Invertir en la asistencia a las víctimas es también invertir en su recuperación y en el respeto de sus derechos
Sobrevivientes abren el camino hacia un futuro libre de minas
2 de Diciembre de 2025
Chhuon Heng, de 57 años, viuda y madre de cinco hijos, sufrió un accidente con una mina mientras despejaba sus tierras de cultivo.
Cada 3 de diciembre el mundo celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este año, las Naciones Unidas pondrán en el centro a un grupo que a menudo se pasa por alto: las personas sobrevivientes de las minas terrestres y de los restos bélicos explosivos.
En todo el mundo, personas con discapacidades ocasionadas por minas terrestres y dispositivos explosivos utilizados en las guerras están mostrando lo que pueden lograr cuando reciben el apoyo y las oportunidades que necesitan para contribuir con sus comunidades.
Según los datos más recientes, en 2023 se produjeron 5.757 muertes como consecuencia de minas terrestres y restos explosivos de la guerra, un aumento del 22 % respecto al año anterior. Lo impactante es que un 84 % de esas muertes corresponden a civiles, y más de una tercera parte de las víctimas son niños.
La mitad de los países más afectados corresponden a la categoría de países menos adelantados. Cuando las personas lesionadas por minas terrestres pierden la movilidad, sus ingresos o el acceso a la educación o al empleo, tanto ellas como sus familiares y las comunidades se hunden más en la pobreza.
Pese a ello, sobrevivientes de Ucrania, Camboya y Viet Nam demuestran que la historia puede ser distinta: cuando acceden a servicios de rehabilitación, a cuidados de salud mental, a oportunidades de empleo, educación y negocios y a servicios libres de obstáculos, pueden cuidar de sí mismos y de sus familias, así como contribuir en sus comunidades.
Heng (segunda empezando por la izquierda) ha estado recibiendo fisioterapia gratuita y reemplazos de prótesis gracias a un proyecto que tenemos junto a Australia, Nueva Zelandia y la República de Corea.
“Incluso con una pierna amputada soy capaz de trabajar y ayudar”
Foto: PNUD Ucrania
Ruslan es un veterano que perdió una pierna en el conflicto en Ucrania. Desde el PNUD prestamos apoyo a un curso humanitario de remoción de minas dirigido a veteranos con discapacidades y patrocinado por los Países Bajos y el Ministerio de Economía, Ambiente y Agricultura de Ucrania. Actualmente, Ruslan trabaja como analista de imágenes con la organización no gubernamental The HALO Trust.
“The HALO Trust me ha permitido continuar este trabajo en un entorno ligeramente distinto. Incluso con una pierna amputada, soy capaz de trabajar y ayudar. Mi trabajo implica analizar imágenes satelitales. Más tarde esta información se pone a disposición de los equipos de remoción de minas”
Este modelo de capacitación ya ha demostrado resultados: 11 veteranos han conseguido empleo en algunas de las principales organizaciones dedicadas a la remoción de minas en Ucrania. En una conferencia de alto nivel en Kyiv, el Representante Residente Adjunto del PNUD, Christophoros Politis, señaló: “La asistencia a las víctimas no es un aspecto secundario, sino fundamental para lograr una recuperación inclusiva y a largo plazo”.
“La asistencia a las víctimas no es un aspecto secundario, sino fundamental para lograr una recuperación inclusiva y a largo plazo”Christophoros Politis, Representante Residente del PNUD en Ucrania
“Busco maneras de hacer lo que sea para alimentar a mis hijos”
En la provincia de Battambang, en Camboya, Chhuon Heng recuerda el momento en que su vida cambió.
“Perdí la esperanza. Quería morir. Pero entonces me acordé de mis hijos, así que seguí trabajando duro, apoyándome en mi bastón y determinada a alimentarlos”
Chhuon Heng caminó sobre una mina en 2003 mientras limpiaba su campo de cultivo. Viuda y con cinco hijos pequeños al cargo, logró sobrevivir, pero pasó un año antes de que pudiera acceder a su primera prótesis de pierna.
Junto a nuestros socios, desde el PNUD pudimos ofrecer a Chhuon Heng servicios gratuitos de fisioterapia y prótesis de reemplazo a través de un centro de rehabilitación física en Battambang. El centro en cuestión cuenta con el apoyo de Camboya y de otros donantes como Australia, Luxemburgo, Nueva Zelandia, la República de Corea y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
En Camboya, la inversión a largo plazo en la asistencia a víctimas de minas ha permitido que más de 8.500 sobrevivientes, de las cuales más de la mitad son mujeres, reciban fisioterapia y prótesis.
Chhuon Heng ha abierto un pequeño negocio de abarrotes en su hogar, que le brinda una fuente de ingresos esencial.
Hoy, Chhuon Heng es independiente.
“Con mi prótesis puedo montar en mi motocicleta para ir a comprar pescado, cangrejos y caracoles para vender. Básicamente, busco formas de hacer lo que sea para alimentar a mis hijos”
También ha recibido capacitación sobre medios de subsistencia y apoyo financiero, con lo cual logró abrir un pequeño abarrote en su casa. Ahora es una fuente de ingresos vital para su vejez.
Camboya sigue siendo uno de los países con mayor presencia de minas terrestres. Sin embargo, gracias a inversiones de largo plazo para asistir a las víctimas, más de 8.500 sobrevivientes, de las cuales más de la mitad son mujeres, han podido acceder a servicios de fisioterapia y prótesis.
“Por fin tengo paz”
En la provincia de Quang Ngai, en Viet Nam, Thanh ha sufrido pérdidas a lo largo de toda su vida. Cuando tenía 14 años, una bomba mató a su madre y a sus siete hermanos. Ella logró sobrevivir, pero con graves lesiones en una pierna y un brazo.
Durante décadas tuvo que depender de la ayuda del Gobierno y de la bondad de sus vecinos, en particular cuando las tormentas e inundaciones golpeaban su modesto hogar. Muchas noches se quedaba despierta, atemorizada de que una inundación se llevara consigo todo lo que tenía.
Mediante un proyecto de paz comunitaria (disponible en inglés), Thanh recibió un nuevo hogar resiliente al clima para hacer frente a las tormentas anuales que en el pasado la aterrorizaban.
Ya en su nuevo hogar, Thanh dice:
“Finalmente puedo sentirme segura en mi propia casa. Ahora me siento protegida. Por fin tengo paz”
La nueva casa de Thanh está pensada para soportar las tormentas anuales que en el pasado la aterrorizaban.
Hacia un futuro libre de obstáculos
Invertir en la asistencia a las víctimas de minas es una inversión en su recuperación y sus derechos. Cuando las personas sobrevivientes recuperan su movilidad, acceso al empleo y residen en hogares seguros, sus familias prosperan y las comunidades se fortalecen.
Este principio es un aspecto central de la advertencia (disponible en inglés) que hizo el Secretario General este año sobre la decisión de varios Estados Miembros de retirarse de la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal, y como esto podría “debilitar la protección civil y desandar dos décadas de un marco normativo que ha salvado incontables vidas”.
La ONU busca acelerar la remoción de minas como un factor que promueve los derechos humanos y el desarrollo sostenible, así como abogar por la visión de un mundo libre de minas. La remoción de estos explosivos va más allá de limpiar la tierra; es trata de las personas, de sus derechos, de su recuperación, de los servicios que satisfacen sus necesidades, de su participación significativa y de su capacidad de contribuir plenamente a la sociedad.