Esperanza, poder, acción: mujeres que reivindican la paz
16 de Julio de 2025
Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la prevención de conflictos, su resolución y la construcción de paz. Convencida de que la cultura tiene el poder de sanar, Aliona Kompaniiets está creando un centro de medios para compartir canciones e historias ucranianas.
Este año conmemoramos los 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y reflexionamos sobre más de dos décadas de avances en la implementación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS).
Algo en lo que reflexioné a principios de este año con colegas de todo el mundo que trabajan por la igualdad de género, es que la igualdad de género no es solo una meta técnica: es un esfuerzo que exige valentía, perseverancia y solidaridad. Mientras navegamos un mundo marcado por conflictos, disrupciones climáticas y retrocesos democráticos, la agenda MPS es más urgente que nunca; es nuestra hoja de ruta para transformar las relaciones de poder y colocar el liderazgo de las mujeres en el centro de la respuesta y recuperación ante las crisis.
En el PNUD, junto al Gobierno de Francia, estamos trabajando para hacer realidad esta visión. Desde Ucrania hasta el Chad, pasando por Mongolia, las mujeres están transformando comunidades y acelerando la recuperación, equipadas con nueva información, tecnología y oportunidades.
Ucrania: mujeres que devuelven la esperanza en medio de la guerra
Mientras la guerra sigue desplazando a millones de personas en Ucrania, las mujeres están asumiendo un rol fundamental en la recuperación y en la reconstrucción del tejido social. Con el apoyo del Gobierno de Francia, en el PNUD hemos financiado nueve proyectos comunitarios de recuperación (disponible en inglés), diseñados y liderados por cerca de 90 mujeres, quienes además recibieron formación en gestión de proyectos y en técnicas de incidencia.
Estas mujeres están abordando necesidades urgentes, que van desde la preservación del patrimonio cultural hasta la mejora del acceso al empleo y a servicios de salud mental. Los centros comunitarios liderados por mujeres ya han brindado apoyo a más de 2.500 personas, ofreciendo servicios como atención materna y espacios de sanación a través de la narración de historias. Aliona Kompaniiets (disponible en inglés), de 24 años, está creando un centro de medios para compartir canciones e historias ucranianas. Por su parte, Anna Shcherbakova (disponible en inglés) transformó su biblioteca en un espacio de apoyo para mujeres con trabajos no convencionales.
Los resultados hablan por sí solos: el 96 % de las participantes del proyecto reportó haber fortalecido su capacidad de liderazgo, el 93 % se sintió motivado a participar en la planificación local y el 90 % afirmó sentirse más seguro en sus comunidades.
Estas historias de Ucrania nos recuerdan que la recuperación no consiste únicamente en reconstruir infraestructuras, sino en devolver a las personas su dignidad, capacidad de actuar y confianza. Son mujeres quienes lideran este proceso; a nosotros nos corresponde amplificar y respaldar sus esfuerzos.
Para las mujeres que enfrentan miedo y ansiedad, las bibliotecas de Anna Shcherbakova ofrecen un espacio de seguridad, esperanza y conexión.
Chad: del empoderamiento económico al liderazgo político
En Mandelia, el Chad, las mujeres enfrentan pobreza, estrés climático y acceso limitado a la electricidad, condiciones que agravan su dependencia y vulnerabilidad. Con apoyo del Gobierno de Francia, en el PNUD les proporcionamos infraestructura de energía solar que les permite aumentar el rendimiento agrícola y avanzar hacia su independencia financiera.
Más de 5.000 mujeres se beneficiaron de capacitación, desarrollo de cooperativas y kits de energía limpia. Hoy, un centro agroecológico gestionado por mujeres incluye una guardería que funciona con energía solar, una inversión que impulsa tanto el liderazgo como la resiliencia intergeneracional.
Un nuevo centro agroecológico gestionado por mujeres ha generado más que empoderamiento económico. Cuando las mujeres alcanzan independencia financiera y toman conciencia de sus derechos, empiezan a transformar el escenario político y social de sus comunidades.
Pero el empoderamiento no se limita al aspecto económico. Gracias a la capacitación, mujeres como Rémadji Tobaye Anasthasie y Aché Tom adquirieron confianza para participar en la toma de decisiones y procesos políticos locales. Aché solía pensar que solo las mujeres alfabetizadas podían hablar entre los hombres, pero ahora es ella quien toma la palabra, sin miedo, en nombre de las mujeres. Por su parte, Rémadji planea aprovechar oportunidades futuras para postularse a las elecciones.
Lo que vemos en Mandelia va más allá del empoderamiento económico; es un cambio en las relaciones de poder. Cuando las mujeres adquieren independencia financiera y toman consciencia de sus derechos, empiezan a transformar el escenario político y social de sus comunidades. Este es el tipo de transformación estructural en el que debemos seguir invirtiendo. Uno en el que la energía limpia, los sistemas de cuidados y la participación ciudadana se entrecrucen para abrir paso al liderazgo de las mujeres.
Gracias a la capacitación, mujeres como Rémadji Tobaye Anasthasie y Aché Tom adquirieron confianza para participar en la toma de decisiones y procesos políticos locales.
Mongolia: las mujeres lideran la transición hacia una energía limpia
En los distritos ger de Mongolia –un tipo de barrio donde las familias viven en viviendas tradicionales llamadas “gers”, generalmente con acceso limitado a servicios básicos–, la dependencia del carbón ha provocado una contaminación atmosférica mortal. En el PNUD instalamos sistemas de calefacción solar en 68 hogares –40 de ellos encabezados por mujeres– y capacitamos a las mujeres para darles mantenimiento y promover su uso.
Los resultados son tangibles: el 67 % de las viviendas reportó ahorros en los costos de energía, y el 64 % de las mujeres ganó hasta cuatro horas al día para dedicar al trabajo remunerado, el cuidado o la participación comunitaria. La calidad del aire en interiores mejoró en el 80 % de las viviendas y se redujeron las enfermedades respiratorias entre los niños.
Mujeres como la Sra. Tsetsegee Tsend-Ayush y Tumentsetseg Baljinnyam están tomando la palabra en foros nacionales, visibilizando a los habitantes de los distritos ger –y a las mujeres– como agentes de cambio.
Con financiación del Gobierno de Francia, en el PNUD instalamos sistemas de calefacción solar en hogares de Mongolia y capacitamos a mujeres para darles mantenimiento y promover su uso.
La transición de Mongolia hacia una energía limpia nos demuestra que la acción climática y la igualdad de género no son objetivos separados, sino que están profundamente vinculados. Cuando las mujeres cuentan con las herramientas y el conocimiento para liderar, no se limitan a adaptarse al cambio climático, sino que impulsan las soluciones. Ese es el futuro que debemos construir: uno en el que las mujeres estén protegidas frente a los daños ambientales y sean arquitectas de la construcción de resiliencia.
Mujeres como Tumentsetseg Baljinnyam están tomando la palabra en foros nacionales, demostrando que son agentes de cambio en la transición hacia una energía limpia en Mongolia.
Las mujeres en el centro: impulsando la paz, el poder y las posibilidades
La agenda de MPS no es solo un marco de acción, sino una fuerza transformadora. Frente a los conflictos, la disrupción climática y el retroceso de la democracia, ofrece un camino basado en el liderazgo de las mujeres, la resiliencia comunitaria y el desarrollo sostenible.
El compromiso del Gobierno Francia con una política exterior feminista ha sido un catalizador de innovación. A través de nuestra Ventana de Financiamiento para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, en el PNUD hemos podido poner a prueba soluciones trascendentes y locales en lugares como Ucrania, el Chad y Mongolia. Estas iniciativas no son éxitos aislados, sino la prueba de todo lo que se puede lograr cuando las mujeres son protagonistas de la paz y la recuperación.
A medida que llevamos nuestro trabajo a Burundi, Moldova y Gaza, nuestro compromiso sigue siendo claro: invertir en las mujeres no como beneficiarias, sino como agentes de cambio. Esto no es solo un proyecto; es un movimiento. Juntos estamos construyendo sociedades más justas e inclusivas, paso a paso, comunidad a comunidad y lideresa a lideresa.
Nuestro proyecto Mujeres, Paz y Seguridad en Ucrania, el Chad y Mongolia fue posible gracias al apoyo del Gobierno de Francia a través de la Ventana de Financiamiento para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres.