LocationsBajo presión en ALC, con lupa en Colombia: del rebote a la resiliencia territorial
24 de Septiembre de 2025
Por: Jaime Urrego y Santiago Plata
PNUD acaba de publicar el Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, titulado Bajo presión, que deja un mensaje claro: la región progresa, pero lo hace sobre bases frágiles. La incertidumbre económica y social se mantiene elevada y una parte sustantiva de la población, la clase media vulnerable que vive apenas por encima de la pobreza, sigue expuesta a choques que pueden borrar años de avance en cuestión de meses. Este marco regional es pertinente para Colombia porque ilumina, en otra escala, los mismos dilemas que plantea el Informe Nacional de Desarrollo Humano (INDH) – “Colombia: territorios entre fracturas y oportunidades”: el país avanza, sí, pero no converge entre territorios.
Gráfica 1. EL progreso del IDH se ha desacelerado desde mediados de la década de 2010 y aún no recupera su trayectoria.
El panorama latinoamericano revela tres tensiones que resuenan en el caso colombiano. La primera es la desaceleración del IDH: la región venía de una trayectoria ascendente que la pandemia interrumpió con fuerza, y el rebote posterior no la ha devuelto a su senda previa. En Colombia, el patrón es similar: la curva nacional recupera el paso, pero no alcanza el nivel prepandemia y, sobre todo, no lo hace por igual en todos los departamentos. La segunda tensión es la vulnerabilidad persistente: millones de hogares en ALC —y también en Colombia— carecen de “colchones” (seguros, ahorro, redes) para absorber pérdidas de ingreso o salud sin caer de nuevo en privación. La tercera es la policrisis: tecnología en rápida evolución, fragmentación social y crisis climática interactúan y amplifican riesgos; no son choques aislados, sino fuerzas que se retroalimentan.
Al aterrizar ese triángulo de presiones en el mapa colombiano, emerge el núcleo del INDH: las fracturas territoriales. El país exhibe realidades muy distintas según el lugar de nacimiento o residencia. Algunos departamentos consolidan capacidades y mejoran su IDH de manera sostenida; otros se estancan o retroceden. No se trata de un fenómeno unidimensional, sino de una combinación de factores que se enganchan entre sí: capacidad institucional (presencia estatal, calidad del gasto, gestión del riesgo), estructura productiva y empleo (productividad, formalización, encadenamientos), conflictividad y nuevas violencias (la seguridad humana como condición del progreso) e integridad ecosistémica (la paradoja de crecer deteriorando la base natural que sostiene ese crecimiento). Donde las instituciones son fuertes, la economía es más diversificada y la conflictividad es menor, el IDH tiende a ser más alto y resiliente; donde esas piezas faltan, el avance es frágil o sencillamente no llega.
Gráfica 2. La incertidumbre en ALC se ha más que duplicado desde 1990, superando los promedios globales.
El informe Bajo presión no se limita al diagnóstico; pone el énfasis en reordenar la política pública alrededor de la resiliencia —la capacidad de prepararse, responder y recuperarse ante lo imprevisto— y ofrece una brújula operativa basada en las tres “I”: Instrumentos, Instituciones e Infraestructura. Este enfoque es consistente con lo que Colombia requiere para convertir un rebote parcial en una senda de convergencia territorial sostenida.
En términos concretos, alinear a Colombia con esa brújula regional implica, primero, Instrumentos. Se trata de migrar de una agenda centrada exclusivamente en aliviar pobreza a otra que acumule activos en hogares y empresas: seguros que amortigüen choques, ahorro para estabilizar trayectorias, habilidades pertinentes para la reconversión laboral y protección social adaptativa que también cubra a quienes hoy quedan fuera de la formalidad. Conectar la formación con el empleo real es esencial: no basta con certificar, es preciso favorecer la inserción. En un país cuya base empresarial son los micronegocios, la asociatividad y el acceso a mercados marcan la diferencia entre sobrevivir y escalar.
Gráfico 3. Evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH) a nivel departamental (2011-2022)
Segundo, Instituciones. No se trata de “más Estado” en abstracto, sino de mejor Estado donde más falta hace. La resiliencia se juega en la gestión del riesgo (antes, durante y después del choque), en finanzas contingentes que habiliten respuestas rápidas, en alertas tempranas que anticipen y contengan crisis, y en la coordinación multinivel que evite duplicidades y vacíos. La presencia estatal continua —y no episódica— en territorios rezagados es condición para que la inversión social y productiva rinda.
Tercero, Infraestructura. Dos pilares sostienen la productividad humana —la capacidad de convertir educación y salud en bienestar y empleo digno—: la infraestructura digital pública (conectividad, identidad y servicios accesibles) y la infraestructura de resiliencia climática (agua, movilidad, hábitat, salud ambiental). Sin estas bases, incluso políticas bien diseñadas se quedan cortas, porque personas y empresas carecen del “suelo” desde el que podrían despegar.
Desde esta perspectiva, el puente ALC–Colombia deja de ser retórico y se vuelve operativo. La región advierte que el desafío no es solo crecer, sino sostener y distribuir ese crecimiento en un entorno de volatilidad. Colombia aporta el mapa fino sobre dónde actuar y qué combinaciones de cuellos de botella prevalecen. Tres ejemplos ilustrativos: i) territorios que muestran IDH alto con alta presión ambiental; la prioridad es una transición productiva que reduzca huella ecológica sin perder ingreso. ii) territorios con capacidad institucional débil y conflictividad; la agenda pasa por servicios públicos efectivos, seguridad humana y oportunidades económicas que corten el ciclo de violencia. iii) territorios con economías poco diversificadas y alta informalidad; allí pesan las rutas de formalización, el crédito responsable y los encadenamientos que permitan subir en la escalera de productividad.
Gráfica 4. Dinámicas territoriales
El objetivo no es un promedio nacional más alto a cualquier costo, sino una convergencia sostenible: que la mejora del IDH llegue a todos los departamentos sin hipotecar la naturaleza que hace a Colombia única. Para comunicarlo con claridad, conviene organizar la evidencia en tres piezas visuales: una curva regional que muestre la desaceleración y el rezago pospandemia, un mapa/serie departamental que evidencie la no convergencia y un panel sistémico que cruce IDH - instituciones - conflicto y presión ambiental para ubicar cuellos de botella concretos. No son adornos; son el vehículo más directo para alinear el “qué” regional con el “dónde y cómo” territorial.
En síntesis, Bajo presión aporta la urgencia y el método; el INDH Colombia, el mapa. Para que el rebote se convierta en trazo de largo plazo, la política pública debe moverse del “promedio tranquilizador” a la resiliencia con 3I: Instrumentos que estabilicen trayectorias, Instituciones que gestionen la incertidumbre e Infraestructura que habilite productividad y proteja la biodiversidad. No se trata de legislar para un país ideal, sino de gobernar para el país real, territorio por territorio. Solo así el progreso dejará de ser frágil y se volverá, por fin, compartido.
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Fuentes:
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2025). Bajo presión: Informe Regional sobre Desarrollo Humano en América Latina y el Caribe 2025. PNUD. https://hdr.undp.org/
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) – Colombia. (2024). Colombia: territorios entre fracturas y oportunidades. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2024. Resumen ejecutivo. PNUD Colombia. https://www.undp.org/es/colombia
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2022). Informe sobre Desarrollo Humano 2021/2022: Tiempos inciertos, vidas inestables. Configurar nuestro futuro en un mundo en transformación. PNUD. https://hdr.undp.org/es/2021-22
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2020). Informe sobre Desarrollo Humano 2020: La próxima frontera. El desarrollo humano y el Antropoceno. PNUD. https://hdr.undp.org/es/2020
Ahir, H., Bloom, N., & Furceri, D. (2022). The World Uncertainty Index. Stanford University & International Monetary Fund. https://worlduncertaintyindex.com/