembros vienen y van por cientos de km. por carretera como si ningun lugar les fuera extraño. La Política de Desarrollo Territorial del país, aprobada en el 2020, hace posible que cualquier persona pueda ser titular de un proyecto de desarrollo local y presentarlo a aprobación del Consejo de Administración del municipio donde actúa. con la posibilidad de apelar a disntintas fuentes de financiamiento, entre ellas la del 1 por ciento de la contribución hterritorial de distintas empresas y negocios. Estos proyectos se articulan en la Estrategia de Desarrollo Municipal, acompañada en su diseño y concepción por instituciones nacionales y locales como los centros universitarios municipales y con un enfoque de desarrollo multidimensional. 

 

 

Equipo de trabajo del Grupo de Desarrollo Local del Gobierno provincial.

Retado aún a lograr mayor impacto en las necesidades fundamentales de los territorios y participación ciudadana, este sistema de trabajo se ha convertido en política pública nacional para dinamizar las agendas de desarrollo locales que implementa, en apuesta por la descentralización declarada en la Constitución cubana del 2019.

PADIT, como plataforma nacional para la implementación de la política de desarrollo territorial, es coordinada por el Ministerio de Economía y Planificación, el Instituto Nacional de Investigaciones Económica y tiene el acompañamiento del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Cuba y el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS).

A lo largo de una carretera en Pinar del Río, PADIT conecta a personas, instituciones, conocimientos y esfuerzos en la oportunidad de construir un bienestar  desde sus propias capacidades.