Tejiendo conexiones: arte colaborativo como vínculo entre mujeres y naturaleza

El poder del arte en la identidad ambiental comunitaria

17 de Enero de 2024
PNUD México | Aurora Fernández

En la comunidad de San Mateo del Mar, Oaxaca, las mujeres lideran una transformación profunda que trasciende las palabras. A través del proyecto Redes de sororidad verde del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, estas mujeres se embarcan en un viaje de autodescubrimiento y conexión con su entorno natural. Este viaje lo realizan a partir de sesiones reflexivas y actividades de educación ambiental artísticas, lo que les permite identificar los recursos naturales que son cruciales para sus medios de vida y analizar las amenazas que enfrentan y que contribuyen a su degradación.

El resultado de esta iniciativa se refleja en la creación de un mural comunitario, gestado como una obra colectiva que da testimonio de la estrecha conexión entre las mujeres de la comunidad y los elementos naturales identificados en los talleres. Su objetivo principal radica en fomentar la conciencia y hacer un llamado a toda la comunidad para preservar estos recursos. Las imágenes plasmadas por las mujeres no sólo capturan la belleza y la importancia de su entorno natural, sino que también provocan la reflexión sobre las amenazas que enfrentan los elementos de su ecosistema.  

Arte sostenible: el mural mujer de mar y maíz en la conservación ambiental

La creación de murales colaborativos se presenta como una estrategia transversal de comunicación comunitaria, entrelazando arte, sensibilización ambiental y la riqueza cultural de comunidades indígenas y rurales. En ese sentido, el arte colaborativo, personificado en el Mural de Mujer de mar y maíz, emerge como una expresión profunda de identidad colectiva, tradiciones arraigadas y aspiraciones compartidas. Este mural no solo es una representación visual, sino un diálogo abierto sobre la biodiversidad, la conservación de cuerpos de agua y otros temas vitales para la comunidad, el cual invita a la reflexión y a la acción. En este contexto, las imágenes capturadas por las manos de las mujeres totoperas de San Mateo del Mar trascienden las fronteras de las palabras, hablando directamente al corazón de la comunidad y generando un sentido compartido de conciencia ambiental.

Por otro lado, estos murales no solo decoran los espacios públicos, sino que también sirven como plataformas para compartir narrativas significativas. La apropiación de los espacios públicos transforma las paredes grises en lienzos vivos que además de embellecer el entorno, transmiten un mensaje poderoso: los espacios públicos son extensiones de la identidad comunitaria.

En paralelo, la participación de las mujeres en la creación de esta narrativa tiene un papel central. No solo desafían los roles de género tradicionales al liderar iniciativas y expresar sus perspectivas a través del mural, sino que también aseguran que las voces femeninas estén intrínsecamente tejidas en la trama del cambio comunitario. Estas mujeres no sólo crean un mural, sino que impulsan una conversación abierta que invita a la reflexión y la acción en la preservación de su entorno natural.

De la identificación a la acción: mujeres totoperas como guardianas del entorno

La creación del mural no es un acto aislado, sino el resultado de sesiones y talleres que abordan los desafíos socioambientales de la comunidad. Este proceso no solo da vida al mural, sino que también impulsa un cambio social integral, involucrando a la comunidad en la conservación de sus recursos naturales.Cada pincelada, cada detalle del mural refleja la interdependencia entre las totoperas, la biodiversidad local y la preservación de una especie de maíz única: el "zapalote chico". Las manos de las mujeres totoperas, el zapalote chico, la laguna en marea alta, el manglar y la milpa convergen en un lienzo vivo que cuenta la historia de su comodidad.

“Es buena idea lo del mural, es que representando el dibujo se dice todo, por ejemplo, el manglar, los totopos, las milpas. De ahí se lo preguntarán e investigarán en la comunidad”.

Rubí Presidenta del grupo Mujer, Mar y Maíz, San Mateo del Mar, Oaxaca”

 

En el centro de la obra, las manos y la silueta de una totopera simbolizan el esmero y la lucha con la que cada día las totoperas realizan su actividad productiva.

A la izquierda, la laguna en marea alta y el manglar se dibujan destacando la importancia vital de este ecosistema para la vida del camarón, eslabón indispensable en la actividad productiva de la comunidad.

A la derecha, la milpa y la figura del "zapalote chico" capturan la esencia de esta especie de maíz autóctona. No solo es la base para la elaboración de totopos, tortillas y otros productos comerciales de la comunidad, sino que forma parte de la identidad cultural de la comunidad, su uso y demanda garantiza la continuidad de esta especie única. 

Esta primera iniciativa en sensibilización y educación ambiental va más allá de la simple creación del mural. Al comprometer activamente a las mujeres y miembros de la comunidad, no solo en la realización artística, sino en la identificación y preservación de sus recursos naturales, se busca cultivar un sentido profundo de empoderamiento y corresponsabilidad ambiental. 

Las mujeres totoperas, guiadas por las Redes de sororidad verde del PNUD en México, lideran el camino hacia un futuro donde la conservación ambiental es un legado compartido.  

La creación de este mural es el resultado de una serie de sesiones y talleres llevados a cabo por el grupo "Mujer de Mar y Maíz" en colaboración con el equipo técnico especializado en Soluciones basadas en la naturaleza del PNUD en México.