La felicidad ¿garantía de la productividad y el desarrollo sostenible?

20 de Marzo de 2019

Por: Yesica Fernández Malo / Profesional de métodos cuantitativos del proyecto desarrollo de mercado laboral

Aunque la felicidad es una percepción subjetiva a nivel individual, es una cuestión objetiva a nivel social, ya que responde a una de las más milenarias aspiraciones de la humanidad. Tratar de categorizar o cuantificar el bienestar como la felicidad a través de medidas objetivas es un primer paso hacia el diseño de políticas públicas cuyo eje central es mejorar la calidad de vida de las personas.

Uno de los Estados pioneros en proponer mediciones sobre felicidad es el reino de Bután, ubicado en el Himalaya, el cual mide la Felicidad Nacional bruta (FNB) desde 1972, dándole a esta medición más importancia que al Producto Interno Bruto (PIB). Existen otros ejemplos de países que han incorporado diferentes mediciones, políticas o programas para promover el bienestar y la búsqueda de la felicidad. El Global Happiness Policy Report de 2018 recopiló diferentes casos de estudio identificando buenas prácticas de distintos países donde estas políticas han generado cambios estructurales en las dinámicas sociales. Por ejemplo, la política pública en Ecuador incorporó en sus ejes constitucionales en el 2008 “El buen vivir” como principio de política pública. Por su parte, Chile midió la felicidad en su informe de Desarrollo Humano en 2012, considerando la implementación de políticas de movilización y productividad para mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable, por lo cual recibieron el premio a la excelencia del PNUD.

Otros experiencias que merecen una mención son: i) Manchester, Inglaterra donde se promovieron encuentros intergeneracionales entre jóvenes y adultos mayores para determinar el impacto del bienestar en el vecindario y otorgándoles así a los adultos mayores un sentido de vida ii) Omaha, Nebraska en EEUU, a partir de la política que buscaba ser una ciudad más transitable, planeando su desarrollo a partir de encontrar referentes a una distancia no mayor a  20 minutos, como por ejemplo, colegios, universidades, lugares de trabajo, centros de salud y parques, entre otros.

En Colombia se destaca la política pública de Bogotá que diseñó su programa de gobierno para propiciar la felicidad por medio de los centros de felicidad, brindando a la comunidad espacios de aprovechamiento del tiempo libre por medio de actividades, deportivas, recreativas y culturales. Hoy se encuentran en construcción obras en Centros de Felicidad en lugares como Tunal, San Cristóbal y Fontanar del Rio. La meta es dotar a la ciudad con siete centros de felicidad al cabo del término del programa de gobierno.  También en Medellín se ha avanzado en alternativas para medir felicidad y se espera implementar una política más activa.

A nivel nacional, se mide el Bienestar Subjetivo desde el año 2008 a través de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ENCV) del DANE que incluye preguntas sobre los diferentes niveles de satisfacción en las dimensiones de la vida, y a partir de estas respuestas se interroga sobre qué tan feliz se sienten las personas. Los resultados de la ENCV muestran como resultado que 30,8% de la población se siente totalmente satisfecho con su vida, a nivel regional la región caribe y San Andrés y providencia, tenían los mejores resultados de felicidad 81,7% y 84,7% respectivamente. Por su lado, el Departamento Nacional de Planeación tiene la encuesta de percepción ciudadana 2015 -2018 donde evalúa la Satisfacción con la vida y el Balance afectivo o afectación neta. Los resultados de estas encuestas muestran niveles altos de satisfacción con la vida en comparación a los países de la OCDE, donde Colombia (0.65) se ubica cerca a países como Noruega (0,75). Es importante evaluar estos resultados en contraste con la tasa de suicidios que para el país ha venido en aumento dado que en 2015 era de 4,7% y en 2017 quedo en 5,7% por cada 100.000 habitantes, reportando el departamento de Arauca con la tasa más alta de 15,8%, donde se presentan los mayores casos para los jóvenes de 18 a 24 años.

En general la felicidad es analizada y cuantificada por diferentes informes, reportes y mediciones basados en distintas metodologías en los cuales los países ocupan diferentes posiciones.  Por ejemplo, En el World Happiness Report de 2019 ocupa el puesto 43, mientras que en el ranking de Adrian White, psicólogo de la Universidad Leicester, Colombia ocupa el puesto 34, en el ranking del Happy Planet Índex, ocupa el segundo puesto. Diferentes estudios rescatan factores que inciden sobre el bienestar subjetivo de las personas como la salud mental, el ingreso absoluto y relativo, la edad, el soporte social y la autoestima, y se destaca el factor de empleabilidad. Mathew Killingsworth, doctor de la Universidad de Harvard afirma que “ser feliz es la llave maestra para que las personas sean más productivas en la sociedad y alcancen el progreso individual”. El afirma además que las personas obtienen más felicidad en un buen entorno laboral que con un aumento de salario.

La Gobernación de Cundinamarca y el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) realizaron en el 2018 el Perfil de la Política pública para el bienestar, la felicidad y la productividad, tomando como base principal el Índice el buen vivir de la OCDE, publicado en el año 2015. El índice se compone de 11 dimensiones esenciales para medir las condiciones de vida materiales, como la calidad de vida. Para Cundinamarca, se estableció que la medición de buen vivir constaría de 47 indicadores, de los cuales hay 22 indicadores subjetivos y 25 objetivos. El interés por cuantificar el buen vivir busca identificar elementos como la cobertura bruta de la educación secundaria, pero también sobre la percepción de calidad de la educación recibida. Por ejemplo, entender la cobertura de los servicios públicos, pero al mismo tiempo la calidad de la vivienda y la seguridad del sitio en donde se vive.  Esto ha llevado a que Cundinamarca conciba una política de bienestar, felicidad y productividad desde las necesidades puntuales y cómo estas se convierten en oportunidades para para lograr un proceso de desarrollo sostenible.

Este ejercicio implicó la visita a 10 municipios del departamento, en donde se contrastaron fuentes de información secundaria con la comunidad, diferentes instituciones y las empresas. De esta manera se construyó la visión y los insumos que permitieron plantear los ejes de política pública, a partir de las dimensiones que eran de mayor trascendencia para el alcance de la felicidad y bienestar. Los resultados mostraron que, en primer lugar, contar con garantías de salud, empleabilidad, ingresos sostenibles, educción, vivienda y balance adecuado entre la vida y el trabajo, son las dimensiones de prioritarias para alcanzar la felicidad y el bienestar.

En los resultados de productividad laboral destacan la necesidad de contar con ambientes de trabajo saludables (74,2%), contar los recursos apropiados para desarrollar las actividades laborales (72,6%), las relaciones con los compañeros (70,0%), propiciar capacitaciones dentro de las empresas (68,0%) y, en menor grado de importancia, el salario (56%) y la edad (21,0%).

Sin lugar a dudas estos resultados hablan de manera cercana con estudios como el Andrés Ramírez, el primer profesor de Felicidad de Colombia, en el cual concluye que generar un entorno adecuado y estimular a sus trabajadores los harán más felices y por más productivos. A miras de los desafíos de la cuarta revolución industrial, en donde continuamente se muestra que habilidades humanas serán reemplazadas por las máquinas, se invita a que estos cambios tecnológicos transformen el campo laboral para generar mayor productividad y construir una nueva relación entre empleados y empleadores, bajo el concepto de no trabajar muchas horas sino mejores horas.

Se reconoce que cada individuo tiene un concepto autónomo de felicidad, que a veces es percibida en momentos muy cortos o simples. Sin embargo, es deber de los Estados proveer para que ese fin “la felicidad” sea alcanzada y al tiempo sea duradera. Por eso dimensiones como empleabilidad, ingresos sostenibles, salud, seguridad y recreación deben ser metas de gobierno leídas desde una percepción objetiva y subjetiva para lograr mejores políticas públicas.  Hoy contamos con varios ejemplos de programas y proyectos con resultados exitosos de los cuales nos es posible aprender para conseguir resultados más asertivos, para un pleno desarrollo humano, pensado en apuestas para alcanzar una mejor calidad de vida.

 

Sobre el día internacional de la felicidad

Cada 20 de marzo se celebra el día internacional de la felicidad, cuyo fin es concientizar y llamar la atención sobre la felicidad en el mundo.   El 19 de julio de 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 6587 presentó el enfoque de desarrollo humano; que, por un lado, busca promover el desarrollo sostenible, y por otro, la felicidad humana. En 2015 la ONU lanzó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible con el fin de poner fin a la pobreza en todas sus formas, reducir la desigualdad y proteger al planeta, tres aspectos que conllevan el bienestar y la felicidad. A partir de estas resoluciones se invita a los Estados a implementar nuevas medidas que reflejen la importancia de la búsqueda de la felicidad y el bienestar como eje central de sus políticas públicas.

Conoce más sobre el día internacional de la felicidad aquí.